divendres, 5 d’abril del 2019

¿Qué empresas usaron a esclavos del franquismo?



https://www.eldiario.es/andalucia/empresas-usaron-esclavos-franquismo_0_251975222.html







El franquismo llegó al extremo de usar presos políticos como esclavos. Fiel a la explotación económica de los vencidos como "botín de guerra". Había que "reconstruir" el país y... ¿qué empresas emplearon mano de obra gratuita durante la dictadura? La iglesia, el ejército sublevado e instituciones públicas. Pero no sólo. Entidades privadas de casi cualquier sector se beneficiaron del empleo de más de 400.000 reclusos en régimen limítrofe a la esclavitud. Algunas cotizan hoy en el IBEX 35, herederas de aquellas actividades primigenias o extirpadas de su germen económico.
Para sortear la muerte por hambre o enfermedad, plato diario en las cárceles franquistas, incluso había detenidos que solicitaban su traslado a batallones de trabajadores forzados. Banús HermanosSan RománHuarteAgromán o Dragados y Construcciones. Estas compañías, y otras muchas, aprovecharon la oportunidad que ofrecía el entramado diseñado a lomos de presidiarios "para alzar sus imperios económicos durante la dictadura franquista". Unos redimían condena, otros obtenían réditos de otro modo impensables. Así reza en el marco de la querella argentina que María Servini de Cubría instruye desde el Federal 1 de Buenos Aires, a denuncia del grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA) de CGT. Y en la ley andaluza de memoria, que plantea hacer a estas y otras muchas empresas "copartícipes" de la "reparación" de esas víctimas.



"Botín de guerra" para los golpistas

"Ferroviarias como NorteMZARenfe, constructoras como EntrecanalesSan RománHuarte o Banús, mineras como DuroBabero, transformadoras de metales como Babcock & WilcoxAstilleros de CádizLa Maquinista Terrestre". Una relación que el director científico del proyecto Todos (…) los nombres, José Luis Gutiérrez Molina, completa con "órdenes religiosas, ayuntamientos, confederaciones hidrográficas y diversas administraciones de Justicia o gubernativas". "¿Números? Más de 400.000 presos susceptibles de ser utilizados, en Andalucía más de 100.000", enumera. Los derrotados, "botín de guerra" para las fuerzas golpistas.
Eran "trabajadores, jornaleros y campesinos", en gran parte, y debían cargar con el "esfuerzo de la reconstrucción" del país. Una tarea abierta hasta 1956 que el coautor del libro El Canal de los Presos. Trabajos forzados: de la represión política a la explotación económica cuantifica en "al menos 800 millones de euros". "Desde el pequeño taller a la gran industria vasca, catalana o andaluza –cuenta Gutiérrez Molina–, no hubo sector industrial, comercial, agrario o de servicios que no contara, en mayor o menor número, con trabajadores esclavos".
El anteproyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía señala (artículo 19): "Reparación por trabajos forzados. La Administración de la Junta de Andalucía impulsará actuaciones para hacer copartícipes de las medidas de reconocimiento y resarcimiento a las organizaciones que pudieron utilizar los trabajos forzados en su beneficio". El Gobierno autonómico, con el nuevo marco legal que reconoce la mano de obra esclava en trámite, no desvela aún cómo motivará la participación de las empresas implicadas.


La empresa 'Huarte', en el Valle de los Caídos.

Empresas implicadas que no reconocen el "abuso"

¿Quién debe responder por esos delitos? "En el caso de Alemania las empresas pagaron, pusieron la mitad del fondo de indemnizaciones y la otra la puso el Estado", compara el coordinador de RMHSA, Cecilio Gordillo, que declaró por videoconferencia en febrero ante la justicia argentina y sugiere "candidatos a ser convocados por la juez Servini". Caso de "Florentino Pérez, de Dragados y Construcciones (ACS), José Manuel Entrecanales, de Entrecanales y Távora (Acciona), Gonzalo Ferre, de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), Julio Gómez-Pomar, de Renfe y Juan Miguel Villar Mir, de Huarte (OHL)". Actuales responsables de empresas, "o sus antecesoras", señala, que nunca reconocieron el "abuso". Como publicó Financial Times Magazine en el año 2003.
eldiario.es/andalucia se ha puesto en contacto con estas empresas, que han declinado hacer declaraciones al respecto. "No haremos ningún comentario sobre ese tema", una respuesta repetida que se extendió en la mayoría de los casos al momento en que, en teoría, la ley andaluza de memoria les conmine a participar en el reconocimiento a los trabajadores forzados. En ningún caso se negó la participación de las "antecesoras" de estas compañías e, incluso, hubo solicitud de información a este periódico "para conocer un poco más en qué consiste todo eso".
En sectores como la minería y la construcción, los presos fueron "imprescindibles". "El número de pantanos inaugurados por Franco, sin la mano de obra esclava, hubieran sido muchos menos, lo mismo que las líneas férreas, carreteras o aeropuertos", relata Gordillo. Obras, también, como el Valle de los Caídos. Para administrar los campos de concentración convertidos en "empresas de trabajo temporal", el régimen creó –el 11 de octubre de 1938– el Patronato Central de Redención de Penas por el Trabajo (PCRPT).
En su organigrama cabían, describe Gutiérrez Molina, "funcionarios de prisiones, de prensa y propaganda, un eclesiástico, un contable, varios ingenieros, auditores generales de los tres ejércitos y de los organismos públicos que más trabajadores empleaban". Como el Servicio Nacional de Regiones Devastadas, empresas ferroviarias intervenidas, el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas y la Compañía de Caminos de Hierros del Norte. Por cada día de trabajo, un preso redimía dos de pena. El Estado, que cobraba una cantidad a la empresa beneficiaria, pagaba un jornal –"aunque no siempre cumplía"– del que descontaba la comida y la ropa del recluso.

