dijous, 4 de desembre del 2025

En las entrañas de Tefía: la prisión franquista que encerró a personas LGTBIQ+ y condenadas por la Ley de Vagos y Maleantes

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Jennifer Jiménez

Tefía —


Antigua Colonia Penitenciaria de Tefía.

“Allí no había más que cargar piedras y agua. Aquella tierra es inhóspita, es improductiva, haciendo gavias, quitando muros, lleva esta piedra allí, llévala allí… No sé y luego leña que le daban a los pobres”. Las palabras de Octavio García aún retumban. Pasó por la Colonia Penitenciaria Agrícola de Tefía, en Fuerteventura, un centro que recluía durante el franquismo a personas condenadas por la Ley de Vagos y Maleantes. 

A Octavio lo encerraron allí por ser homosexual y describió su paso como muy duro y restrictivo en cuanto al régimen disciplinario. Por las entrevistas que dio antes de su fallecimiento en 2018, se conoce su vivencia en la prisión siempre le dejó marcado. Miguel Ángel Sosa fue la primera persona en poner luz con sus investigaciones el horror que se vivió en Tefía y que noveló en el libro ‘Viaje al centro de la Infamia’. “Octavio me decía. Yo que he leído mucho sobre la época de los campos de concentración nazis, solo te voy a decir una cosa. Faltaban los hornos crematorios porque el trato, las humillaciones, las vejaciones eran exactamente igual, las palizas y las humillaciones, eran exactamente igual”, asegura en esta entrevista. 

Como Octavio García sabía leer y escribir lo ponían en la prisión a pasar lista y cuando a los años volvió a Tefía (reconvertida en albergue) para un homenaje lo primero que hizo fue soltar memoria el nombre de todos los presos. Así lo recuerda Alva Valdivia, coordinadora de la asociación LGTBIQ+ Altihay Fuerteventura, que ha luchado por la recuperación de Tefía como lugar de Memoria y por visibilizar lo que allí hizo el franquismo. 

Contar su historia le fue difícil ya que tenía mucho miedo. Pero es gracias a su testimonio y al de Juan Curbelo Oramas, también encerrado por ser homosexual, que se conocen los horrores que se vivieron en esta prisión, que estuvo abierta desde 1954 hasta 1966. Por allí pasaron entre 300 y 350 presos, de ellos unos 22 eran homosexuales. Podían estar presos entre uno y tres años y cuando acababa su encierro no podían residir en el lugar en el que vivían, sufrían un destierro. Además, eran sometidos a vigilancia. 

Miguel Ángel Sosa explica que estaba escribiendo otra novela cuando se topó con una pequeña reseña en la prensa donde se hablaba de Juan Curbelo Oramas y “de una experiencia vivida durante su juventud en la que había sido llevado a un campo de concentración en Tefía, en la isla de Fuerteventura y de las humillaciones y el horror que había vivido allí. Entonces pensé que, de alguna manera, aquella reseña me servía para darle un poco de base real a la novela que yo había empezado a escribir, que iba a tratar sobre el tema de los homosexuales durante la dictadura”.

Cuando logró dar con él se encontró a un hombre desconfiado, pero poco a poco cuando le nombró al director de la prisión (ya que Sosa había leído su expediente) pudo verbalizar su historia. “¿Verdad que es verdad? ¿que no mentía? ¿Cómo te enteraste?”, le dijo Juan. “Entonces, de ahí, me abrió su corazón”, señala Sosa, que añade que Juan estuvo tres años detenido allí, picando piedras. Y fue él quien le puso en contacto con otro preso que había estado allí por ser homosexual, Octavio García. 

Víctor M. Ramírez, investigador de la memoria de la disidencias sexo-genericas de Canarias y una de las personas que más ha investigado sobre Tefía expone que la colonia fue un espacio destinado a recluir “a los peligrosos sociales del archipiélago canario, concretamente. Todas las categorías, incluidos a los homosexuales”. En este espacio, “los testimonios que dieron dos de los presos homosexuales que estuvieron durante los primeros años, que fueron Juan Curbelo Oramas y Octavio García. Ellos exponen una situación de mucha dureza en cuanto al régimen disciplinario”. 

