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MEMORIA HISTÓRICA // LA LUCHA POR CERRAR EL DUELO Y LAS HERIDAS
La primera intervención se hizo en 1978 en un ambiente hostil, ahora una ley regional lo considera un derecho de las familias. Son las víctimas que han podido ser identificadas en fosas de Extremadura desde que empezaron las exhumaciones
Rocío Sánchez Rodríguez
29/07/2018
29/07/2018
En mayo de 1939, dos meses antes de que acabara la Guerra Civil, hubo un fusilamiento en un improvisado campo de prisioneros en el paraje conocido como el Olivar de las Boticarias. No se conoce a ciencia cierta cuántas personas fueron asesinadas, pero los familiares y vecinos de las víctimas sí sabían donde habían sido arrojados los cadáveres. Y no quisieron que aquel cruel episodio quedara en el olvido. En el verano de 1978, hace justo ahora 40 años, decidieron abrir camino: recogieron en tres cajas los restos mortales y sufragaron un panteón. El funeral se ofició en un ambiente hostil, tenso, a pesar de que la democracia ya daba sus primeros pasos.
Fue la primera exhumación de Extremadura, tuvo lugar en la localidad pacense de Casas de Don Pedro, y marcó el inicio de la lucha por la recuperación de la memoria histórica en la región.
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33 años, jornalero / Miguel Durán Expósito tenía 33 años y era jornalero. Fue fusilado en septiembre de 1936 en Llerena junto a otras 40 personas. Los cuerpos se lanzaron a orillas del arroyo Romanzal. Gracias a testigos de aquel duro momento, siempre se supo en qué zona exacta ocurrió. En agosto de 2005 se llevó a cabo la exhumación de esta fosa. En una ceremonia discreta y familiar se les dio una sepultura digna. El nombre de Miguel y el de las demás víctimas (como Isabel Galán Lancharro, que tenía 58 años, o Josefa La Galla Fernández Catena, de 36) figuran en un panteón del cementerio.
Teodoro Tornero Fernández había cumplido 28 años y también trabajaba de jornalero. En una madrugada de octubre de 1936 lo detuvieron en su propio domicilio. Junto con dos vecinos más fue conducido a las afueras del pueblo. Los tres sufrieron crueles torturas antes de ser asesinados. Dejaron sus cuerpos en una cuneta. Ocurrió en la localidad cacereña de Valverde de la Vera. Se pudieron recuperar las suelas de los zapatos.
Son solo tres ejemplos de historias que viven bajo tierra. Desde aquella primera exhumación en 1978, más de 60 fosas han sido localizadas e intervenidas en Extremadura. Y 325 víctimas han podido ser identificadas. De otras 210 solo se conoce su anonimato.
Un número ínfimo si se tiene en cuenta que 12.000 personas murieron en la región durante la Guerra Civil y la represión franquista. De hecho, la provincia de Badajoz fue, después de la de Sevilla, la más afectada. «Un rumor servía para argumentar una acusación que terminaba en pena de muerte», recuerda la historiadora montijana Candela Chaves.
Los datos los recoge la web de memoria histórica del Ministerio de Justicia, que ofrece un mapa de fosas de todas las comunidades autónomas y una pequeña descripción de cada una de ellas.
UNA TAREA DIFÍCIL / Pero siempre hay confusión con las cifras reales: poder sacar a la luz el número de víctimas no ha sido tarea fácil. «Nunca se va a conocer hasta el extremo la represión franquista», asegura Guillermo León, vicepresidente de la Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (Amecadec).
No obstante, desde aquella primera exhumación impulsada por particulares de hace 40 años que se vivió en un ambiente incómodo, ahora se ha llegado a una ley regional que respalda estas actuaciones. De hecho, la nueva normativa extremeña establece que la propia Junta puede actuar de oficio en las labores de localización, exhumación e identificación de la víctimas siempre que lo solicite un familiar, las entidades memorialistas o investigadores.
En el período entre 2003 y 2018, el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Premhex) -en el que participan la Junta, las Diputaciones de Cáceres y Badajoz, la Universidad y las asociaciones memorialistas- ha recibido 205 solicitudes de familiares, ayuntamientos y particulares para trabajar en prospecciones de fosas.
Y a lo largo de este año se han realizado sondeos con resultado positivo en Aceuchal, Calera de León, Fuentes de León y Garrovillas de Alconétar que se incluirán en breve en el listado de lugares pendientes de excavar.
Ya se considera un derecho que los familiares cierren el duelo y las heridas.
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