dimecres, 24 d’abril del 2013

"Todavía quedan muchas sor Marías", dice autora de un libro de bebés robados


http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1400827


23-04-2013 / 12:30 h EFE
La periodista de Antena 3 Soledad Arroyo sostiene que muchas víctimas de presuntos casos de bebés robados están buscando la manera de llegar a los tribunales y asegura que "desgraciadamente todavía quedan muchas sor Marías".
Arroyo lo expresa así en el libro "Los bebés robados de sor María", publicado por RBA, en el que se recogen testimonios de mujeres que acusan a la religiosa María Gómez Valbuena -fallecida el 22 de enero de este año- de haberles arrebatado a sus hijos en la maternidad madrileña de Santa Cristina.
La autora comenzó la investigación motivada por su historia personal, cuando en el año 2010 descubrió que su propia madre podría haber sido víctima del robo de su primera hija nacida en la maternidad madrileña de O'Donnell en 1964.
"Cuando tomé consciencia de que, además de testigo, era víctima, sentí vértigo y estuve dos meses en estado de shock cuando mi madre me dijo: 'Yo siempre he pensado que nos la robaron', confiesa Arroyo.
La investigación de su propio caso la llevó a entrar en contacto con otros afectados a través de las redes sociales y a descubrir cientos de adopciones irregulares en todo el país.
"En el fondo, tenemos miedo a mirar al pasado, pero los niños que fueron dados en adopción por sor María no son los fantasmas de la Guerra Civil, sino que son personas que están en la plenitud de su vida", afirma la periodista.
En la maternidad de Santa Cristina, donde Gómez Valbuena fue asistente social desde finales de los años sesenta hasta 1984, se movía a los niños, se les cambiaba de planta y se les ocultaba para evitar que sus madres biológicas les volvieran a ver, según la autora del libro.
Además, relata, algunas madres eran sedadas para evitar que se enteraran si sus hijos habían nacido vivos o muertos y en dos de los casos no se dieron cuenta de que habían dado a luz.
La periodista cree que la monja se debía sentir elevada a la categoría de Dios cuando ponía a un bebé en brazos de los padres adoptivos y "jugaba con los recién nacidos como si fueran los cachorros de una camada de perros".
Arroyo, que mantuvo una conversación con la monja junto a una madre que buscaba los orígenes biológicos de su hija adoptada, considera que Gómez Valbuena era "una gran estratega de la dialéctica", que desde el primer momento "sabía que no iba a decir nada".
Entre otros, la autora se encontró con el caso de Elvira, una mujer que fue violada y a quien le dijeron que su bebé había muerto después de dar a luz en Santa Cristina, y que 31 años más tarde recibió una llamada telefónica de alguien que le informó que ese niño estaba vivo y la estaba buscando.
La muerte de sor María ha sido como "un punto y aparte" para muchas víctimas, que confiaban en que al menos en un caso se hiciera justicia y que ahora están tomando aliento para seguir adelante, en opinión de Arroyo.
"No puede ser que en ningún caso se encuentre a ningún culpable", apunta la periodista, antes de resaltar que en la administración de Santa Cristina alguien debía saber que se estaba moviendo a las mujeres de habitación y los médicos que asistían esos partos debían saber que a esas mujeres se las dormía sin su consentimiento.
Tras hacer un llamamiento a las instituciones públicas a contar con la experiencia de las asociaciones de afectados por casos de bebés robados para favorecer el reencuentro de padres e hijos biológicos, Arroyo estima que la solución está en que los niños robados busquen a sus familias a través de los bancos de ADN de estos colectivos.
 
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