Antigua 'Colonia agrícola penitenciaria de Tefía'.

Había humillaciones, malos tratos, cuentan también palizas, ellos estaban obligados a trabajar en una cantera de piedra

“Había humillaciones, malos tratos, cuentan también palizas, ellos estaban obligados a trabajar en una cantera de piedra y levantando muros y obra pública y con unas condiciones de mucha hambre porque no los alimentaban adecuadamente”, incide Ramírez. A lo que Miguel Ángel Sosa apunta que “la dejaban muchas veces que la comida se deteriorara y cuando se deterioraba, cuando entraba en putrefacción los alimentos, se la entregaban”. 

“Juan y Octavio hablan de que a veces las familias les mandaban paquetes de comida y desde luego no se las daban o se las daban cuando ya estaba podrida, de tal manera que realmente pasaban hambre”, añade Ramírez. 

Presos durante una misa en la Colonia de Tefía. (Fotografía de la Dirección General de Diversidad de la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias).

Víctor Ramírez subraya que la Ley de Vagos y Maleantes fue aprobada en 1933 durante la Segunda República y lo que estableció fue mecanismos de control para aquellas personas que de alguna forma se salían de los márgenes establecidos en la sociedad. “Personas como dice la propia ley, vagas, maleantes, delincuentes habituales, jugadores profesionales, es decir, había una serie de categorías establecidas en la ley y su determinación o su condena como peligrosa social implicaba su reclusión en unos centros específicos según sus circunstancias. Esta ley, en el año 1954, el franquismo la modifica e incluye como una categoría a la homosexualidad, que hasta ese año no estaba considerada como un grado de peligrosidad social, no estaba considerada como un peligro”, apunta.

Testimonio de Juan Curbelo en la exposición en de Tefía, antigua Colonia Agrícola Penitenciaria

“A partir de ahí se pone en marcha todo un sistema destinado a controlar a la comunidad homosexual el sentido amplio de la expresión, ahora diríamos LGTBIQ+, y determinar en sus casos cuál es la gravedad de su comportamiento ajeno a las normas del régimen franquista y si estos eran homosexuales, con prácticas homosexuales o con gestos o actitudes afeminadas, etcétera, eran declarados como tales y ingresados en centros de reclusión”, incide el investigador de las disidencias sexo genéricas. 

Alva Valdivia incide en que la Ley de Vagos y maleantes castigaba lo que hacía era trasladar a aquellas personas que tuvieran una conducta o pudiera parecer tener una conducta homosexual a lo que se conoce como la Colonia penitenciaria agrícola de Tefía. “Es curioso porque además pensamos solo en los hombres homosexuales pero también traían a estos espacios a las personas leídas como travestis que eran lo que entendemos hoy como mujeres trans, muchas de ellas fueron negadas su identidad y les prohibieron también vivir su identidad de género y fueron sometidas a ciertas torturas y situaciones muy violentas en espacios como los de Tefía”, agrega. 

Entrada al pueblo de Tefía.

En aquellos años, Tefía era un pueblo con muchísimos menos habitantes de los que conocemos hoy, que ya así es un pueblito bastante pequeño, recuerda Alva Valdivia. Es cierto que muchas personas conocían que aquí existía la colonia penitenciaria agrícola, “que aquí existían una serie de personas que estaban presas, pero existía un fuerte tabú”, insiste.

“Octavio relataba muchas veces que le robaba la mente que muchas noches le aparecían pensamientos que lo llevaban a una situación de malestar, de miedo, de inseguridad porque la tortura que vivieron aquí es algo que nunca se les iba a borrar y es algo que nunca iban a poder sanar”, agrega Alva Valdivia. 

