Posted: 14 Nov 2014 04:29 AM
PST
Me negué a redimir pena
por trabajo’… “Si por mí fuera, tú serías de los que no salen vivos
de la DGS“… “Di
que tu madre es una puta, di que tu padre es un maricón”… “Le disparan a bocajarro y lo tiran
por la ventana”…
“Le
mostraron un cadáver más grande que un recién nacido”.
Son algunos de los testimonios
con los que la juez argentina María
Servini de Cubría ha conmocionado los cimientos del Estado
español solicitando a la Interpol la detención de importantes franquistas
-entre ellos, algunos de los ministros aún vivos de Franco, como Utrera Molina, el
suegro de Ruiz-Gallardón-,
o ministros del primer gobierno del rey, como Rodolfo Martín Villa, o policías de
infausto recuerdo, como Billy
el Niño o Martínez
Torres. Los testimonios en los que se ha basado la juez de la
causa argentina contra el franquismo son terribles: entre ellos se encuentra
el del exsecretario general del PCE, Gerardo
Iglesias, que figura como denunciante.
Con ser llamativos estos
nombres, no es lo más contundente de la causa; en los 286 folios del Auto de
la juez se citan tales testimonios que ponen los pelos de punta a cualquiera.
A modo de ejemplo, por las torturas
a Gerardo Iglesias, quien ya en democracia fuera diputado y
secretario general del PCE en sustitución de Santiago Carrillo, la juez argentina ha
pedido a la Interpol la detención del entonces policía Pascual Honrado de la Fuente.
La juez da credibilidad en su Auto a la querella de Iglesias, que es
especialmente dura:
“A la edad de 17 años, en 1963,
fue detenido por la Brigada Político Social de Oviedo, bajo las órdenes de
Claudio Ramos Tejedor. Se
le acusaba de incitar a la huelga. Permaneció detenido en la
comisaría 78 horas, siendo brutalmente torturado (psíquica y físicamente) por
varios miembros de la brigada mencionada. Se destacaron en las torturas el
policía Pascual Honrado de la Fuente y el propio inspector Claudio Ramos
Tejedor. Desde ese momento fue objeto de una implacable persecución: despidos de puestos de trabajo,
citaciones constantes a comparecer en comisarías y cuarteles, (a las que no
se presentaba para eludir a la tortura), viéndose obligado a
pasar a la clandestinidad, con la consiguiente pérdida de trabajo…”.
Sigue el Auto de la juez: “El
26 de enero de 1967 fue detenido nuevamente por la Brigada Político Social y
torturado entre otros por Pascual Honrado de la Fuente y Claudio Ramos
Tejedor, ya mencionados y un tal “Palacios”. Ingresó en la Prisión Provincial
de Oviedo el 30 de enero del mismo año y fue puesto a disposición del
Tribunal de Orden Público, que lo condenó a cuatro años de prisión, esta pena la cumplió en su
integridad y se negó a redimir pena por trabajo“.
Los ‘otros’, lo que no
salían vivos de la DGS
Aunque muy significativa, la
declaración de Gerardo Iglesias ante la juez Servini no es la más dura ni la
peor. “Si por mí fuera,
tú serías de los que no salen vivos de la Dirección General de Seguridad”:
eso es, por ejemplo, lo que el policía Ricardo
Algar Barrón le reconoció al antifranquista José María Galante Serrano,
en su cuarta detención en la DGS:
“En mi segunda detención, entre
los policías que me torturaron se encuentran Ricardo Algar Barrón y Celso Galván Abascal;
a ambos los cito entre los miembros de la BPS [Brigada Político-Social] que
denuncio al final de mi declaración. Además, el primero de ellos participó en
malos tratos y vejaciones durante mi tercera detención y, en la cuarta, fue
uno de los policías que me tomó declaración, mediante la cual me hizo saber que me tenía un odio
particular y que, si por él fuera, yo sería de los que no salen vivos de la
DGS…”.
Esa declaración figura en la
página 204 de las 286 de las que consta el Auto de la juez María Romilda
Servini de Cubría, titular del Juzgado Criminal y Corrección Federal número 1
de Argentina, por el que ha procesado y pedido a la Interpol la detención
internacional de 20 cargos franquistas. Ni que decir tiene que los antiguos
policías Ricardo Algar y Celso Galván figuran en la petición de extradición
de la juez argentina, pero hay otros más, y he aquí un extracto de los
testimonios que la juez también relata en su Auto.
