Es uno de los hispanistas británicos que más en profundidad han estudiado la historia reciente de España.
Paul Preston durante la promoción de su libro ‘El holocausto español’.   La Voz.
El historiador e hispanista Paul Preston (Liverpool, 1946),  autor de obras sobre la historia contemporánea de España, en especial la República y la Guerra Civil, ha protagonizado esta semana el programa ‘Días de Radio’ de Candil Radio. En la entrevista, realizada por Antonio Almécija y Fran Martín, repasó las seis claves que explican la derrota republicana.
Debilidad gubernamental republicana
“La guerra estaba perdida en los primeros veinte días. Por un lado las fuerzas hostiles a la República ya de por sí eran fuertes (la mayoría de las fuerzas armadas, prensa de derechas, la iglesia,…), la sublevación tenía un gran apoyo. Existía un grave problema desde las elecciones de febrero del 36 ganadas por el Frente Popular. Este gobierno no es tal, es bastante débil formado solamente de republicanos. Largo Caballero se había negado  a que el PSOE colaborase en un gobierno con los republicanos. Estaba convencido que los republicanos habían traicionado las reformas socialistas y abogaba por un gobierno republicano hasta que agotar sus proyectos y tras ello asumiría el poder únicamente el PSOE. Así la sublevación está frente a un gobierno republicano débil. Buscan diferentes coaliciones hasta que finalmente termina con otro gobierno republicano presidido por Giral que busca apoyos internacionales sin éxito.
Los golpistas sí lo consiguen, los primeros días organizan el apoyo de italiano y alemán. Además se mina la posible ayuda de las democracias. Esto decide ya de entrada el resultado final de la guerra. También hubo un esfuerzo colosal del pueblo republicano. Pero para mí lo que decide la guerra es este contexto internacional”.
Colapso total inicial del aparato del estado
“Una de las inmediatas consecuencias del golpe militar es el colapso total del aparato del Estado dentro de la zona republicana. Será hasta comienzos del año 37 cuando realmente se organice un gobierno que funcione bien. Los anarquistas abren las cárceles, salen muchos criminales y presos comunes, los sindicatos organizan la resistencia, hay mucho coraje a nivel individual. Las primeras semanas ofrecen un panorama bastante caótico. Existe el odio y la indignación contra las personas sospechosas de apoyar el golpe militar, provocando una represión en la zona republicana llevada por las chekas espontáneas organizadas por los anarquistas,  también las hay socialistas y comunistas y esto de alguna forma mina el esfuerzo bélico. Hay mucha gente luchando detrás de las líneas con una indignación, furia y odio  aumentados por las noticias que llegan desde la otra zona donde hay unas atrocidades masivas. Esto provoca que la resistencia tarde bastante en organizarse.
De ahí los rápidos avances de las columnas de Franco hacia Madrid. En septiembre se incorporan los socialistas y después una representación anarquista pero tampoco es el gobierno necesario. Largo Caballero no se da cuenta de la urgencia de la guerra, no quiere una movilización total de la población de Madrid, está en contra de las trincheras, dice que es poco español. En noviembre las tropas franquistas rodean Madrid. Ya ha llegado la ayuda soviética, el partido comunista comienza a imponerse. Así empieza la defensa tremenda de Madrid pero claro a tenor de un contexto internacional muy hostil”.
La ayuda internacional
“La ayuda del Eje es muy importante. Por un lado la de Mussolini, la Italia fascista está en guerra no declarada contra la República, porque finalmente casi 80.000 tropas, casi la aviación italiana entera y como mínimo la mitad de la flota. Hitler eligió una ayuda no oculta pero sí más limitada, envió la Legión Cóndor, unas unidades de alta tecnología para ensayar estrategias que veremos en la primavera del 37 en Guernica.
La República hasta noviembre del 36 no tiene lo mismo, aunque en octubre han empezado a llegar tanques y aviones soviéticos y eso ayuda muchísimo, es la base de la resistencia junto a las Brigadas Internacionales y el esfuerzo del pueblo de Madrid es lo que salva Madrid. Pero además, Gran Bretaña que maneja los hilos del mundo financiero, niega a la República las posibilidades de armarse. Los bancos británicos obstaculizan la compra de armas. La República quedó en manos de tratadistas que terminan vendiéndoles materiales desfasados. Los italianos decían que sus tropas eran voluntarias, pero no era cierto. Los viriatos más, los voluntarios irlandeses con Franco fueron un desastre. Los pilotos de la Legión Cóndor sí eran voluntarios, les pagaban una cantidad enorme. Las Brigadas Internacionales llegaron a más de 35.000.
La República utilizó a los brigadistas como Franco utilizó las tropas africanas, como fuerzas de choque, aunque hay una diferencia tremenda en lo que hicieron respecto a las poblaciones civiles. Si hablamos de voluntarios de verdad eran más importantes los internacionales que los supuestos voluntarios a favor de Franco pero si hablamos de ayuda exterior, Franco gozó de mucha ventaja”.   
La situación del Ejército
“Existía la lealtad geográfica, un oficial aunque fuera republicano por sus convicciones y se encontrase en la zona rebelde, o se adhería a la sublevación o lo fusilaban. En la zona republicana había muchos que en el fondo eran bastante conservadores como mínimo, los que no lo ocultaron fueron encarcelados y bastantes fueron asesinados en Paracuellos a finales del 36 pero había muchos que vivieron con una aparente lealtad a la República y se sabe que había muchísima traición. Muchos militares si no eran al principio quintacolumnistas, con el declive republicano se fueron pasando como fue el caso de Casado. Un ejército republicano al que le faltaban muchos oficiales era muy difícil.
La creación del ejército popular fue un pequeño milagro que estaba diezmado por algunos oficiales de dudosa lealtad. Había gente que salió con un talento militar que no se esperaba, como Gustavo Durán que era pianista y termina siendo un gran militar, Enrique Líster, también los había que eran militares como Antonio Cordón”.
La financiación
“La República tenía grandes reservas en oro, gran parte se fue a la URSS, una pequeña parte a Francia. Pero Franco tuvo mucho apoyo de Juan March, las multinacionales Ford y Texaco suministraron los vehículos de transporte. También muchos ricos apoyaban la sublevación. El armamento italiano o alemán era superior al que podía comprar la República. Después se tuvo que pagar, esto explica la terrible pobreza de España en los años 40”.
¿Guerra o revolución? 
“En la zona sublevada aunque había diferencias entre falangistas, carlistas y monárquicos, tenían una finalidad fija de destrozar la República. En la zona republicana todas las fuerzas de izquierdas que habían existido en los tiempos anteriores a la guerra, seguían presentes. Y eso debilitaba mucho el esfuerzo de guerra. Era la gran disyuntiva de la guerra. ¿Cuál era la prioridad, el esfuerzo bélico contra el enemigo o una futura Revolución? Había grupos anarquistas como la FAI y el POUM que querían hacer de la Revolución una prioridad, en opinión de Negrín y los militares había que hacer prioridad del esfuerzo bélico. Y eso suponía una mini-guerra civil, unas divisiones internas tremendas”.