Sor María, otra vez
Gente en León, a través de su periódico digital genteenleon.com, dio la exclusiva de la muerte de Sor María, la monja de Valderrueda imputada en el ‘caso de los bebés robados’. Todo fue muy extraño. Nos llegó la noticia a través de un vecino de Valderrueda. Luego todos los medios se hicieron eco de la noticia. El 23 de enero de 2013 las Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl se limitaban a confirmar el fallecimiento de María Gómez Valbuena, sor María, de 87 años. La religiosa leonesa era una pieza clave en la trama que actuó de forma impune en hospitales públicos y clínicas de todo el país desde los años 50 hasta finales de los 80. Su muerte causó una tremenda decepción entre los afectados por los supuestros robos, que no se lo acabaron de creer. La orden religiosa informó de que sor María estaba “muy enferma”, razón por la cual no pudo declarar cuatro días antes ante uno de los dos juzgados de Madrid en donde estaba encausada por detención ilegal y falsedad documental. El certificado médico de defunción de Sor María fue firmado por el doctor Enrique Berrocal Valencia. Un médico especialista en Medicina Interna que pasa consulta en el Hospital Central de la Cruz Roja de Madrid. La religiosa murió a las ocho de la mañana del 22 de enero de 2013 de una insuficiencia respiratoria derivada de problemas cardiacos y pulmonares. Todos los certificados de defunción llevan un número de parte para acreditar su registro. En este caso fueron ocho dígitos: 11626457. Este código debe de coincidir con el certificado literal que después se entrega al Registro Civil para que la administración tenga conocimiento efectivo del deceso. Sin embargo, en el caso de sor María el número no coincide. Según el documento incluido en el sumario, la sección tercera del Registro de Madrid conoció el fallecimiento de la religiosa con el parte 11627633, por lo que las cuatro últimas cifras difieren sin motivo conocido, más allá de un posible fallo administrativo que por ahora no ha sido corregido ni se ha notificado a las partes. El resto de datos son buenos. El hecho de que el certificado de defunción pudiera haber sido falseado es una sospecha que ya apreciaron las denunciantes cuando anunciaron su muerte. “Ya fueron capaces de falsificar los papeles de mi hija y de darla por muerta cuando no lo estaba y ahora han podido falsear los papeles de su muerte”, dijo entonces María Luisa Torres.
Publicado el 30 de enero de 2015 a las 10:00.
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