Expediente de Octavio García, en la exposición en Tefía, antigua Colonia Agrícola Penitenciaria.

Sobre ello, Sosa apunta que Octavio le decía que él cuando oía una sirena fuera de la policía o fuera una ambulancia sanitaria, “que a veces tendía a esconderse y que se le ponía el corazón en la boca del miedo y del terror que pasaba”. 

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, incide en que “fueron perseguidos por la dictadura y enviados a Fuerteventura, obligados a trabajos forzado. Dijeron que era para hacer un jardín en una isla donde no hay jardines, al final simplemente picaban piedra por picar piedra sin ningún fin de nada, perdieron la libertad, fueron recluidos en condiciones absolutamente lamentables y eso fue lo que hizo la dictadura, por eso declararlo lugar de Memoria no es solamente un ejemplo de dignidad por sufrir esa afrenta por amar a quien querían y también una defensa de todo el colectivo LGTBI porque fueron perseguidos son perseguidos por dictaduras en el mundo y también lo sufrieron en España”. 

Placas conmemorativas en la antigua 'Colonia agrícola penitenciaria de Tefía'.

“No vamos a volver a los armarios”

“Octavio decía algo así, por todos los jóvenes, por todos los que pasaron lo mismo que yo, voy a hablar porque no quiero que los jóvenes pasen lo mismo por lo que he pasado yo. Tienen que conocer la historia. Entonces por eso también Altihay Fuerteventura ha estado siempre muy preocupada por recuperar este espacio y por hacerlo de una forma transversal y porque de alguna manera u otra todas nuestras actividades estén vinculadas con Tefía, porque es importante conocer”, apunta Alva Valdivia, que añade que “es importante que el pueblo conozca la historia porque un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla y estamos convencidas de que si no se habla de lo que aquí aconteció podemos volver a dar pasos atrás y perder derechos y a vivir este tipo de represión”, incide Alva Valdivia. 

“Ya estamos viendo cómo partidos de la ultraderecha en nuestro país o en otros países de Europa, Estados Unidos además, lo primero que han hecho nada más llegar al poder es atentar contra los derechos de las personas LGTBI”, recuerda Valdivia.

Por ello, incide: “Creo que ahora más que nunca es el momento de ponernos al frente, de seguir estando unidas y seguir reivindicando nuestros derechos porque no vamos a dar un paso atrás. No vamos a volver a los armarios ni a volver a este tipo de leyes que nos condenaban y nos torturaban y nos llevaban a estos centros y campos que podemos entenderlos como campos de concentración”. 

La idea es que a partir de ahora, esta antigua prisión pase a ser un museo que explique qué ocurrió allí. Ahora, existen una exposición promovida por Altihay Fuerteventura con unos paneles. El pasado verano, además, el Cabildo de Fuerteventura y el Ministerio de Memoria Democrática, firmaron un convenio para sunvencionar los primeros trabajos de musealización del espacio y estudios científicos para crear un centro de interpretación de Tefía.

Miguel Ángel Sosa, autor de la primera novela sobre Tefía 'Viaje al centro de la Infamia'.

La importancia de que sea Lugar de Memoria

Miguel Ángel Sosa piensa en Juan y en Octavio con el hecho de que esta colonia sea declarada como lugar de Memoria. Cree que es una manera de compensar a esas personas por “esa tragedia que vivieron, porque no habían hecho absolutamente nada, solo ser homosexuales. Si eso es un delito… todavía para algunos lo es, y bueno, después, como escritor de la novela Viaje al centro de la infamia, que sacó a la luz este tema, del que han derivado publicaciones, series, documentales, pues bastante contento, por no decir orgulloso, la verdad”, resume. 

Víctor Ramírez, investigador sobre las disidencias sexo genéricas de Canarias.

