La iniciativa ‘Herstóricas’ ha puesto en marcha un proyecto que recoge y geolocaliza los espacios vinculados a la represión del franquismo y la lucha por la democracia protagonizados por mujeres. Hablamos con Sara López Jiménez, una de sus creadoras, sobre lo que sufrieron las españolas que simpatizaron con el bando republicano
Una de las imágenes rescatadas por Arcángel Bedmar: agosto de 1936, un grupo de mujeres de Montilla (Córdoba) tras ser rapadas por haber estado relacionadas con el bando republicano.
CORTESÍA DE ARCÁNGEL BEDMAR
En 1939, en una cárcel franquista de Madrid, una mujer sube a la terraza del edificio y alza a su hija en brazos. Al otro lado de los muros de la prisión se encuentra su marido, que finge leer el periódico mientras aguanta sentado a pleno sol tan solo para poder verlas unos minutos. Son la histórica militante del Partido Comunista de España (PCE) Julia Manzanal y Hernán Pérez, su compañero. La tarde del 20 de julio de 1936, en Ferrol, un grupo de veinte mujeres vestidas con uniforme de enfermera asaltan el buque militar Almirante Cervera para robar armamento y ayudar así a la resistencia en la ciudad. El 1 de agosto de 1974, a las tres de la tarde, unas vecinas del municipio sevillano de Carmona cortan la carretera N-IV al grito de “queremos agua”. Están hartas, llevan horas esperando la llegada del camión cisterna. A ellas les siguieron centenares de mujeres y otros tantos cortes en varios puntos con intersecciones de carreteras, lo que provocó grandes retenciones.
Estas son solo algunas de las historias de resistencia que recoge AmigaDateCuenta.org, un proyecto de recopilación, investigación y geolocalización de los espacios vinculados a la memoria democrática de las mujeres en España. Detrás se encuentra Herstóricas, que, en palabras de una de sus fundadoras, la historiadora Sara López Jiménez, es una alternativa cultural y educativa que pretende visibilizar la aportación histórica de las mujeres desde perspectivas feministas.
Este mapa de la memoria, que empezó en 2023 gracias a la financiación del Instituto de las Mujeres y cuya continuación y expansión se encuentra en fase de mecenazgo en la plataforma Goteo, nace de la necesidad de sus creadoras de materializar esos espacios de represión franquista y lucha por la democracia por los que transitamos cada día. Cárceles femeninas, centros de detención, sedes del Patronato de la Mujer, fosas comunes, cementerios, carreteras y otros lugares, muchos de los cuales se encuentran sin una placa o un recuerdo de lo que allí ocurrió. “Si, en general, ya hay una carencia de conocimiento de la memoria democrática de este país, cuando hablamos de memoria democrática de las mujeres es muchísimo más”, explica López.
Para sus creadoras, AmigaDateCuenta.org es una llamada de atención. “El silencio que hemos tenido en torno a la memoria democrática no es bueno para nadie. Es un ‘amiga, date cuenta’ de lo que han hecho con la historia reciente del país. Es, también, un ‘amiga, date cuenta’ de lo que ha sucedido aquí. ‘Amiga, date cuenta’ de que cuando la gente pasa por ciertos espacios, todavía le viene a la memoria cuando fueron torturadas o detenidas ilegalmente”, detalla López. “Ese ‘amiga, date cuenta’ nos lo dicen las mujeres que han luchado o han sido represaliadas por defender unos valores democráticos. Son esas mujeres que, a través de los archivos, de la historia oral, de objetos que aparecen en las exhumaciones o escondidos en las casas nos están diciendo: ‘chiquis, despertad”.
El mapa interactivo, que ya cuenta con más de 274 puntos y que está en continua actualización, recoge lugares asociados a la memoria democrática desde el inicio de la Guerra Civil hasta la década de los ochenta. Se divide en dos categorías principales: espacios de represión y de resistencia. “Muchas veces, la represión de las mujeres es invisible a los ojos de la historiografía. Imagínate a los ojos de la ciudadanía”, explica López. Porque la opresión a las mujeres durante el franquismo fue diferente a la que sufrieron los hombres. “Primero, el estigma de ser una roja, o ser mujer o hermana de un rojo. No te van a dar trabajo, te van a tener controlada, no vas a poder llorar a tus muertos. Aparte de la violencia económica, el tener que estar además en todos los homenajes de, entre comillas, los vencedores, mientras tú a lo mejor tienes a alguien escondido en tu casa o un familiar en la cárcel”, enumera. La historiadora también detalla violencias específicas como la violencia sexual o la moral. “Esa idea del ángel del hogar. Te machacaban constantemente con ese mensaje, que te atravesaba físicamente, laboralmente, económicamente, te atravesaba por todos lados. Tú tenías que ser la buena esposa y, si no, ya sabes dónde te mandaban”, añade.
En AmigaDateCuenta.org también se hace hincapié en toda la resistencia que estas mujeres opusieron al franquismo. Una rebeldía que iba desde huelgas de mujeres en cárceles franquistas y también en fábricas, luchas en la clandestinidad, fugas de película o la creación de organizaciones como el Movimiento Democrático de Mujeres, hasta ser el sostén de las familias represaliadas o rebeldías cotidianas como llevar el Mundo Obrero escondido en el cestillo de la compra. “El imaginario colectivo que tenemos es de señoras que no hacían nada y que estaban todo el día calladas. Pero allí había mujeres a las que les hacía runrun todo el rato por dentro, algunas mucho más politizadas y otras que estaban llevando esa resistencia desde su vida personal”.
Es entonces, cuando lees y conoces testimonios de mujeres de la época, cuando descubres, explica López, que una cosa es lo que se nos ha vendido y otra lo que ocurrió durante todos aquellos años. “En la historia de las mujeres lo heroico individual que siempre nos han vendido desde los hombres para ellas no existía. Ellas son heroicas pero siempre en lo colectivo. Y creo que es una buena lección de historia por si acaso necesitamos aplicarla. Necesitamos ejemplos de mujeres diversas porque siempre hemos pensado que ellas estaban en sus casas calladitas y eso es mentira”.
Cada punto geográfico del mapa se ha creado a partir del vaciado de bibliografía, la lectura de libros testimoniales y también hablando con mujeres. Como reconocen desde Herstóricas, hay muchísimo por hacer. “No te puedes meter en todos los mercados de todas las ciudades, ni en todos los pueblos. Por mucho que llevemos mil lugares el día de mañana, seguirán siendo espacios simbólicos porque quedarán muchos más”, explica. Este es un trabajo que pretenden seguir ampliando con más puntos porque “una vez que hablas de memoria, la gente se abre. Y todo el mundo tiene algo de contar desde lo cotidiano”. “De esto depende nuestro futuro”, mantiene López. “Y más cuando hay un avance de la extrema derecha. Hasta en países que parecían que habían trabajado la memoria de manera ejemplar… ¿El qué no va a pasar aquí? Que nunca se ha mirado. Que no se ha tomado en serio. Que siempre con lo de ¡ay!, abrir heridas. Cuando, simplemente, es curar. Que curar y sanar se hace desde el amor, no se hace desde la violencia. La memoria es un acto de amor. No es otra cosa”, finaliza.
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