dilluns, 18 de desembre del 2017

El Paraíso, trabajar como esclavo en el Valle de los Caídos

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  • El anterior abad del monumento franquista niega en un informe de 2005 que los presos que allí trabajaron lo hicieran obligados y afirma que gran parte de ellos disfrutaba de libertad de movimientos, de sueldos más altos que otros trabajadores de la zona y de buena alimentación
  • En su opinión, es imposible afirmar que fuera un campo de concentración o de explotación de trabajo esclavo
El Paraíso, trabajar como esclavo en el Valle de los Caídos / 

Anselmo Álvarez, abad del Valle de los Caídos hasta 2014, redactó un informe sobre el monumento para “esclarecer, sobre bases suficientemente seguras aunque tal vez no completas, no pocas afirmaciones referidas a hechos y circunstancias concernientes a la fundación y construcción del Valle”. En realidad, lo que trataba era ofrecer su versión "sobre malentendidos y tergiversaciones" que durante 2005 (año en el que está fechado el informe) se habían realizado.
Tras realizar un repaso de las condiciones laborales que vivieron quienes trabajaron, el abad afirma que "ninguno de los penados trabajó en el Valle de manera forzada; todos lo hicieron voluntariamente, de acuerdo con la naturaleza del sistema al que se acogían".

Es más, se atreve a señalar que "cobraban de hecho un salario superior al de los obreros de igual categoría laboral de los pueblos cercanos. Existían posibilidades de gratificación extraordinaria". Y añade que desde noviembre de 1939 y por Orden Ministerial, "se cuidó especialmente la alimentación de los presos".
Extracto del escrito de Anselmo Álvarez, abad del Valle de los Caídos hasta 2014 / CADENA SER

ASIGNATURA PENDIENTE

El documento enviado por al Abad al responsable de Patrimonio Nacional a mediados de 2005 forma parte de los estudios e informes recabados y realizados por la comisión de estudio creada tras la llegada a Moncloa del socialista Jose Luis Rodriguez Zapatero, que desembocó en la aprobación de la ley de Memoria Histórica de España, el 26 de diciembre de 2007. Una de las cuestiones que abordaron los expertos nombrados en septiembre de 2005 fue, precisamente, el futuro del Valle de los Caídos y su posible conversión en un centro de homenaje a la memoria. A pesar de la ingente cantidad de documentos estudiados y opiniones recibidas, los cambios en el Valle, donde aún reposan los restos de Francisco Franco, no han supuesto un punto final a la discusión ni han contentado a quienes creen que es aún un vestigio que honra a los ganadores de la Guerra Civil.
Vistas estas condiciones laborales tan favorables, el abad concluye que "no puede decirse sin falsedad evidente que el Valle de los Cuelgamuros fuera un campo de concentración ni de explotación de trabajo esclavo de los presos políticos". Y por si acaso hubiera dudas, añade que "se observa una anticipación casi completa a las condiciones de trabajo de los reclusos dispuesta por la ONU en 1955".

EL NEGACIONISMO DEL ABAD, SEGÚN LA ARMH

Emilio Silva, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, acusa al abad de un negacionismo que trata de ocultar la verdadera naturaleza del Valle de los Caídos, un "campo de concentración donde hubo mano de obra esclava". Recuerda tan sólo el testimonio del historiador Nicolás Sánchez Albornoz, quien aparece citado en el mismo informe del abad porque su huida es tomada por el religioso como ejemplo de la libertad de movimientos que disfrutaban los presos. Según Silva, el historiador conoció de primera mano la llegada de víveres y siempre denunció que "los pedidos pasaban antes por las manos de los funcionarios franquistas, que practicaban el estraperlo".
Además, asegura que "la presencia de los restos de Franco en la Basílica se debe a la decisión de la autoridades del estado en 1975, en ausencia de toda disposición de aquel sobre este particular". El abad es claro respecto a la decisión de enterrar allí al dictador que traslada al "entonces jefe de Gobierno, Arias Navarro, ante las dudas sobre la voluntad final de Franco". Y al final, sentencia, "en el cementerio de El Pardo hay dos tumbas destinadas al matrimonio Franco".
En ese documento asegura que los símbolos franquistas en el Valle "son casi irrelevantes" e incluso llega creer ver la existencia de una bandera republicana como símbolo de hermandad de los bandos que se enfrentaron durante la Guerra Civil. "Los símbolos son y están en el Monumento mismo, Monumento dedicado a Dios en nombre de España, cuyos destinos se le confían, y de los caídos, cuyas almas se le encomiendan. Por tanto, son símbolos de carácter eminentemente sagrado", añade.