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miércoles, 27 de julio de 2016
"¡Hurra! Aquí caga la Primera Compañía". Letrina de la Legión Condor.
Sí, el título de la entrada es correcto. No se trata de evacuar la primera línea, sino de hacer las necesidades mientras le están disparando a uno. Los arqueólogos con frecuencia trabajamos con aquello que los historiadores han dejado de lado, "las pequeñas cosas olvidadas", que decía el arqueólogo norteamericano James Deetz. En el caso de las letrinas no podemos culparles: no es el sitio más agradable en el que buscar trazas del pasado. Sin embargo, también aquí uno puede descubrir cosas interesantes, como hemos tratado de demostrar en alguna ocasión. Interpretar un espacio como letrina no es siempre fácil, especialmente en primera línea, donde se tendía a la improvisación y la economía de medios. Bajo el fuego enemigo a lo más que se puede aspirar es a tener a mano un cubo o una lata y tiempo suficiente para utilizarlo. Pensamos, sin embargo, que uno de los abrigos que encontramos pudo haber hecho las funciones de retrete por varios motivos.
Posible letrina en la trinchera de Casa de Vacas
En primer lugar, el suelo tiene restos de alquitrán. Esta sustancia se utiliza para impermeabilizar. Ninguna otra estructura de la trinchera republicana de Casa de Vacas tiene trazas de alquitrán, así que este abrigo debía de desempeñar una función especial. Sabemos que en la Primera Guerra Mundial pequeños refugios como el que estamos excavando se utilizaron como retretes en el frente y también tenían el suelo asfaltado, porque era más fácil de limpiar que la arena, que se impregnaba pronto de efluvios y sustancias malolientes.
En una esquina del abrigo apareció, además, la base de un bidón. En las letrinas de la Gran Guerra también se usaban cubos metálicos o bidones a modo de inodoro. Finalmente, este es el único sitio en el sector excavado donde hemos encontrado botones de nácar: cuatro para ser exactos. Estos botones se empleaban en la ropa interior, en los calzoncillos entre otras prendas. Podemos imaginarnos lo fácil que se perderían estos botones, especialmente cuando uno tenía que hacer sus necesidades a toda prisa y bajo el fuego de la artillería. También hemos recogido un trozo de hebilla de cinturón.
Botón de nácar procedente del refugio-letrina
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