“Di que tu
madre es una puta, di que tu padre es un maricón…”
Alfredo Rodríguez Bonilla y Francisca
Villar relatan hechos especialmente inhumanos. Por las
torturas que a ambos se les infringieron en la Dirección General de Seguridad
de la Puerta del Sol de Madrid el 20 de febrero de 1975, la juez argentina ha
procesado al policía Jesús
González Reglero. He aquí el testimonio de los querellantes,
que figura en el Auto de la juez, al que cuartopoder.es ha tenido acceso:
“En ese momento nos agarraron por el pelo
(Francisca lo llevaba especialmente largo en esa época), y a mí me llevaron
por un pasillo que comunicaba a distintos despachos. Según iban amenazando
por el pasillo, los policías que se encontraban ahí me golpearon e
insultaban, no puedo recordar el número ya que intentaba, con las
limitaciones que da estar esposado, protegerme la cara (…) En una de las
mesas se encontraba sentado el Inspector José Ignacio Giralte González y en la
otra el Inspector Jesús González Reglero, este último con la cadena con la
que fui detenido, sonriendo y haciéndola girar, supongo que intentando
amedrentarme. De pie se encontraba Antonio
González Pacheco y otros dos miembros de la Brigada que no
soy capaz de recordar”.
Sigue el testimonio: “El
Inspector que daba las órdenes ¿Sainz? [sic], mandó que me quitaran las
esposas y que me situara a cierta distancia de la pared (calculo que a unos
60 centímetros) y con
las piernas abiertas, los brazos apoyados sobre la misma y la cabeza hacia
abajo. Una vez situado en esa posición me golpeó en un costado que me
derribó… Me volvieron a levantar y me obligaron a ponerme en
la misma posición, a partir de ese momento a cada lado se puso un policía
(José Ignacio Giralte González y Jesús González Reglero) [sic], y me decían que bajara la cara, cada
vez que lo hacía me golpeaban en la misma, por la espalda recibí golpes incluidos los que me
propinaban con las propias cadenas con las que fui detenido y patadas en la
entrepierna“.
Así de contundente finaliza el
Auto de la juez: “Según que me iban golpeando, me decían ‘di que tu madre es una puta, di
que tu padre es un maricón, etc.’. A medida que la sesión de
tortura se prolongaba, iba perdiendo resistencia y me caía al suelo con mayor
frecuencia. En una de esas caídas, uno de los policías (ya era incapaz de
reconocer cual), se dirigió a ¿Sainz? advirtiéndole del estado en que me
encontraba, entonces me levantó del suelo me empujó contra la pared, me
golpeó en los riñones y dijo que a partir de entonces me golpearan en la
espalda, estómago o en la cabeza. Lo que duró la sesión lo desconozco ya que
estuve noqueado durante un tiempo. El siguiente recuerdo que tengo es en la
enfermería de la DGS…”.
Estos hechos son similares a
los que, supuestamente, el policía Félix
Criado Sanz le practicaría a Jon Etxabe Garitacelaya, detenido el 11
de abril de 1969, que pasó 7 días en comisaría y sería “salvajemente
torturado” en Zamora con “golpes
a mansalva, la rueda, la rana…”. Criado Sanz está procesado
por la juez Servini.
Martínez Torres, el
‘policía antiterrorista’ de Felipe González
Es evidente que la democracia
‘reconvirtió’ a los franquistas, les ‘perdonó’ sus faltas y los utilizó para
otros fines. Fue el caso del policía Jesús
Martínez Torres, que fue Comisario General de Información en
el Gobierno socialista de Felipe
González, pero a quien la juez Servini de Cubría ha pedido su
detención a la Interpol por haber participado, según el Auto, en las torturas
supuestamente infringidas muchos años antes a José Aznar Cortijo. He aquí su
testimonio:
“En su segunda detención, lo
metieron en el coche y en
el suelo del mismo se pusieron a patearlo en la espalda y en las piernas
mientras que las esposas se le clavaban en la espalda y piernas. Que al llegar a la comisaría comenzaron
las torturas, que el querellante recuerda como ejecutadas por
bestias inhumanas, los golpeaban por todo el cuerpo; al comenzar la tarde le aplicaban “el quirófano”
que consistía en que lo tiraban boca arriba en un escalón con la cabeza hacia
afuera y le deban golpes en la cara cuando caía hacia abajo por el cansancio,
y los volvían a levantar sujetado del pelo; lo agarraban del pelo y de las
piernas y le tiraban de un lado a otro”.
