dissabte, 20 de setembre del 2014

Una exposición recuerda la represión franquista en el Fuerte de San Cristóbal Utilizado como penal, la fortaleza alojó a más de 5.000 prisioneros republicanos


http://www.lavanguardia.com/local/pais-vasco/20140917/54415094893/exposicion-recuerda-represion-franquista-san-cristobal.html



País Vasco | 17/09/2014 - 00:08h | Última actualización: 17/09/2014 - 19:13h

Presentación de la exposición 'Lur azpitik-lur azaleratuz, que aflore lo enterrado', en la que participa el forense Paco Etxeberria, y que recupera la memoria de los presos que estuvieron recluidos en el Fuerte San Cristóbal y fueron enterrados en el cementerio de la ladera del monte Ezkaba Juan Herrero/EFE



País Vasco Corresponsal
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Una botella entre las piernas fue la única pista sobre el trágico destino de muchos de los 700 prisioneros republicanos fallecidos en el Fuerte de San Cristóbal. Situado en la cima del monte Ezcaba, conocido también por el mismo nombre, la fortaleza militar coronaba los 895 metros de altitud que dominan la cuenca de Pamplona. Un punto estratégico utilizado como penal entre 1934 y 1945 y que el régimen franquista aprovechó para alojar a más de 5.000 presos. Hoy frecuentado por ciclistas y paseantes, sus laderas verdes sirvieron entones como cementerio improvisado en el que se enterraron los cuerpos de aquellos que fallecían en el penal.
El duro invierno pamplonés, el hambre, las enfermedades y las palizas hicieron del fuerte un punto negro en la historia de la represión franquista. Los fallecidos y asesinados eran enterrados en ataúdes de pino con una botella en su interior, que contenía documentación sobre el muerto. La práctica, que comenzó a partir de enero de 1937 en base a un mandato de Franco en el que indicaba que los soldados debían enterrarse con una botella o medalla con alguna identificación, ha permitido arrojar algo de luz sobre la oscura historia de la fortaleza.
A instancia de familias de las víctimas, la sociedad de Ciencias Aranzadi y la asociación Txinparta iniciaron en 2007 las exhumaciones en la ladera del monte. Su trabajo, que pretende dar a conocer lo sucedido en este "lugar silenciado", ha quedado reflejado en la exposición Lur Azpitik lur-azakeratuz. Que aflore lo enterrado, que se exhibe en la UPV de San Sebastián. "El olvido es para las víctimas y sus familias una herida abierta y una fuente de dolor que nuestra democracia debe cerrar", explicaba este lunes la vicerrectora del campus, Ana Arrieta, en la inauguración.
La exposición, que en diciembre se trasladará a Vitoria, se complementa además con la publicación 'El Fuerte de San Cristóbal en la memoria: de prisión a sanatorio penitenciario. El cementerio de las botellas', realizada por el prestigioso antropólogo forense Francisco Etxeberría y el historiador Koldo Pla, de Txinparta. La obra supone un testimonio de la violenta historia del fuerte, un recuerdo de aquellos que fallecieron en la fortaleza y también de los supervivientes. "Exhumando fosas recuperamos dignidades", aseguró Etxeberria en la presentación en San Sebastián.
El Fuerte, construido durante la Tercera Guerra Carlista y que acabó convirtiéndose en hospital penitenciario, fue declarado en 2001 'Bien de Interés Cultural' y existe ya una propuesta para convertirlo en 'Lugar de Memoria'. Los baches y el mal estado actual de la carretera que serpentea las laderas del monte evidencian el desuso de una instalación que tuvo distintos fines militares hasta que en 1991 fue abandonada definitivamente. Un oscuro símbolo a pesar de todo que acogió además una de las fugas más grandes de la historia en 1938, cuando casi 800 presos escaparon de él, aunque sólo tres alcanzaran la frontera francesa. El resto fallecieron por las balas de los guardianes o fueron capturados de nuevo.