diumenge, 12 de maig del 2024

La historia de las Dieciocho Rosas de Albacete: Condenadas a muerte y asesinadas

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Conocemos la historia de estas dieciocho mujeres albaceteñas, condenadas a muerte

Más de 7.000 personas fueron represaliadas en la provincia de Albacete, fruto de la dictadura franquista, según la base de datos de Víctimas de la dictadura franquista en Castilla-La Mancha. De esas miles de personas, muchas de ellas fueron fusiladas en la tapia del cementerio de la capital albaceteña, que fue testigo de numerosos asesinatos inocentes. Entre las cientos de personas que murieron en este lugar, destacan dieciocho mujeres albaceteñas, procedentes de diferentes puntos de la provincia, que fueron ejecutadas a manos de la dictadura franquista, después de la Guerra Civil. 

Mujeres que además, según las leyes franquistas, estaban relegadas a un segundo plano en todos los ámbitos y el régimen dictaba que eran incapaces de ejercer actos violentos por ellas mismas, ya que consideraban que las mujeres no tenían la voluntad o la fuerza para cometer actos en contra del gobierno franquista. A pesar de ello, muchas fueron asesinadas y fusiladas en varios puntos de la provincia.

De la lista de personas fusiladas que ha llegado a nuestros días, destacan dieciocho nombres de mujer: Matilde Brotons Pastor, Carmen Castellanos Sánchez, Francisca del Rey Fresneda, Vicenta Fajardo Espi, Victoria García Sánchez, Eloína González Navarro, María González Sánchez, Trinidad López García, Josefa López Landete, Cesárea Lozano Sielva, Dolores Moreno Rubio, Silvestra Oncala Bermúdez, Marina Orguiz Argüelles, Victoria Rodríguez Rodríguez, Librada Sánchez Mansilla, Telésfora Segura González, Francisca Tárraga Ortuño y María Verdejo Villanueva. Son los dieciocho nombres de mujer, de las ‘Dieciocho Rosas albaceteñas’, que murieron en la tapia del cementerio de Albacete, condenadas por los tribunales franquistas. Cabe destacar que dos de ellas, Eloína y María, fueron asesinadas en Yeste, y Victoria en La Roda.

Foto de archivo del Cementerio Municipal de Albacete

Estas dieciocho mujeres albaceteñas procedían de diferentes puntos de la provincia como Villarrobledo, Fuenteálamo, Molinicos, Yeste, Liétor, Higueruela, Tobarra, Montealegre del Castillo, Salobre y Mahora. Algunas de ellas, también llegaron a Albacete desde diferentes puntos de la región, concretamente de Ciudad Real y Cuenca, y dos de ellas, de Pinoso en Alicante y Sana de Langreo, localidad asturiana. 

“Se hicieron juicios, pero no tenían nada que ver con el concepto de justicia”

Estas dieciocho mujeres fueron condenadas a muerte entre 1939 y 1941, fruto de la represión franquista al finalizar la Guerra Civil. “Las cifras de violencia franquista fueron muy altas en la provincia de Albacete”, explica Llanos Pérez, profesora de Historia en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) e investigadora del Seminario de Estudios del Franquismo y la Transición (SEFT), un proyecto que arroja luz sobre la historia de las mujeres fusiladas en Albacete. Concretamente la cifra asciende a más de milpersonas condenadas a muerte en la provincia de Albacete. Un dato que tiene una estrecha relación con el hecho de que “Albacete estuviese en manos republicanas hasta el final de la guerra, concretamente hasta abril de 1939. Las zonas que soportaron la presión de la resistencia republicana fueron castigadas más duramente”, tal y como explica la historiadora albaceteña. 

Sobre las acusaciones y las sentencias de estas mujeres de Albacete, la experta explica que “se hicieron juicios, pero no tenían nada que ver con el concepto de justicia, se sabía cuál iba a ser el resultado”. Llanos Pérez apunta que en esta época, “la dictadura intentó acusar a muchas mujeres de haber participado en algunos actos para condenarlas a muerte. Las intentaron vincular sin pruebas, ni testigos reales que demostrasen la culpabilidad de estas personas”.

