María Torres, 22 abril 2013
María Zambrano pasó cuarenta y cuatro largos
años en el exilio, donde concibió y publicó sus mejores obras. Según sus
palabras: “ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria
desconocida, pero que una vez que se conoce, es irrenunciable”.
El 25 de enero de 1939 salió de su domicilio en
la Avenida 14 de Abril de Barcelona junto a su madre Doña Araceli, su hermana y
dos de sus primos. El coche que había de trasladarles tras la frontera era propiedad
del último director general de seguridad de la República y también formó parte
de la comitiva fúnebre que apenas unas semanas antes había acompañado hasta el
cementerio a Blas Zambrano, el padre de María.
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