Empresas que solicitaron trabajadores forzados

En Franquismo y trabajo esclavo, una deuda pendiente, el investigador José Luis Gutiérrez Molina expone una relación de 90 empresas que solicitaron y les fueron concedidos penados como mano de obra forzada. Una treintena corresponden a organismos oficiales, once a la iglesia católica, ocho al Ministerio del Ejército y el resto a compañías privadas y una institución benéfica (Fundación Elorz).
Instituciones públicas que usaron presos: Secretaría General del Consejo de Estado, Astilleros de Cádiz, Consejo Superior de Protección de Menores, Sindicato Nacional del Espectáculo, Regiones Devastadas de varias provincias, gobiernos civiles, direcciones generales, ayuntamientos… además, entre otras, de la Fundación Generalísimo Franco y la Jefatura de FET de las JONS en Lérida.
La iglesia reclamó trabajadores esclavos para obras en parroquias, conventos y otros edificios de Madrid, Barcelona, Cuenca, Murcia o Valladolid. Como empresas privadas, aparecen relacionadas con la metalurgia (Múgica, Arellano y Cía.Babcock & WilcoxLa Maquinista Terrestre y MarítimaTalleres Mercier o Industrias Egaña), la minería (Carbones AsturianosMinera Estaño SilledaDuro FelgueraMinería Industrial Pirenaica o Minas de Sillada), la construcción (Sociedad Constructora Ferroviaria o Ibérica de Construcciones y Obras Públicas), agricultura, mecánica, zapatería, espartería y fábricas de muebles, cristal, guantes o alpargatas.
El propio autor, junto a Dolores Martínez, en El trabajo esclavo de los presos políticos del franquismo en Andalucía, repasan los campos de concentración y trabajo instalados en la región, con el número de reclusos que acogieron y las fechas en que estuvieron activos. Además, establecen un listado con la relación de obras en que intervinieron prisioneros, presos y penados en Andalucía entre 1936 y 1956. Una lista casi interminable "que no se ha estudiado a fondo".



https://www.lamarea.com/2014/11/20/franquismo-s/



Franquismo S.A

Muchas de las empresas que cotizan en el IBEX 35 hicieron fortuna gracias a su cercanía con el régimen y al uso de represaliados como trabajadores forzados
Reportaje publicado en el número de noviembre de La Marea, que puedes adquirir en quioscos y en nuestra tienda virtual
MADRID// En el archivo del diario ABC hay una fotografía del Valle de los Caídos con una anotación en el reverso, en la que se advierte de la necesidad de borrar el cartel de la constructora Huarte que aparece en la imagen. La rúbrica es un perfecto ejemplo para ilustrar cómo las grandes empresas españolas intentan borrar, con la connivencia de los medios de comunicación y los gobiernos de esta democracia, los vestigios de la instrumentalización que hicieron del franquismo para construir su imperio económico. Algunas empresas que cotizan en el IBEX 35, como Gas Natural, OHL o Iberdrola, se lucraron con la represión y el modelo autárquico que impuso el dictador y, a día de hoy, siguen sin reparar a las víctimas.
Las empresas obtuvieron beneficios de distintos modos: algunas usaron mano de obra forzada, otras se aprovecharon de la represión de sus competidores por pertenecer al bando republicano y otras,simplemente, se lucraron gracias a la cercanía con Franco cuando el régimen efectuó su inmensa obra pública: el Valle de los Caídos. Además, el franquismo propició unas condiciones laborales muy ventajosas para las empresas, ya que no existía el sindicalismo ni se podían negociar unas condiciones salariales y de trabajo dignas.
Una muestra del funcionamiento de esta red clientelar es la carta enviada a Franco el 25 de mayo de 1970 por Pedro Barrié, dueño de Fuerzas Eléctricas del Noroeste (FENOSA) y del Banco Pastor, para que intercediera ante el Ministerio de Hacienda, que ponía dificultades a su empresa ASTANO (Astilleros y Talleres del Noroeste). Barrié se quejaba ante el caudillo de que no se le permitía al Banco Pastor apoyar económicamente a su astillero y planteaba que las únicas opciones que le quedaban era la mediación del dictador ante Hacienda o, en su defecto, la intervención estatal a través del Instituto Nacional de Industria o los astilleros públicos. La misiva, a la que ha tenido acceso La Marea, concluye de este modo: “Espero que, como todos los años, si usted me lo permite, pueda visitarlo este verano en el Pazo de Meirás. Recordaremos nuestros muchos años de amistad y podré reiterarle mi inquebrantable lealtad y afecto”.
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Según Javier Pueyo, profesor de la Universitat Pompeu Fabra, la clase empresarial española encontró un hábitat idóneo para poder desarrollarse sin la competencia. El periodo más intenso de esta oligarquía monopolística ocurrió en los años 50 cuando, tal y como explica el historiador en su artículo Las relaciones entre las empresas eléctricas y el Estado franquista, “se dieron unas condiciones extremadamente favorables consistentes en la altísima protección exterior, una fuerte intervención estatal, defensa de la industrialización acelerada y una financiación inflacionista”. Este tipo de organización económica dotaba de privilegios y favores a los empresarios más afines y cercanos al régimen de Franco. De esta relación de favores surgió una oligarquía con la que se forjaron grandes imperios y empresas de las que beben muchas corporaciones que cotizan hoy en el IBEX 35. El artista Luis Quintanilla, en una conferencia en Nueva York en 1938 desde el exilio, explicaba esta simbiosis del siguiente modo: “El fascismo no es ni más ni menos que la burguesía armada contra el proletariado”.

