El 27 de septiembre de
1975, la ciudad de Vigo y el mundo entero se estremecía delante de las últimas
penas de muerte ejecutadas en Europa por motivos políticos. Cinco luchadores
antifranquistas eran asesinados luego de unos juicios farsa y sin las más
mínimas garantías procesales. Tales hechos golpearon sobre todo a nuestra ciudad
porque entre los cinco asesinados, dos, Xosé Humberto Baena Alonso y Xosé Luís
Sánchez Bravo-Solla eran vecinos de Vigo. Junto a ellos caían también delante
del pelotón de fusilamiento Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot ”Txiki” y
Angel Otaegui.
Es un deber
inexcusable para todos y todas los que creemos en la necesidad de la verdad, la
justicia y la reparación para con las victimas de la dictadura, que el recuerdo
de este trágico acontecimiento no se diluya con el paso del tiempo y no
desaparezca para siempre de nuestra memoria colectiva.
(...)
Desde la Comisión
27 de septiembre pensamos que tendría un gran impacto social que el día
anterior al acto del cementerio apareciese publicada en Faro de Vigo una gran
esquela, reivindicativa, militante y memorialista, que sirviera para golpear la
conciencia del pueblo y, al mismo tiempo, ayudase a realizar un ejercicio de
memoria y homenaje a quienes dieron su vida luchando contra la dictadura.
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