Los campos de concentración son sin lugar a dudas uno de los símbolos de la represión franquista. En ellos, hasta medio millón de prisioneros -según recogen algunos estudios- realizaban trabajos forzados. Trabajos que, en muchas ocasiones, eran el menos malo de los escenario para los reos ante la masificación que sufrían las cárceles y en las que proliferaban enfermedades y muertes.


Campos de concentración en Sevilla
En el caso concreto de Sevilla, fueron casi una decena los espacios convertidos en campos de concentración y trabajo. Muchos de ellos no reconocidos como tales y enmascarados en colonias penitenciarias o campamentos de presos, terminologías que enfrentan a historiadores en cuanto a la catalogación de estas áreas. Cecilio Gordillo, coordinador de este grupo, recuerda la dificultad que han tenido para elaborar un listado de estos espacios, "ya que muchos estaban ocultos con otros nombres".

Campo de "El Colector"
Entre todos, hubo uno en la zona de Heliópolis, denominado "el Colector", que desde el primer momento fue considerado y calificado como un campo de concentración. Los primeros planos de este campamento datan del 7 de julio de 1937, días antes de que se cumpliera el primer aniversario del comienzo de la Guerra Civil, y curiosamente con un par de años de antelación a que se aprobaran los primeros reglamentos que recogían la existencia y adecuación de estos espacios. Un hecho que dejaba clara las intenciones de los golpistas, toda vez que comenzaron a atrincherar a los prisioneros en el interior de las cárceles. "Hay quien dice que no era más que una prueba para ver cómo funcionaba el sistema", señala Gordillo.

250 prisioneros
Con capacidad para unos 250 prisioneros -aunque finalmente llegó a acoger a casi el doble de ellos- su adecuación se debió a una actuación de urgencia por parte del ayuntamiento, ubicándolo en el terraplén de la margen izquierda de la Corta de Tablada, en la extensión del antiguo cauce del río Guadaíra.

Petición al Ayuntamiento de Sevilla
Una vez más, y van cinco desde 2002, el Grupo de Trabajo “Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía” de CGT.A se ha dirigido al Ayuntamiento de Sevilla mediante escrito presentado en el Registro y dirigido al Alcalde, solicitando los permisos necesarios para la instalación de un monolito o similar en este lugar, pero en ningún momento se hace petición expresa de apoyo o subvención económica.


Uso de presos políticos
En el escrito hace mención a los trabajos de investigación y de actuación social de este Grupo “en todo lo relacionado con los campos de concentración y del uso de presos políticos 'sometidos al régimen de regeneración por el trabajo' o mejor definidos como mano de obra esclava desde 1937 hasta finales de los años cincuenta, por parte de la dictadura tanto para la realización de trabajos al Estado (administraciones e instituciones: Ministerios, Diputaciones, Ayuntamientos, Instituciones Penitenciarias, Confederaciones Hidrográficas, etc...) como la cesión a entidades (Iglesia) y el alquiler a decenas de empresas privadas de todos los sectores productivos. Esta situación la sufrieron miles de presos en nuestra ciudad”.

El Ayuntamiento como promotor de un campo de concentración 
En el escrito se afirma que “también el Ayuntamiento de Sevilla fue beneficiario de estas prácticas `usando´ a este tipo de presos en su propio beneficio, con el objetivo de resolver un grave problema de salubridad en esa zona de Sevilla. Concretamente la memoria del proyecto manifestaba que 'los trabajos a realizar consistían en la construcción indispensable de un colector de alcantarillado para la desviación del vertido al Guadalquivir' y en cierta forma complementar 'las costosísimas obras ya ejecutadas por el Estado, denominadas Plan de Obras de Mejora del Puerto de Sevilla, entre las que se comprende su habilitación como dársena y la desviación del curso del río'".

Tres autorizaciones que no subvenciones
Se extiende en algunos detalles de interés como que el campo de concentración “El Colector” también denominado “Prisión habilitada de Heliópolis”, fue promovido y costeado por el Ayuntamiento a través de un impuesto especial (alcohol), y su aprobación el 7 de Julio de 1937,en plena guerra, da una idea, tanto de la urgencia como de la influencia política de los vecinos de esta nueva zona de la ciudad. Construido para unos 250 presos (los necesarios para la realización de la obra) y 100 guardias, acogió en un momento dado, a más de novecientos presos sobre todo tras el cierre del Campo de Sanlúcar la Mayor… El campo estaba ubicado a 'pie de tajo', en unos terrenos cedidos por la Junta de Obras del Puerto en el antiguo cauce del río Guadaira, margen izquierda de la Corta de Tablada (hoy Avenida de Las Razas, frente al Parque del Guadaira)”.

Los firmantes dan idea de la importancia del campoEn la firma del acuerdo para la puesta en marcha de este campo de concentración estaban Gonzalo Queipo de Llano, General jefe del ejército del Sur, Joaquín Benjumea Burín, Presidente de la Diputación, Ramón de Carranza Gómez, Alcalde de Sevilla, y algún que otro técnico (Jesús Iribas) especialista en este asunto de la construcción de campos de concentración. Excusó su asistencia por enfermedad,Pedro Parias González, Gobernador Civil.

Tres autorizaciones que no subvencionesEn varias ocasiones el Grupo de Trabajo ha intentado conseguir del Ayuntamiento algún tipo de actuación (construcción de una maqueta. Rafael Carmona. PA 2002), (señalización  PSOE e IULVCA, 2004 y 2008) y por último (Juan Bueno. PP. 2011) sin ningún tipo de respuesta. Considera que 73 años después, la ciudad necesita recuperar para la memoria colectiva un espacio vital de nuestra historia reciente y dada la próxima finalización de las obras del Parque de El Guadaira, y siendo este el mejor de los lugares posibles para la instalación, dada su cercanía al lugar que ocupó dicho campo de concentración (no más de cien metros), una señalización con unos datos mínimos de lo que ese lugar ocurrió en un pasado reciente. Lo que se intenta conseguir son las autorizaciones pertinentes para instalar la señalización adecuada, cargando con el trabajo y los costes de dicha instalación por cuenta del propio Grupo de Trabajo “Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía” de CGT.A y así “liberar” a ese Ayuntamiento de este gasto.