Gas Natural Fenosa

La empresa que mantiene como consejero al expresidente del Gobierno Felipe González nació en el año 2009 de la fusión de Gas Natural y Unión Fenosa. Esta última empresa se creó en el año 1982 como resultado de la unión de otras dos, FENOSA y Unión Eléctrica Madrileña. El dueño de FENOSA, Pedro Barrié, amplió su fortuna ayudado por la cercanía con el dictador y como recompensa tras haber sido uno de los grandes financieros de la Guerra Civil para el bando nacional. Como ejemplo de este vínculo sirve la concesión del Condado de Fenosa al empresario por parte del dictador en el año 1955 en agradecimiento por los servicios prestados en general y, en particular, por la cuestación popular que Pedro Barrié hizo para regalarle el Pazo de Meirás, que todavía ocupan los Franco para su asueto canicular.
Barrié, uno de los empresarios del sector eléctrico más importantes de Galicia, forjó su imperio tras el fusilamiento de un diputado republicano. FENOSA nació de la fusión forzosa de Fábrica de Gas y Electricidad, la pequeña empresa de Barrié, y Electra Popular Coruñesa, una empresa que era propiedad de la familia de José Miñones, un parlamentario que fue ejecutado en el año 1937 en el Campo de la Rata, junto a la torre de Hércules, en A Coruña. Gas Natural-Fenosa, al ser contactada porLa Marea para conocer si existe o ha existido alguna acción de reparación por estos hechos, ha declarado que la compañía “compró Unión Fenosa hace cinco años y esto es una cuestión pasada de otra empresa”.

Acciona

Jose Manuel Entrecanales, actual presidente ejecutivo de Acciona, debe su cargo y posición a la fortuna que su abuelo José Entrecanales hizo durante el franquismo junto a su socio Manuel Távora. La empresa Entrecanales y Távora, integrada hoy en Acciona, fue una de las constructoras de cabecera del régimen, como reconoce en su web corporativa: “En los años de la posguerra, la compañía fue muy activa, consolidando su posición como una de las compañías más innovadoras del país”.
En 1929 se construyó una zona residencial burguesa en Sevilla con motivo de la exposición universal de ese mismo año. El lugar tenía graves problemas de vertidos y, en plena Guerra Civil, el Ayuntamiento de Sevilla encargó a la empresa Entrecanales y Távora la construcción de un canal que llevara los vertidos lejos de los barrios ricos de Heliópolis y La Palmera. Para ello se instaló el campo de concentración de El Colector, donde 250 presos republicanos se apiñaban para trabajar en la obra de la constructora Entrecanales y Távora. La Marea ha tratado de conseguir, sin éxito, algún tipo de declaración al respecto sobre las posibles medidas de reparación que la empresa haya tomado con las familias o personas afectadas por estos hechos.

OHL

La compañía de Villar Mir nació de la fusión de otras tres: Obrascón, Huarte y Laín. Una de ellas, Huarte, fue junto a San Román (filial de Agromán), Estudios y Construcciones Molán y Banús, la empresa encargada de construir el Valle de los Caídos usando mano de obra esclava. Fue precisamente una fotografía del Valle de los Caídos con el cartel de la empresa constructora Huarte, la que esgrimió Joan Tardà (ERC) en el Congreso en 2011 para pedir que fueran las constructoras del enclave de Cuelgamuros las que pagaran las exhumaciones de las decenas de miles de represaliados que todavía se encuentran enterrados allí. Tardà recordó en su intervención que hubo empresas “que se capitalizaron a partir del trabajo esclavo de los republicanos”.
Es el caso de Nicolás Sánchez Albornoz, preso en el Valle de los Caídos. “Los que estábamos condenados a trabajar allí estábamos alquilados a las empresas que hacían la obra, Huarte y Banús, por 10,50 pesetas al día. A nosotros nos daban 50 céntimos a cada uno. Los patronos tenían obreros a precio de saldo y disciplinados”, explica el propio Sánchez en declaraciones recogidas por Alejandro Torrús en un artículo en Público. La empresa de Villar Mir sigue negándose a hacer ningún tipo de declaración sobre este asunto, que empaña la imagen de una de las mayores constructoras del país: “No vamos a contestar ningún tipo de preguntas sobre este tema, Adiós”, fue la respuesta hostil y definitiva del departamento de comunicación de OHL.

ACS

La constructora de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, también se benefició de mano de obra forzosa a través de su filial, ahora integrada, Dragados. En 2003, un artículo de Leslie Crawdford en Financial Times llamado Franco’s Slaves habla de Dragados citando un informe gubernamental de 1952 del programa de Redención de Penas por el Trabajo en el que se define como “un muy importante grupo de construcción que ha hecho uso de mano de obra presa durante los últimos 12 años”.
Una de las obras en las que Dragados usó mano de obra esclava fue en la construcción del pantano de Mediano, en Huesca. Los trabajos tuvieron lugar entre 1952 y 1955. Para ellos, Dragados usó un destacamento de 35 penados que tras las obras fueron enviados a la prisión de Huesca. Los datos al respecto, que constan en la Memoria general de instituciones penitenciarias de 1955, son recogidos por los historiadores Lola Martínez Macías y Fernando Moreno Moreno. Otro de los grandes accionistas de ACS es la familia March, con un 18,2% de las participaciones de la empresa dirigida por Florentino Pérez. Juan March fue uno de los mayores impulsores económicos del golpe de Estado de 1936 y financió incluso el viaje del Dragon Rapide que llevó a Franco de Canarias a Marruecos para el levantamiento militar. La empresa tampoco ha contestado a las preguntas de La Marea.