En el auto se lee también que
“los interrogatorios en los sucesivos días eran de golpes entre dos o tres y
aquí sí recuerdo a uno que luego lo ascendieron, se llamaba Jesús Martínez
Torres, joven que lo habían traído a Zaragoza en compañía de otro también
joven y rubio que también participaba con saña en los interrogatorios, ayudado
por el Legionario”.
“Le disparan a
bocajarro y lo tiran por la ventana”
El caso del antiguo policía Atilano del Valle Oter
parece especialmente llamativo: está imputado en esta causa por,
supuestamente, haber disparado y arrojado por la ventana a Miguel Jiménez Hinojosa,
tras su detención en un piso de Barcelona el 24 de abril de 1971. He aquí las
“Constancias probatorias” que incluye la juez Servini en su Auto:
“El 24 de abril de 1971, con 23
años, es detenido por segunda vez en un piso de Barcelona por los
funcionarios de la Sexta Brigada Regional de Investigación Social, Atilano
del Valle Oter y Francisco Rodríguez Álvarez, quienes le disparan a bocajarro y lo tiran
por la ventana. Es trasladado a la Clínica San Jorge, donde
recibe los primeros auxilios. En
vista de la gravedad de las heridas es evacuado al Hospital Clínico de
Barcelona, donde le diagnostican conmoción cerebral con posible fractura de
la base del cráneo, fractura de pelvis, rotura hepática, contusiones y
heridas varias de pronóstico muy grave. Un consejo de guerra
lo condena a 16 años, tras lo cual recorre las cárceles franquistas de
Barcelona, Soria, Segovia y Jaén, durante 5 años, 6 meses y 4 días, y sale en
libertad en octubre de 1976. Desde
hace 20 años está jubilado por incapacidad permanente total con el hígado
trasplantado…”.
Puig Antich, Vitoria y los
últimos fusilados del franquismo
La juez argentina también ha
pedido la detención de Antonio
Carro Martínez, ministro de la presidencia entre 1974 y 1975:
le imputa “haber convalidado con su firma la sentencia de muerte por garrote
vil de Salvador Puig Antich y la de los últimos fusilamientos del régimen
franquista el 27 de septiembre de 1975″. Esas últimas ejecuciones se llevaron
a cabo en Madrid, Barcelona y Burgos y los ejecutados fueron José Humberto Baena Alonso,
José Luís Sánchez
Bravo Sollas, Ramón
García Sanz, Juan
Paredes Manot y Ángel
Otaegui Echeverría. Junto a Carro, la juez imputa a otros
exministros de Franco, como José
García Hernández, Fernando
Suarez González y José
María Sánchez-Ventura Pascual. A Martín Villa, como
se ha dicho, le imputa los hechos de Vitoria, de marzo de 1976.
Robo de niños: “Le mostraron un cadáver más grande que un recién nacido”
En su largo Auto, la juez María
Servini ha imputado también al médico Abelardo
García Balague por su supuesta participación en la posible
sustracción del bebé de Adela
Carrasco Martínez, quien ingresó en el Hospital Municipal de
la Línea de la Concepción (Cádiz) el 5 de noviembre de 1967. La juez dice que
a la parturienta le aplicaron la técnica sin dolor, “por la que se duerme a
la madre en el momento del parto”. El resto lo explica así la juez:
“La matrona del parto fue Marina Martín Manuel.
Luego del parto le informaron que el bebé nació muerto, pero como Sara
Carrasco Martínez manifestó haberlo escuchado llorar le dijeron que nació con
vida y después falleció. La abuela de la denunciante fue a la morgue a ver el
bebé -al cual una monja bautizó como Jesús
Díaz Carrasco- y
le mostraron un cadáver de un bebé más grande que un recién nacido.
En el año 2006 la denunciante concurre al cementerio San José de la línea de
la Concepción (Cádiz) donde supuestamente se encontraba la tumba y le informaron que el bebé no había
sido enterrado allí. Asimismo, afirmó que tenía la sospecha
de que ella misma, nacida el 26 de septiembre del año 1962, tenía un hermano
o hermana gemela de la cual no habría ningún registro, ya que en la partida
de nacimiento donde se indica el sexo del bebé decía H-V pudiendo tratarse de
Hembra y Varón, el cual le habría sido sustraído a la madre”.
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Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
dimarts, 18 de novembre del 2014
Así se torturaba durante el franquismo: los testimonios recopilados por la juez Servini
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