Posted: 18 Sep 2014 09:14 AM
PDT
Las jornadas organizadas por la Asamblea
contra el Archivo-Museo de la policía, con la colaboración de Izquierda
Anticapitalista, la Comuna Presxs del franquismo, CGT, CNT y CSA Doble o
Nada, arrancaron ayer con la charla Preventorios: Cárceles infantiles del
franquismo, a cargo de Alicia García y Ángela Fernández, querellantes contra
el franquismo ante la justicia argentina y ex-internas del preventorio de
Guadarrama.
Ambas narraron a los asistentes la historia de
estos centros en España y su experiencia en uno de ellos. Ángela Fernández
relató que la excusa que daban a los padres de las menores para que fueran a
los preventorios era «que querían asistir a la población infantil menos
favorecida».
La tuberculosis era una pandemia en esa época
y «los cuidadores decían a los padres que se iba a vacunar a sus hijos para
que no contrajeran esta enfermedad», señaló Fernández. «Querían convertirnos
en borregos, mediante el temor, para que no nos atreviéramos a rebelarnos
contra la dictadura», subrayó.
Las ponentes explicaron que los métodos que se
utilizaban en estos centros eran la «barbarie absoluta» y hablaron de terror,
tortura, indefensión, desarraigo y otros métodos también utilizados contra
los adultos. «Esto ocurrió durante 30 años en el Preventorio Doctor Murillo
de Guadarrama y en otros diseminados por el país», expuso Fernández.
Alicia García recordó que desde
1946 hasta junio de 1975 esuvieron activos estos centros para niños de entre
cinco y trece años. «Era una disciplina militar para niñas tan pequeñas. Nos
trataban como seres sin importancia y el cuidado no existía».
«Solo podíamos ir al baño cuando los
cuidadores nos lo permitían» y «aunque la comida era asquerosa, a las niñas
las cuidadoras les obligaban a comer sus vómitos y a acabar toda la comida»,
añadió.
A su juicio, vivian «bajo amenaza. Todo estaba
penalizado: no se podia llorar, hablar de los padres, salir de una
fila…porque te llevabas un bofetón».
Visitas y correspondencia. García recordó que
los padres visitaban a sus familiares un domingo al mes. «Muchos padres no se
podían acercar a ver a sus hijas, por lo que algunas no recibían ninguna
visita durante todo el tiempo que estaban internas». También explicó que
durante las visitas de los padres, «las cuidadoras estaban pendientes de todo
lo que decían las hijas a sus progenitores».
«Para nosotros era un régimen carcelario,
puesto que no podíamos salir del recinto para nada, ni cuando nos visitaban
nuestros padres», comentó Alicia García.
Su compañera mencionó que el correo también
era una forma habitual de comunicación. «Escribíamos cartas, pero eran
censuradas, o te tachaban, o te borraban, y algunas nunca llegaban». García
recuerda que «cuando las niñas pedían ayuda a sus padres, los cuidadores les
daban un bofetón y les dictaban lo que tenían que poner». Ángela Fernández
concluyó que cuando los familiares enviaban algo a sus hijas, «todo era
incautado y no llegaba nunca a tus manos».
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Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
divendres, 19 de setembre del 2014
Los preventorios franquistas abren las jornadas sobre la Antigua Cárcel
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