Iberdrola

La compañía actual nació de la fusión en 1992 de Hidroeléctrica Española e Iberduero. Esta última se creó a partir de la fusión de Saltos del Duero e Hidroeléctrica ibérica. La gran empresa energética española de la actualidad se forjó gracias al compromiso con Franco de Jose María de Oriol y Urquijo, presidente de Hidroeléctrica Española (Hidrola) desde el año 1941 hasta 1985. El empresario vasco fue alcalde de Bilbao desde 1939 hasta 1941, y jefe provincial de Falange en diferentes periodos.
Jose María de Oriol y Urquijo fue jefe de Falange Española Tradicionalista de 1937 a 1941, e impulsó la formación de la Brigada de Investigación y Vigilancia, que en palabras del propio Oriol al diario Hierro, elaboró en 1938 informes de 80.000 personas en la provincia, para ser usados en la posterior represión, según se recoge en un libro sobre los alcaldes de Bilbao, escrito por Joseba Aguirreazkuenaga [et al.]. En la misma obra, haciendo referencia a artículos de prensa, se sostiene que los ministros del sector se tuvieron que resignar a que Franco despachara con el jefe de Hidrola las obras e infraestructuras españolas en contraprestación a la ayuda económica que la familia Oriol y Urquijo dio al dictador para el golpe de Estado. La empresa eléctrica pasó de ser meramente testimonial en la España de los años 30 a convertirse en la compañía número 20 en activos netos en 1948, con 580 millones de pesetas; en 1960 ya era la quinta empresa más importante del país, con un activo neto de 11.468 millones de pesetas. Desde Iberdrola han asegurado a La Marea que no pueden valorar las actuaciones personales de los dirigentes en los más de 100 años de historia de la compañía.
La empresa vasca Saltos del Duero (Iberduero), otra de las que dio lugar a Iberdrola, fue la encargada de realizar otras muchas obras en la época autárquica del franquismo. Uno de los ejemplos de la conexión económica y política de la época fue la inauguración del Embalse de Aldeadávila de la Ribera, en Salamanca. El 17 de octubre de 1964 se inauguró el pantano con la presencia de Francisco Franco, el dictador de Portugal, António de Oliveira y Salazar, y Pedro de Careaga y Baseabe, presidente de Iberduero. La fotografía del acto refleja la cercanía entre el franquismo y el mundo empresarial, que permitió la creación de grandes imperios económicos a base del sudor y la sangre de muchos represaliados. Esos beneficios de la represión a día de hoy cotizan en el IBEX 35 y sus empresas siguen sin proporcionar la reparación que cualquier democracia debería exigir.

Periodista y Documentalista. Aspirante a imitador de Günter Wallraff.

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Los esclavos del franquismo

Aunque el trabajo forzado de los presos era algo corriente desde el golpe de Estado, la construcción del Valle de los Caídos será una de las primeras grandes obras en utilizar mano de obra esclava de forma masiva.

El Valle de los Caidos, el mayor mausoleo en memoria del dictador Francisco Franco DAVID FERNÁND

PUBLICADO
2018-06-23 09:00:00


Esta historia empieza con una huida. Militantes de la CNT han quemado hasta los cimientos el edificio del Instituto Católico de Artes y Oficios de Madrid y su director, el jesuita José Agustín Pérez del Pulgar, ha decidido marcharse a Bélgica. El ataque contra el edificio no ha sido casual, Pérez del Pulgar es un militante activo de la derecha más reaccionaria y utiliza su puesto para difundir propaganda, está convencido de la necesidad de frenar la expansión de las ideas marxistas entre los jóvenes. Solo unos meses después de su salida del país estalla la guerra y Pérez del Pulgar decide volver. Quiere ponerse al servicio del alzamiento, formar parte de la cruzada que va a salvar España.
Pérez del Pulgar: es muy justo que los presos contribuyan con su trabajo a la reparación de los daños a que contribuyeron con su cooperación a la rebelión marxista
Los siguientes meses los pasa en el norte de la península. Sabe que su lugar no está en el frente, pero en la retaguardia hay mucho trabajo para hombres como él. Pérez del Pulgar no pierde el tiempo. Contacta con Máximo Cuervo Radigales, un general muy cercano a la cúpula eclesiástica por su labor en la dirección del CEU. Cuervo Radigales está a punto de convertirse en uno de los hombres más peligrosos y oscuros del régimen franquista, pero para ello necesita la ayuda del jesuita. Entre los dos comienzan a construir el aparato ideológico que sostendrá el sistema penitenciario de la dictadura.
La construcción del Valle de los Caídos será una de las primeras grandes obras en utilizar mano de obra esclava de forma masiva
La recompensa llega enseguida. En 1938 Cuervo Radigales es nombrado Director General de Prisiones, y comienza a reorganizar las cárceles que están bajo el control de los golpistas. Con ayuda de Pérez del Pulgar, crea un sistema de trabajos forzados para los presos que se mantendrá durante toda la dictadura y que queda bajo el control de un nuevo organismo, el Patronato de Redención de Penas por Trabajo. Al frente del Patronato sitúa al jesuita, que responde directamente ante él. Acaba de nacer una de las maquinarias represivas más crueles del régimen. Este Patronato, sin embargo, no sería el único organismo que utilizaría trabajo esclavo, ya que al sistema penitenciario habría que sumar el sistema de campos de concentración que se creó por toda la península y donde también existían batallones de trabajo. Estos presos ni siquiera tenían pena que cumplir porque no habían sido juzgados, y dependían directamente de la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros (ICCP), y luego de la Jefatura de Campos de Concentración y Batallones Disciplinarios. 

