La exhumación de fusilados del franquismo en la fosa común del cementerio Viejo de Colmenar Viejo permite entregar los restos identificados de dos represaliados a sus familias
La exhumación de fusilados del franquismo en la fosa común del Cementerio Viejo de Colmenar Viejo está dando sus primeros frutos. Ya han sido entregados los restos de dos represaliados a sus familias tras su identificación. Se trata de Martina Aparicio Bastero, la única mujer de los 108 fusilados en 1939, y Florencio Lipe, vecino de Hortaleza. Carmen Carreras, secretaria de la asociación Comisión de la Verdad de Sanse, una de las entidades impulsoras de la exhumación, ha explicado en Onda Cero Madrid Norte (100.1FM) el resultado de dicha iniciativa.
Carreras ha explicado que los restos de ambas personas han sido entregados a sus familiares ya en septiembre tras su identificación por parte de equipos de análisis genético y osteológico.
Primer identificado
La primera persona en ser identificada fue Florencio Lipe, que fue más fácilmente identificado debido a que era manco. También se le hicieron análisis genéticos para que no cupiera dudas.
“Entregamos los restos de Florencio el 17 de septiembre en el salón de actos de la Facultad de la Universidad Complutense a su familia. En un acto al que asistió el secretario de Estado y el decano de la facultad”, explica Carmen Carreras. Añade que “fue un acto muy emotivo, y al día siguiente sus familiares lo enterraron en el cementerio de Hortaleza”.
La secretaria de la Comisión de la Verdad explica que el hijo de Lipe visitó las excavaciones del Cementerio Viejo de Colmenar Viejo en 2023. “Nos dijo exactamente donde estaba enterrado su padre porque venía todos los uno de noviembre con su madre al cementerio a dejar flores en ese mismo lugar. También nos dijo que en el paseo estaban otros familiares”.
Segunda persona identificada
El segundo cuerpo entregado fue el de Martina Aparicio, vecina de Colmenar Viejo, también fácilmente identificado porque fue la única mujer fusilada en dicho lugar.
Carreras señala que entre los objetivos de las exhumaciones está “cerrar las heridas de estas familias que han estado abiertas durante décadas” debido a “no poder tener los cuerpos de sus familiares y enterrarlos en un lugar donde pudieran visitarlos”. Además ha recordado que los familiares ya van siendo mayores, de hecho algunos han luchado durante décadas por estas exhumaciones pero no han podido ver el resultado de las mismas debido a haber fallecido.
Mientras tanto, siguen adelante las labores de identificación genética de los restos mediante comparación con el ADN familiar cedido pro familiares cercanos. En 1939 fueron fusilados 108 personas. De estos 18 fueron sacados de la fosa común por sus familiares para ser enterrados en sepulturas familiares. De los 90 restantes se han encontrado 77 restos completos y luego restos desarticulados.
“La razón es que fueron enterrados en el nivel freático del cementerio y muchos de los huesos y restos han estado flotando y mezclándose”, dice Carreras.
El ADN de los restos serán comparado con el de familiares directos, aunque la Comisión de la Verdad explica que no se tiene ADN de todos los familiares. Por esa razón insisten en que los familiares den una muestra de saliva para poder identificar a sus seres queridos. Pueden ponerse en contacto con la asociación en memoriahistoricasanse@gmail.com .
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