Llanos Pérez, en la firma de su libro ‘Condenadas a muerte’ / Foto: Cedida

Aunque cada caso tenía sus detalles específicos, generalmente una de las causas comunes de la que se acusaba a estas mujeres era por “haber inducido a sus maridos y hombres de su familia a llevar a cabo determinados actos violentos”, tal y como señala la profesora de la UCLM, Llanos Pérez, a El Digital de Albacete. En estas acusaciones, “sin pruebas ni evidencias”, como apunta la historiadora, “bastaba solo un denunciante. Una persona con malas relaciones con la condenada era más que suficiente para que la denunciasen por tal cosa, que era perfecto para acabar en condena”.

Unas situaciones que se contradicen con el punto de vista franquista, como matiza la docente de Historia, Llanos Pérez, que aclara que “a los ojos de los vencedores las mujeres eran incapaces de actuar por sí mismas o cometer actos violentos por ellas mismas”. En relación a ello, a las mujeres “también se las condenó a un segundo plano detrás de los hombres en la represión republicana, aunque sufrieron las penas más altas”, como señala la experta, que asegura que estas se encontraban “en un plano secundario residual, en el que les quitaron su propia capacidad de actuación y a la vez las culpaban de la violencia. Todo un sinsentido”. Unas acusaciones “exageradas y falseadas” que se materializaron en condenas a muerte, tal y como señala la historiadora albaceteña, Llanos Pérez, a El Digital de Albacete.

Estas dieciocho mujeres, a diferencia de las ‘Trece Rosas’, no fueron asesinadas juntas, sino en diferentes momentos en la capital albaceteña. Eso sí, casi todas tenían algo en común, y es que fueron asesinadas en la tapia del Cementerio de Albacete, fruto de la injusticia y la crueldad de un régimen, que aunque no creía que las mujeres “fuesen capaces de ejercer la violencia por ellas mismas, las consideró culpables de igual forma, sentenciándolas por ello a las penas más altas, entre ellas, la de muerte”, tal y como explica la historiadora de Albacete.

Imagen de archivo

“Las trasladaban a horas muy tempranas y las llevaban a la tapia del cementerio”

En cuanto al modus operandi, solía ser el mismo habitualmente. “Las sacaban de la cárcel a horas muy tempranas. La mayoría eran trasladadas de la antigua prisión al cementerio por la Guardia Civil para ejecutarlas”, manifiesta la investigadora, que añade que “eran fusiladas en la tapia del cementerio, justo donde se encuentra el monumento que recuerda a las víctimas de la dictadura franquista en Albacete”.

En este contexto, también existía otra forma de ejecutar a los presos, conocida como la técnica de ‘garrote’. “Era una pena superior, peor que el fusilamiento y que en muchos casos se llevaba a cabo dentro de las prisiones”, como explica la experta. Esta técnica, caracterizada por su crueldad, se basa en “una especie de silla con un collar de hierro y un tornillo por detrás. Le dan vueltas al tornillo y acababa por atravesar el cuello”, explica la historiadora de Albacete, que califica esta tortura como “medieval”. La condena a muerte con esta técnica se solía realizar en muchas ocasiones dentro de las propias prisiones, para que “el resto de presos lo viese como un ejemplo de lo que podía pasar”, tal y como manifiesta Llanos Pérez a El Digital de Albacete.

Cementerio de Albacete / Imagen de archivo

Dos de estas mujeres, fueron sentenciadas a morir de esta manera, aunque finalmente, “las evidencias muestran que no fue así, fueron fusiladas por un ‘tiro de gracia’”; como manifiesta la historiadora e investigadora a El Digital de Albacete.

Las ‘Dieciocho Rosas albaceteñas’

En cuanto a las edades de las ‘Dieciocho Rosas albaceteñas’, tenían edades entre los 20 y 30 años, a excepción de una de ellas. “La más joven tenía solamente 21 años y la mayor, Francisca del Rey Fresneda, tenía 50 años”, detalla la docente de la UCLM, que añade que “una de ellas, Francisca Tárraga, estaba embarazada, mientras que estaba presa en el penal de Chinchilla”. Este penal era reconocido como una de las prisiones más duras, debido a las crudas condiciones sanitarias, la cantidad de muertes a causa de infecciones, la falta de higiene o hambruna, entre otros.

