María Torres / 28 Agosto 2014
El 28 de agosto de 1936, Amparo Barayón es
detenida y encarcelada en condiciones inhumanas junto a su hija Andrea. Amparo
tenía 32 años. Andrea siete meses. En la noche del 11 de octubre, Amparo es ejecutada
extrajudicialmente en la tapia del cementerio de San Atilano de Zamora junto a
otras dos mujeres y su cuerpo depositado en una fosa común. El día anterior
habían arrancado a Andrea de sus brazos para entregarla en un orfanato («los
rojos no tienen derecho a criar hijos»). Pidió confesarse y lo hizo ante
un cura que en nombre de la "santa madre Iglesia", le negó la
absolución “por no estar casada por la Iglesia y vivir en pecado”. En su
certificado de defunción figura como soltera.
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