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La primera intervención arqueológica desarrollada en la Sima de Jinámar, en Gran Canaria, donde se cree que fueron arrojados un centenar de represaliados durante la Guerra Civil, ha permitido hallar restos óseos de cuatro hombres adultos, suelas de zapatos y cartuchos de balas Mauser, entre otros objetos.
Así lo han desvelado este jueves en una rueda de prensa el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y José Guillén y Javier Velasco, arqueólogos de la corporación insular que han participado en estos trabajos, desarrollados este mes de octubre a 70 metros de profundidad y con los que se persigue “levantar una losa de olvido” en este tubo volcánico, protegido como sitio histórico.
En la jornada en la que se conmemora el Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la Dictadura, Antonio Morales ha asegurado que el Cabildo grancanario garantiza que estos trabajos proseguirán hasta llegar al fondo de la Sima, ya que su compromiso es “enterrar la lucha contra la amnesia”.
Los arqueólogos han destacado que estos hallazgos, sobre los que hay que seguir trabajando hasta conocer dónde y cuándo se fabricaron esas balas y quiénes son los represaliados, coinciden con los obtenidos en los pozos de Tenoya y Arucas, también en Gran Canaria, que apuntan que estas personas fueron fusiladas en el exterior y, posteriormente, arrojadas junto a sus pertenencias para “limpiar la escena del crimen”.
“Se trata de restos inconexos, removidos por los aportes sedimentarios, la acción del agua y otros agentes naturales, pero que desvelan, por ejemplo, el impacto en la cabeza de las balas mortales”, señaló Morales, quien agregó que “hay brillos que hielan, como es el caso de dos casquillos, probablemente pertenecientes a un fusil Mauser usado por los verdugos”.
“Resulta elocuente que en los rastreos en el exterior de la chimenea volcánica con un detector de metales no se encontraron evidencias de los fusilamientos, una prueba más de la voluntad de ocultar el rastro de los asesinatos”, subrayó Morales. Los técnicos, por su parte, explicaron que los fusiles Mauser no eran de uso común, sino que solían pertenecer a las fuerzas militares, y recordaron que ese mismo tipo de vainas de bala se han encontrado en el Pozo de Tenoya y el Llano de Las Brujas, lo que apunta a un patrón común.
Las primeras actuaciones en favor de la búsqueda “de la verdad, justicia y reparación” y de las “garantías de no repetición” comenzaron en 2021, de la mano de bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, unos trabajos a los que siguieron otros de prospección exterior en 2023.
Esta primera intervención arqueológica ha permitido descender hasta 70 metros de profundidad, donde se han encontrado huesos de muñecas y tobillos, restos de cráneos con impactos de bala, dos casquillos de fusiles Máuser, suelas de zapatos, botones y una moneda de una peseta con la imagen de Alfonso XIII, en curso a finales del siglo XIX.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha apelado al Gobierno canario para que desarrolle una base de datos genética, tal y como prevé la vigente Ley de Memoria Democrática, que permita conocer las identidades de los restos óseos encontrados.
Los arqueólogos han resaltado que el material hallado en la Sima de Jinámar es similar al encontrado en los pozos de Tenoya y Arucas, lugares donde se confirma que entre 1936 y 1937 hubo muertes violentas que se trataron de ocultar, tal y como apuntaba la tradición oral.
Velasco ha detallado que los recientes hallazgos en la Sima de Jinámar, un tubo volcánico de unos 90 metros de profundidad y 16 de ancho, han tenido lugar en la zona más baja a la que se ha podido llegar hasta ahora, con una pendiente de 45 grados y tras haberse retirado 44 metros cúbicos de tierra.
Aunque se desconoce cuánto puede quedar para llegar al fondo, estos arqueólogos estiman que se necesitará retirar otros 1,5 metros cúbicos de tierra para acceder a esa zona, donde prevén encontrar más restos humanos pero con conexiones anatómicas, no tan dispersos como los hallados hasta ahora.
Velasco ha destacado que, pese a ser pequeños restos óseos los encontrados en esta primera intervención arqueológica, presentan buenas condiciones de conservación para la extracción de su ADN.
Otras intervenciones
Morales señaló que “esta acción no es un hecho aislado, porque forma parte del compromiso del Cabildo con la causa de la memoria democrática”. Tanto en la Sima como en el Pozo del Barranco de Arucas se han dignificado estos espacios con la instalación de paneles informativos y esculturas conmemorativas para convertirlos en ámbitos de divulgación, conciliación y homenaje.
La intervención del Cabildo en el Pozo de Tenoya logró recuperar 14 hombres con claros signos de muerte violenta, siete de los cuales pudieron ser identificados, emergiendo historias sobre las que pesaba un manto de postergación.
El Cabildo coeditó junto al Ayuntamiento de Arucas el libro sobre los represaliados del franquismo en este municipio, el primer trabajo monográfico sobre una exhumación en el archipiélago. “Como dijo Eduardo Galeano con palabras que parecían dictadas para aquella publicación, fue un texto ‘escrito para que no se vayan’. Creo que este mismo ánimo llena hoy esta casa común de los grancanarios y grancanarias”, expresó.
Este mismo esfuerzo del Cabildo cristalizó en las investigaciones en el Cementerio de Vegueta, que permitieron recabar importante e inédita información histórica sobre el yugo de la dictadura en la isla, o en la producción del documental ‘Simiente sobre tierra’ y el posterior ciclo de proyecciones y conferencias.
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