LA CONSTRUCCIÓN DEL VALLE DE LOS CAÍDOS. EL SISTEMA DE TRABAJO ESCLAVO DEL FRANQUISMO

Aunque el trabajo forzado de los presos era algo corriente desde el golpe de Estado, la construcción del Valle de los Caídos será una de las primeras grandes obras en utilizar mano de obra esclava de forma masiva. Franco quería un gran mausoleo, un monumento a la altura de la cruzada que acababa de acometer, y apenas esperó para ponerlo en marcha. El 1 de abril de 1940, en el primer aniversario de la victoria, se ordena el comienzo de las obras mediante decreto. El documento no deja lugar a dudas sobre el propósito, Franco quiere homenajear a los que han caído combatiendo a su lado: “Lugar perenne de peregrinación, en que lo grandioso de la naturaleza ponga un digno marco al campo en que reposan los héroes y mártires de la Cruzada”.
No hay reconciliación ni homenaje a los dos bandos, solo héroes y mártires del alzamiento
Aquí aparece de nuevo Pérez del Pulgar en nuestra historia. En un panfleto publicado a finales del 39 y que había titulado “La solución de España al problema de los presos políticos”, el jesuita sienta las bases de lo que será su labor al frente del Patronato de Redención de Penas por Trabajo: “es muy justo que los presos contribuyan con su trabajo a la reparación de los daños a que contribuyeron con su cooperación a la rebelión marxista”. Del Pulgar va a hacerles pagar.
El funcionamiento del Patronato era sencillo: las empresas y los entes públicos solicitaban presos para trabajar y los responsables decidían la cantidad que les adjudicaba y la cárcel de donde eran seleccionados. El Archivo General de la Administración conserva los libros de actas que elaboró el Patronato entre 1940 y 1960, donde se detallan los presos adjudicados, el lugar de destino y la labor que van a realizar. Sin embargo, estos datos todavía no se han vaciado de forma sistemática, por lo que los investigadores que trabajan sobre el tema han recurrido a las Memorias de la Dirección General de Prisiones. Las investigaciones muestran que había empresas de todo tipo, incluido pequeño comercio y particulares que solicitan una criada para el servicio doméstico. Mientras trabajaban, eran encerrados en colonias penitenciarias, en destacamentos penales, o en las propias cárceles. Para tener una imagen general del sistema de encierro, a estas colonias penitenciarias habría que sumarlas a la existencia de campos de concentración destinados al internamiento y la clasificación de los prisioneros de guerra. 
Las cifras y la extensión de esta práctica a todos los sectores de la economía muestran que el sistema de trabajo esclavo no fue algo puntual, sino uno de los pilares claves de la economía franquista. Según los historiadores que han trabajado en esta cuestión, la mayor cantidad de presos fueron destinados a infraestructuras y obras públicas, como la construcción de vías férreas, carreteras, canales, cárceles y minas. Un ejemplo es la construcción de la cárcel de Carabanchel en Madrid, donde se sabe que en 1946 había 956 presos trabajando, aunque no se dispone de más datos sobre otros años. 
En El Valle de los Caídos: Una memoria de España, una de las investigaciones más detalladas sobre la construcción del monumento, el historiador Fernando Olmeda no se atreve a dar cifras sobre la cantidad de presos que trabajaron en el Valle de los Caídos debido a la dificultad para conocer estos datos. Según las Memorias de la Dirección General de Prisiones, se trataría de unos 500 presos al año entre 1943 y 1950, aunque hay años en los que ni siquiera aparecen cifras.
Las empresas y los entes públicos solicitaban presos para trabajar y los responsables decidían la cantidad que les adjudicaba y la cárcel de donde eran seleccionados
Las obras fueron adjudicadas a tres constructoras, Banús, Molán y San Román, y los propios directivos se paseaban por las cárceles para seleccionar a los internos. Teodoro García Cañas, preso en la cárcel de Ocaña, recordaba en el libro “Esclavos por la patria” cómo Juan Banús examinaba personalmente los dientes y los músculos de los presos para escoger a los que pudiesen aguantar mejor. Muchos no lo hicieron. A las muertes por las malas condiciones de trabajo y el agotamiento se sumaron las que produjo la silicosis por las obras en las criptas. 
Pérez del Pulgar observaba los avances del Valle de los Caídos y sonreía. Los presos se redimían no solo ante la patria, sino también ante Dios. A cambio de su trabajo, el Patronato había establecido un sistema de reducción de condenas y una paga económica cuyo objetivo era mostrar que era posible volver al buen camino y obtener el perdón. Sin embargo, lo cierto es que apenas se cumplieron. El sistema penitenciario de Cuervo Radigales estaba basado en la arbitrariedad y la tortura sistemática de los internos, a los que se aplicaban medidas como una política de dispersión constante que Radigales bautizó como “turismo penitenciario”. En cuanto al sueldo, se estableció un pago de 2 pesetas diarias de la que el Estado descontaba 1,5 para gastos de manutención. 

LA MAYOR FOSA COMÚN DE LA PENÍNSULA

Para la inauguración del Valle de los Caídos, Franco escogió otro aniversario de la victoria militar, el de 1959. Aunque en un primer momento se había decidido que solo fuesen enterrados allí los héroes del bando sublevado, en 1958 el régimen cambia de idea: una carta del ministro de Gobernación de ese año especifica que las inhumaciones se harán “sin distinción del campo en el que combatieron”. El lugar nunca dejó de ser un monumento a la victoria franquista, pero se decidió trasladar allí cadáveres procedentes de fosas comunes de prácticamente toda la península, sin tener en cuenta de dónde procedían ni avisar a sus familiares.
Aunque se había decidido que solo fuesen enterrados allí los héroes del bando sublevado, en 1958 el régimen cambia de idea
La enorme cantidad de traslados, que se prolongaron hasta 1983, convirtieron al Valle de los Caídos en la mayor fosa común de España, con 33.833 cuerpos. De ellos, 12.410 permanecen todavía hoy sin identificar. Aunque las fosas fueron declaradas de titularidad estatal en 2007, el acceso a ellas depende de la Iglesia gracias a los acuerdos de 1979 con el Vaticano, y esta ha utilizado esa potestad para negarse a que se efectuasen las identificaciones incluso cuando había sentencias judiciales favorables a los familiares, como sucedió en 2017 con el caso de Manuel y Ramiro Lapeña.
Estos acuerdos, que tienen el carácter de tratado internacional y por tanto están por encima de las leyes nacionales, son el principal obstáculo que afronta el gobierno para trasladar los restos de Franco. Sin embargo, el destino del monumento abre también otros interrogantes. Uno de ellos es el de su posible conversión a un memorial de las víctimas de ambos bandos, como recomendó el Comité de Expertos nombrado por Zapatero en 2011. La conversión parece complicada para un monumento que desde el principio tuvo clara su finalidad y que ha continuado siendo un lugar de homenaje el franquismo hasta ahora. Pero además, exige responder a preguntas como la financiación de su restauración, cuyo coste se estima en unos 13 millones de euros por el enorme deterioro que sufre el monumento.
Las grandes fortunas del IBEX 35, construidas a base de trabajo esclavo, no querían dejar rastros de su pasado
En 2011, Joan Tardá propuso en el Congreso que estos costes corriesen a cargo de las empresas que se habían enriquecido con la mano de obra esclava. Para ilustrar su argumentación, utilizó una fotografía de las obras en la que se podía ver un cartel de la constructora Huarte, que después formaría la actual OHL. En el reverso de la foto, una anotación indicaba la necesidad de borrar el cartel para que no se asociase con la empresa. En realidad, la participación de Huarte en las obras se produjo de forma más tardía, en 1950, cuando según los datos de la Dirección General de Prisiones ya no había trabajo esclavo. No obstante, como señalaron los colectivos de memoria histórica de Navarra cuando le concedieron la Medalla de Oro de Navarra a Félix Huarte, la complicidad de este con la dictadura había sido enorme y se cree que utilizó trabajo esclavo en otras obras, como la construcción del aeródromo de Ablitas.
Huarte no fue la única. Las grandes fortunas del IBEX 35, construidas a base de trabajo esclavo, no querían dejar rastros de su pasado. OHL no era la única, como descubrieron las investigaciones del Financial Times en 2003 y La Marea en 2014, muchas otras grandes empresas también habían construido su fortuna gracias a los trabajos forzados, desde mineras como Norte o Duro a constructoras como Acciona y ACS o energéticas como Iberdrola o Gas Natural Fenosa.
Todas coincidieron en negarse a dar explicaciones y proporcionar información sobre ese asunto. El sistema creado por Pérez del Pulgar y Cuervo Rodigales seguía generando beneficios muchos años más tarde.
*Me gustaría agradecer al historiador Fernán Mendiola la revisión y corrección del artículo, que lo ha mejorado sustancialmente.