Para Víctor M. Ramírez, es trascendental la designación de lugar de Memoria. “La comunidad canaria lo ha asumido como un espacio simbólico de los mecanismos represores de la dictadura hacía, en este caso, a un grupo determinado, a un grupo social determinado, como eran los homosexuales. Aunque en general podemos decir que era también un espacio de represión a las clases más desfavorecidas, a las clases populares, porque Tefía y en ninguna de las otras prisiones, por vagos y maleantes, fueron gente rica o gente de clase media, fueron fundamentalmente personas marginalizadas. Marginalizadas por la sociedad y además represaliadas por esa marginalización, incluidas evidentemente las homosexuales”, incide. 

Ramírez añade que “hay mucho desconocimiento también de lo que fue el franquismo entre las jóvenes generaciones. Y eso está haciendo un vuelco en el que la democracia empieza a estar en peligro hasta cierto punto. Entonces me parece importante que esos símbolos existan, se mantengan y se difundan. Porque conocer la historia es una obligación nuestra de la comunidad. Y además es un mecanismo que de alguna forma evita, si se conoce bien, que esas mismas circunstancias se vuelvan a producir”. 

Alva Valdivia, coordinadora de Altihay Fuerteventura.

Y para Alva Valdivia, “las personas LGTBIQ+ somos objeto de constante discriminación y desvaloración social todos los días incluso por los representantes de algunos partidos. Entonces, es importante en este momento recuperar esa memoria, conocer qué es lo que sucedió para no volver atrás”. 

Un mensaje a la juventud

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, por su parte, remarca que cuando fallece Franco en el año 75 tenía 9 años. “No tenía formación ni capacidad de discernir. Era un niño. Lo que aprendí lo aprendí de mis conversaciones con mis padres, con mis abuelos que sí sufrieron la represión. Incluso mi abuelo estuvo encarcelado por ser republicano y defender la democracia y la libertad. Pero hoy la gente que ha nacido en democracia no tiene conciencia de eso”, apunta. 

“Por eso yo les lanzo un mensaje a los jóvenes. Los jóvenes actuales son los que tienen y disfrutan de la mayor libertad que nunca ha habido en nuestro país. Tenemos aprobada una ley que permite el matrimonio de personas del mismo sexo. Una ley aprobada bajo un Gobierno socialista, un Gobierno progresista y que fue votada en contra incluso llevada al Tribunal Constitucional por la derecha y vilipendiada también por la ultraderecha. Hoy los jóvenes pueden amar a quienes quieren. Tienen una libertad sexual que jamás se había tenido antes”, recuerda. 

“Tienen que saber que eso pasó en Canarias. Tienen que saber que eso podría pasar si regresa la dictadura. Y a ellos me dirijo. A ellos los dirigimos. El lugar de memoria de Tefía es un símbolo para ellos. Indudablemente, porque eso se pretende ocultar”, insistió Ángel Víctor Torres a Canarias Ahora.

También añade que “no es sólo que tú escuches a un diputado de Vox decir (que es una absoluta mentira) que en la época de Franco España prosperó. Fue todo al revés. España se convirtió en un país, en la Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, con la victoria de los aliados, un país aislado. Un país donde hubo mayor incidencia, por ejemplo, de los enfermos de polio porque no había vacunas frente al resto de Europa que había evolucionado. Por ejemplo, la investigación científica se cercenó, el conocimiento y la experiencia a través de los estudios científicos. Se anularon las libertades de cátedra, las universidades”, explica. 

“Podían estudiar aquellos que tenían recursos económicos, y por supuesto, prosperaban los que vanagloriaban el régimen. ¿Cuántos tuvieron que irse al exilio? Huyendo justamente de dictaduras como la de Franco, que lamentablemente duraron décadas, cuatro décadas. Por eso, los jóvenes lo tienen que saber, porque se manifiestan con proclamas, sobre todo a través de las redes sociales, que ocultan esto de Tefía. Que lo ocultan, que incluso afirman que es falso”, incide el ministro.