El preso, militante del PC y galeno oficial del frente republicano, fue detenido en abril de 1939, enviado al campo de concentración de Albatera y a diversos presidios
Imagen de José Pertejo Seseña. / Cedida
Susana Arizaga
Se puede decir que José Pertejo Seseña, médico zamorano, inauguró uno de los peores campos de concentración de la dictadura franquista, el situado en Albatera (Alicante), denominado el Auschwitz español porque sirvió de modelo para construir los de exterminio levantados por Hitler en Alemania. Se sabe que Albatera fue visitado por mandos del ejército nazi para conocer el funcionamiento de lo que el definió como "noble innovación en el régimen penitenciario español, haciendo que el recluso gane con su esfuerzo lo que cuesta sostener al Estado", según el discurso inaugural del diputado y director general de Prisiones, Vicente Sol.
Los presos en el campo de concentración de Albatera, donde fue recluido José Pertejo. / Cedida
José Pertejo terminó allí tras ser detenido en abril de 1939 junto a otros muchos militantes de partidos de izquierdas, como recoge el profesor Glicerio Sánchez Recio en la obra 'El juramento hipocrático en el frente de guerra. La vivencia de José Pertejo Seseña', recién publicada. Para entonces militaba en el Partido Comunista, al que se sumó durante la Guerra Civil que estalló con el levantamiento militar del que se convertiría en dictador, .
El galeno zamorano decidió combatir con el Ejército de la República, donde ejerció como médico oficial. Precisamente, la condena a 12 años de reclusión tuvo como argumento el auxilio a la rebelión que había dado el médico zamorano, una sentencia que se dictó el 17 de agosto de 1939, tras el consejo de guerra celebrado en Alicante.
Su vocación le llevó a ocuparse de la salud de los represaliados que la dictadura recluyó en el campo de concentración Albacete inaugurado el 24 de octubre de 1937 para realizar trabajos forzados en las 40.000 hectáreas de saladeras, proyectado para dar cabida a 3.000 reclusos.
Reclusos de la prisión de Albacete, donde permaneció José tras una misa. / Cedida
Cerrado Albatera en octubre de 1939, la dictadura decidió trasladarle al Reformatorio de Alicante para internarle en la prisión de Alcalá de Henares el 24 de noviembre de 1939. Su cometido en el presidió era "prestar servicios profesionales" como médico durante casi un año.
En octubre de 1940, se le traslada a la prisión central de Ocaña para pasar ocho meses, donde conoció y trató como médico al poeta Miguel Hernández, con quien sería trasladado en junio de 1941 al reformatorio de adultos de Alicante y, desde allí, a la prisión de Albacete hasta su puesta en libertad condicional en agosto de 1942 con un expediente de depuración que le arrebató la plaza de médico por oposición. Se le prohibió ejercer su profesión en el municipio de Monóvar de forma perpetua e inhabilitó para ejercer cargos colegiales.
El libro que gira en torno a su vida fue publicado por la Universidad de Alicante, en la que el autor, Glicerio Sánchez Recio, es catedrático emérito de Historia Contemporánea, trabajo en el que analiza la represión franquista, reconstruye sus antecedentes ideológicos y sus prácticas para lo que toma como ejemplo ejemplo el caso de este médico vinculado a Zamora, fallecido en 1991.
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