https://www.publico.es/espana/del-valle-caidos-al-ibex.html

Del Valle de los Caídos al Ibex 35


37 años después de la muerte de Franco, las empresas que se enriquecieron con la construcción de su mausoleo están entre las más poderosas e influyentes del país


Situado a casi cincuenta kilómetros al norte de Madrid, el Valle de los Caídos es un conjunto monumental edificado en los años 40 y 50 por orden de Franco, quien eligió el emplazamiento y siguió la construcción.



El régimen les dio poder, patrimonio y mano de obra casi esclava. La transición y la democracia, benevolente como con un hijo pródigo, no les pidió explicaciones por su pasado ni por el origen de sus riquezas. Su pasado se diluyó en el presente de la España democrática como un azucarillo en agua hirviendo y el futuro quedó a sus pies. Son las grandes empresas que apoyaron a Franco en su cruzada, se beneficiaron de las concesiones estatales, utilizaron mano de obra casi esclava de presos republicanos y sentaron en sus consejos de administración a los exministros del régimen. Esta es la historia de los que una vez que el caudillo de España murió se autodefinieron como “demócratas de toda la vida”.
En agosto de 1936, el diario británico The Sunday Express publicó: “Franco se mantiene en la lucha. Pero, ¿cuál es el poder que lo dirige desde detrás de las sombras? Cuando un hombre levanta la mano, Franco obedece. Ese hombre es Juan March”.
Nadie puede imaginar que un golpe de Estado puede triunfar sin el apoyo de los grandes empresarios y Franco, juntos al resto de golpistas, encontró en Juan March al mecenas de su cruzada. March aseguró la vida de los familiares de los militares rebeldes, financió los aviones que trasladó a Franco al norte de África con la inestimable ayuda de varios responsables del diario ABC y negoció con alemanes e italianos la compra de armamento. ¿A cambio de qué?
Lo importante para el Generalísimo no era mantener su integridad ideológica. Franco no tenía ideología
“A cambio, en plena Guerra Civil, desde el cuartel general de Burgos, obtuvieron el control del sector bancario, su statu quo, las claves de la economía, el monopolio del sector financiero”, escribe Mariano Sánchez en la obra publicada en 2005 Los banqueros de Franco.
Este pacto de Franco con March y el resto de banqueros significó la primera gran traición del general a los principios de Falange: la Banca no sería nacionalizada. Lo importante para el Generalísimo no era mantener su integridad ideológica. Franco no tenía ideología. El caudillo tenía poder político, adquirido mediante las armas, y no lo iba a perder bajo ningún concepto y mucho menos por programas políticos.
Al amparo de la dictadura franquista, Juan March realizó diversas operaciones financieras de gran calibre, como la compra de la Barcelona Traction, tras la que fundó Fuerzas Eléctricas de Cataluña, S. A (FECSA), quien se hizo con la práctica totalidad de la producción eléctrica en Cataluña.  FECSA construyó centrales térmicas y entró en el campo de la energía nuclear, motivado por las crisis del petróleo de los años 70.
Así, participó, junto con Électricité de France, Hidroeléctrica de Cataluña y ENHER en la construcción de la central nuclear de Vandellós, puesta en servicio en 1972. En 1983, FECSA instaló en solitario la central nuclear de Ascó, que comenzó a funcionar en 1983. 

El rastro de March en el presente

 Todas estas operaciones convierten a FECSA en una empresa al alza, que comienza a cotizar en el IBEX 35 de la Bolsa española. Su camino en solitario llega hasta 1996 cuando el Grupo Endesa se hace con el 75% de las acciones de la compañía y su control absoluto.
Juan March falleció en 1962 pero sus nietos han sabido cumplir su legado. En 1988 la revista Forbes sitúa a los March entre las tres fortunas más importantes de España, junto a Ramón Arces, creador de El Corte Inglés, y los Botín. Su notoriedad en la democracia española y en las finanzas internacionales es ya indiscutible.
“La Fundación March, creada en 1955, cuenta con un patrimonio superior a los 15.000 millones de pesetras y recibe una inversión anual que rebasa los 1.000 millones. En la actualidad el patrimonio de los March se sitúa entre en el medio billón de pesetas, participan en el accionariado de 150 empresas y comandan un grupo empresarial que ha sido vanguardia en España en cuanto a bancos de negocios y que goza de una gran liquidez”, escribe Mariano Sánchez en su obra Los banqueros de Franco.
Entre la larga lista de empresas en las que la familia March está presente en el accionariado hay algunas muy reconocibles para el gran público como la constructora ACS (18,3%), presidida por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez; Acerinox (24,2%), una de las compañías líder a nivel mundial en la fabricación de acero inoxidable o la empresa de seguridad Prosegur (10,0%). 