Lápida de Francisca Tárraga / Foto: Cedida

“Legalmente no podías ejecutar a una mujer embarazada por las leyes franquistas pronatalidad”, manifiesta la experta, que añade que “lo que hacían era esperarse a que tuviesen el niño y unos meses de lactancia. No le perdonaban la vida”. En el caso de Francisca, “da a luz en agosto y en septiembre la ejecutan”, manifiesta la historiadora, que puntualiza que “al padre del bebé lo habían ejecutado también”. Una manera de “saltarse sus propias leyes”, como indica Llanos Pérez.

Dieciocho rosas y un poema

Llanos Pérez, profesora de Historia en la Universidad de Castilla-La Mancha e investigadora de un proyecto dedicado a la memoria de las víctimas de la violencia franquista en Albacete, desarrolló la historia de estas dieciocho mujeres en su tesis doctoral, con el objetivo de “recuperar la memoria de las víctimas de la dictadura”, tal y como ella misma confirma a El Digital de Albacete. El trabajo de Llanos Pérez ha llevado a varias familias a situar el lugar en el que murieron sus madres y abuelas, a quienes muchas de ellas llevaban años buscando sin descanso.

Tumba de Josefina López / Foto: Cedida

En este período, Llanos Pérez pudo conocer historias de la mano de los familiares e investigó sobre el lugar donde supuestamente estaban enterrados los cuerpos de estas mujeres. “Hay dos tumbas que sí que están identificadas en el cementerio, aunque hay algunas que siguen en fosas”, explica la experta en la Memoria de Albacete, que recuerda que “una de ellas, Josefa López Landete, tiene su propio nicho, donde además aparece un poema escrito por ella en la cárcel antes de morir”. 

Josefa López Landete fue ejecutada con 21 años, según la documentación, que “puede estar manipulada perfectamente”, como indica la historiadora, que fue expresamente a buscar esta tumba donde esta albaceteña “aparecía como Josefina, no como Josefa, y además ponía que tenía 19 años”. En esta visita a la tumba de la ‘rosa albaceteña más joven’, Llanos Pérez descubrió “un poema redactado justo tres meses antes. Lo escribió en junio y la asesinaron en septiembre”. “Ver sus propias palabras escritas en su tumba fue impactante”, recuerda la historiadora albaceteña.

Poema de Josefina / Foto: Cedida

“Hay muy pocas con su nombre en la lápida”, explica la historiadora, que recuerda que sus familiares encontraron sus restos, gracias a que se pusieron en contacto con Llanos, que en ese momento se encontraba trabajando en este proyecto. “Llevaban mucho tiempo buscándola”, explica la joven investigadora.

Más de 7.600 personas fueron represalias en Albacete

La base de datos de Víctimas de la dictadura franquista en Castilla-La Mancha contabiliza actualmente un total de 7.611 represaliados en la provincia de Albacete. Dentro de esta cifra, los municipios albaceteños con los que más se cebó la represión, según los datos que tenemos actualmente, fueron Albacete con 414 personas represaliadas, Villarrobledo con 506 personas, Hellín con 336 vecinos, Yeste con 329 represaliados, La Roda con 271 personas y Almansa con 255 almanseños, según datos del Mapa de la Memoria Democrática de Albacete. Cabe destacar, la complejidad de la exactitud de los datos, debido a la dificultad de las investigaciones para recabar este tipo de información varias décadas después.

Todo el mundo conoce lo ocurrido de las ‘Trece Rosas’, pero pocos son conocedores de la historia de estas ‘Dieciocho Rosas albaceteñas’. A veces llegan hasta nosotros casos lejanos y pasamos por alto lo que ocurre en nuestra tierra. Es el caso de la historia de estas dieciocho mujeres, que ha pasado desapercibida para muchos en la provincia de Albacete. Es de justicia que los albaceteños no olvidemos los nombres de estas mujeres, que fueron asesinadas por un régimen, que las relegó a un segundo plano no solo en el período de la Guerra Civil, sino durante los más de 40 años que duró la dictadura. 

Casi ocho décadas después, mujeres investigadoras como Llanos Pérez, han conseguido poner el foco en casos como este, para mantener el recuerdo de estas dieciocho mujeres que fueron injustamente asesinadas, para que esta historia esté presente en la memoria colectiva de los albaceteños, como parte de la historia de Albacete.