La construcción del Valle de los Caídos

Ningún otro símbolo como el Valle de los Caídos refleja el funcionamiento de la oligarquía empresarial que rodeaba el régimen. Una obra faraónica que costó a las arcas públicas a lo largo de sus veinte años de construcción 2.421 millones de pesetas de la época, según datos de Mariano Sánchez. “Para entender la magnitud de la obra conviene comparar el coste con otras partidas de los Presupuestos. Así, hasta 1970 el Estado había dedicado 2.339 millones de pesetas para Educación, explica Mariano Sánchez, autor de obras como Los Franco S.A. o Los banqueros de Franco a Público.
"Trabajábamos en condiciones difíciles, nos trataban de hijos de puta y rojos, cosa peor que los malos tratos”, dice un preso esclavo
El régimen Franco eligió el 1 de abril de 1940, primer aniversario de la entonces conocida como “Victoria de las armas de España”, para dar a conocer su proyecto. Fernando Olmeda, autor de El Valle de los Caídos. Una memoria de España, recoge en su obra las palabras pronunciadas aquel mismo día por  el coronel Valentín Galarza, subsecretario del a jefatura del Estado, en la lectura al Decreto que dispone la construcción del futuro monumento:
“La dimensión de nuestra cruzada, los heroicos sacrificios que la victoria encierra y trascendencia que ha tenido para el futuro de España esta epopeya no pueden quedar perpetuados por los sencillos monumentos con los que suele conmemorarse en villas y ciudades los hechos salientes de nuestra historia. Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos, que desafíen al tiempo y al olvido y que constituyan lugar de meditación y reposo en que las generaciones futuras rindan tributo de admiración a los que legaron una España mejor”.
La ejecución del gran sueño del generalísimo requirió un enorme esfuerzo financiero, pero sobre todo de personal. En 1942 el régimen se da cuenta de que además de obreros libres será necesario emplear batallones de presos en un país que continúa desangrado tras la cruenta Guerra Civil. Ese mismo año llega al Valle la Compañía del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados nº 95. Los presos visten gorro a rayas azules y blancas con una P que les identifica como presos. El periodista Rafael Torres, autor de Los esclavos de Franco, cifró en 20.000 los presos republicanos que participaron a precios muy por debajo del mercado y en condiciones de semiesclavitud en la construcción del sueño de Franco. 

Los presos "alquilados"

Fernando Olmeda recoge en su obra dos testimonios de presos republicanos que detallan las condiciones de la obra. Trinitario Rubio lo describe de la siguiente manera: ”Picábamos un metro cúbico de piedra, cargábamos vagonetas y empujábamos entre varios. Trabajábamos en condiciones difíciles, nos trataban de hijos de puta y rojos, cosa peor que los malos tratos”.
Segundo Fernández, de familia de agricultores de izquierdas, y condenado por tres consejos de guerra, resume en una frase su experiencia en la construcción del Valle de los Caídos: “Raro era el día que no morían uno o dos, y hasta tres, más por el hambre que por accidentes, porque la construcción del túnel casi no había empezado”.
La utilización de presos políticos como mano de obra ahorró al régimen 780 millones de euros
Nicolás Sánchez-Albornoz, director del Instituto Cervantes de 1991 a 1996 y condenado a trabajos forzados por el régimen en 1947, puso cifras al negocio redondo de las empresas y el régimen de Franco con los presos trabajadores. "El Valle era un gran negocio", explica, "los que estábamos condenados a trabajar allí estábamos alquilados a las empresas que hacían la obra, Huarte y Banús, por 10,50 pesetas al día. A nosotros nos daban 50 céntimos a cada uno. Los patronos tenían obreros a precio de saldo y disciplinados", según recoge José María Calleja en un artículo publicado en el diario El País. De esta manera, Sánchez-Albornoz confiesa que estuvo “alquilado” a la empresa Huarte y Banús.
El periodista Isaías Lafuente se atrevió a cuantificar en su libro Esclavos por la Patria los beneficios obtenidos por el franquismo a costa de utilizar presos políticos para la realización de obras: más de 130.000 millones de pesetas, unos 780 millones de euros. Ello se deduce del estudio de las detalladas memorias anuales remitidas a Franco por el Patronato para la Redención de Penas entre 1939 y 1970, conservadas aún en los archivos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. en su libro Esclavos por la patria

Las empresas adjudicatarias y su beneficio

En sus inicios la obra se adjudica a tres grandes empresas, San Román, filial de Agromán, se encargará de la perforación de la roca para abrir en ella el agujero gigante que albergará la cripta; Estudios y Construcciones Molan se ocupará de la construcción del monasterio; y Banús, gestionada por los dos hermanos Juan y José, se responsabilizará de la carretera que unirá la entrada con el Risco de la Nava.
Estas tres empresas, junto a la constructora Huarte y Cía que se uniría a las obras en 1952, dispusieron de mano de obra semiesclava para sus negocios privados por concesión del régimen de Franco. Así, en 1943 Agromán disponía de 250 presos republicanos trabajando en el Monumento; 100 en las obras de el Escorial Aguas y Escorial Arca de Juan; y otros 140 en diversas obras repartidas en cuarteles y monasterios.
Banús, por su parte, disponía de 125 presos trabajando en la carretera que da acceso al Valle de los Caídos, 90 presos construyendo la estación de trenes de Chamartín (Madrid) y a 50 más en la base militar de Torrejón. En total llega a haber 141 batallones de presos republicanos repartidos por diferentes obras sólo en 1943, según recoge Olmeda en su obra. ¿Qué ha sido de estas empresas?
En 1943 había 141 batallones de presos republicanos realizando trabajos forzados
La constructora Huarte, que acumulaba en 1975 un volumen de venta de 16.000 millones de pesetas, se fusionó en 1998 con Obrascón. Un año después, se incorpora al grupo la empresa Lain conformando el gigante constructor Obrascón- Huarte- Laín u OHL, como es más conocido. El grupo está presidido por Juan-Miguel Villar Mir, más conocido por haberse presentado a las elecciones a presidente del Real Madrid de fútbol. Aunque en su currículum figuran otros muchos cargos en la estructura del Estado franquista como haber sido Director General de Empleo en 1964 o presidente del Fondo Nacional de Protección del Trabajo en 1967.
Por su parte, la constructora Agromán fue fundada por José María Aguirre Gonzalo y José San Román en 1926, en tiempos de Primo de Rivera.  Gracias a sus negocios, Aguirre Gonzalo saltó pronto al mundo de la banca y presidió el Banco Guipuzcoano desde 1956 hasta que falleció en 1988. Además, ocupó la presidencia del Banco Español de Crédito desde 1970 hasta 1983 y del Banesto,  desde 1970 a 1984. No obstante, la estirpe familiar no terminó ahí ya que su hijo José María Aguirre González le sustituyó en el cargo de presidente del Banco Guipuzcoano hasta 1999. En 2010, este banco fue absorbido por el Banco Sabadell.  
Tras la construcción de la carretera, los hermanos Banús siguieron caminos diferentes siempre bajo el amparo del régimen. José Banús, conocido como el constructor del régimen, es el artífice de barrios emblemáticos de Madrid como el de la Concepción o el Barrio del Pilar, donde urbanizó una gran extensión de terreno, y de cuyos pisos sacaba un beneficio de unas 115.000 pesetas.
De Madrid saltó a la Costa del Sol donde, en el verano de 1970, inauguró su proyecto más ambicioso: Puerto Banús. Su estrecha relación el régimen queda patente no sólo en sus negocios sino en sus distinciones: medalla al Mérito en el Trabajo, la gran cruz del Mérito Civil y la medalla de oro al Mérito Turístico. Sus descendientes heredaron un gran imperio con origen en la construcción del Valle de los Caídos y su amistad con el régimen de Franco.
Tras la construcción de la carretera, los hermanos Banús siguieron caminos diferentes siempre bajo el amparo del régimen
Por otro lado, su hermano Juan Banús se quedó en Madrid y en su currículum figura la construcción de la lujosa ciudad satélite de Mirasierra, opulentas viviendas rodeadas de comercios y zonas de asueto. Sus hijos Juan y Antonio Banús Ferré tomaron el testigo inmobiliario de su padre y de su tío, especializándose cada uno en diferentes proyectos.
Juan Banús, fallecido en 2000, era el responsable de la lujosa área marbellí de Puerto Banús, lugar de veraneo de la jet set y de la familia real saudí, entre otras personalidades, mientras que Antonio Banús es propietario de un importante número de franquicias de la firma de moda italiana Benetton en España, gestor del hotel de cinco estrellas Mirasierra Suites y dueño de la bodega El Carabal, situada en Cáceres. Además, Antonio Banús posee el 100% del capital del grupo promotor inmobiliario Juban.
No obstante, en la larga lista de empresas que se beneficiaron de la barata mano de obra de presos republicanos figuran otras muchas sociedades que no participaron en la construcción del Valle de los Caídos o que su gran negocio con el régimen fue otro. Es el caso de Dragados y Construcciones, hoy también inmersa en ACS, la constructora de Florentino Pérez.  

Sin descuidar a amigos y los ministros

La democracia tampoco ha maltratado a los antiguos dirigentes franquistas, sus herederos directos o a los familiares de Franco
Pero no sólo empresarios se beneficiaron de las “bondades del régimen”. La democracia tampoco ha maltratado a los antiguos dirigentes franquistas, sus herederos directos o a los familiares de Franco. Hoy, muchos de estas personas tan cercanas al régimen, ya sea con lazos en el mundo de los negocios, familiares o políticos, siguen disfrutando de un papel importante en nuestra sociedad.
La democracia tampoco ha maltratado a los antiguos dirigentes franquistas, sus herederos directos o a los familiares de Franco
Así, según enumera Mariano Sánchez en su obra Los Franco S.A., las hermanas Alicia y Esther Koplowitz, a través del Imperio de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), poseen un patrimonio que ronda los 1.000 millones de euros; los descendientes de José Meliá Sinisterra, en el sector turístico (Hoteles Meliá), facturan anualmente más de 600 millones de euros, o Carmela Arias Díaz de Rábago, condesa de Fenosa y viuda de Pedro Barrié de la Maza, cuya fortuna personal alcanza los 240 millones de euros.
También llama la atención la puerta giratoria que unía a los ministros de Franco con los Consejos de Administración de las principales empresas españolas. De los 119 ministros de franco, 22 de ellos se sentaron en 29 consejos de administración de importantes entidades bancarias, nueve en bancos oficiales y cuatro en cajas de ahorros. Otros ocho ex ministros fueron presidentes y/o consejeros del Banco de España. En total, 43 ministros se convirtieron en destacados ejecutivos del sector bancario.
Pero no sólo ellos ocuparon esos puestos, también sus hijos. Sirve como ejemplo el reciente nombramiento de Nemesio Fernández Cuesta, hijo del ministro de Comercio en el penúltimo gobierno de Franco de igual nombre, como director General de Negocios de Repsol.
No obstante, no hay que buscar tan lejos para encontrar la alargada sombra del régimen. En la penúltima horneada de políticos de la derecha española se encuentran buenos ejemplos como Rodrigo Rato, hijo de Ramón de Rato, fundador junto a Millán Astray y Dionisio Ridruejo, entre otros, de Radio Nacional de España, así como propietario del Banco del Norte y del Banco Murciano.
O José María Aznar, nieto de Manuel Aznar Zubigaray, periodista y político cercano a Falange que  fue director gerente de la agencia de noticias EFE y embajador español ante la ONU, Marruecos, y varios países de América.


http://lascartasfamosasdelahistoria.blogspot.com/2014/04/766-que-empresas-usaron-esclavos-del.html

https://www.eldiario.es/sociedad/supervivientes-venganza-libertad-quisimos-torturar_0_884012261.html

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