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Laura Moleón en 2009, en la fosa donde está su padre y ahora ha sido enterrada EL MUNDO
Aquella noche de la primavera de 1939 los falangistas entraron en casa de los Moleón Contreras con ese aire de huracán que tienen los golpistas. Andaban buscando a Ricardo Moleón Martín, el secretario del Juzgado de Guadix, un republicano al que no se le conocía más pecado que el de sus ideas. Franco había ganado su guerra y en aquel hogar se acababa de estrenar la derrota.
La patrulla amplió su rapiña y se llevó entre fusiles a casi toda la familia. Los falangistas sólo dejaron a una mujer adulta y a una chavalina de 19 años que no se libraría del miedo hasta medio siglo después. Fue la última vez que Laura vio a su padre en casa. Unos meses de cárcel más tarde lo fusilaron y lo arrojaron a la fosa. La fosa. Una palabra nueva que habría de acompañar a Laura toda su vida. Y ahora toda su muerte.
Porque una tarde, cuando Laura tenía 90 años, volvió a Guadix con su hijos y sus nietos para enseñarles dónde había nacido la infamiay cómo había que vivir la memoria y la dignidad. "El día que mueraquiero estar aquí con mi padre, en la fosa". Cuatro años después, el 11 de septiembre de 2014, Laura murió.
Y el pasado 31 de marzo toda la familia repartida por España se reunió en Guadix para enterrar a Laura junto a la fosa de su padre fusilado. Ésta es la historia de Laura Moleón Contreras, un viaje insólito hacia adentro de la tierra asesinada en vez de hacia afuera.
Vio cómo el pelotón se llevó a su padre. 70 años después dijo que quería reposar con él como acto de amor y justicia.
"Mi madre tardó muchos años en hablar. Fue una mujer criada en el miedo, pero luchadora y muy inteligente. Muy digna. Cuando nos dijo que quería reposar junto a su padre no lo dudamos". Habla Laura del Pozo Moleón, que vive al otro lado del mapa y no lleva en el discurso ni una pizca de revancha, una herencia de paz que debe ser cosa de familia. "Mi abuelo tenía fama de ayudar a la gente; en el pueblo se dice que fue un hombre justo. Mi madre y él estaban muy unidos. Cuando se lo llevaron, él la estaba formando para ser maestra y ella se veía con un futuro. Pero todo se rompió. Sin embargo, nunca sintió venganza. Sólo quería devolverle a su padre lo que había hecho por ella demostrándole cuánto le quería. Por eso quiso que la enterraran con él, como un acto de amor y también de justicia".
Tras la madrugada de camisas azules y palabras armadas de 1939, Laura Moleón Contreras pasó meses llevándole comida a su padre, Ricardo, y a sus hermanos Marcelino y Antonio a la cárcel de hombres y a su hermana Dolores a la de mujeres.
Laura y una de sus tías sobrevivieron en Guadix gracias a lasolidaridad de los vecinos y a su imaginación y fortaleza para sortear los embates verbales y acosadores de los franquistas. Sus días estaban marcados por el estigma de los republicanos en la posguerra y por un trayecto triste que, en cambio, era la única ilusión de la jornada: ir hasta la cárcel para ver a los suyos.
Hasta que el 9 de agosto de 1939 Laura y su tía fueron citadas en la prisión. "Quienes tenían familiares republicanos en la cárcel vivían pendientes de la noche. Sabían que a los presos que iban a fusilar los sacaban de noche y la gente vivía con esa angustia. Y la noche del 9 de agosto llamaron a mi madre y a su tía. Imagínese lo que pensaron. Cuando llegaron a la cárcel, les dijeron que sedespidiesen de mi abuelo. Estuvieron unos minutos con él y vieron cómo se lo llevaron".
Esa noche, en la misma pared que hoy tiene pintada la paloma de Picasso sobre la vertical de la fosa, un pelotón de fascistas fusiló a Ricardo.
Ricardo Moleón ARCHIVO FAMILIAR
Una Dictadura, una Transición y media Democracia más tarde, las familias de los asesinados trabajaron paraidentificar los restos de los 149 arrojados a la fosa de Guadix. "Con el esfuerzo de las familias, el PSOE de Guadix hizo gestiones para dignificar el lugar, y colocó una lápida con una frase y los nombres de los fusilados como homenaje a su memoria», recuerda José Martínez Olmos, diputado socialista por Granada.
El que fuera secretario general de Sanidad en las legislaturas de Zapatero aún se frota los ojos cuando cuenta la historia de Laura. "Ninguna de las 149 familias ha sacado de la fosa a su ser querido. Consideran que es un buen homenaje colectivo que permanezcan juntos e identificados ahí. Pero yo no sé de ningún familiar, una hija en este caso, que lejos de sacar a su padre de la fosa haya querido descansar para siempre precisamente con él. Nos llega al alma. Es una forma bellísima de mantener la memoria sin rencor".
Lo dice Laura hija con sus 53 años de calma: "Ojalá esto ayude a entender la Memoria Histórica. ¿Por qué las víctimas no pueden estar con sus familias? Nosotros no somos de ningún partido, y yo creo que si esto se viera como algo natural, España estaría más tranquila. Nadie quiere otra Guerra. Mi madre necesitaba estar con su padre y una fosa dignificada es una señal de paz y justicia".
Las cenizas de Laura Moleón Contreras viven ahora tres metros a la izquierda de la fosa de Guadix alimentando los olivos que circundan este panteón laico de la Historia.
El domingo, en el acto que el PSOE celebra todos los abriles en el cementerio, la estirpe de Ricardo Moleón Martín posará unas flores en los nombres de sus compañeros de desdicha y, tres metros a la izquierda, con el himno de la República y algunos poemas mejorando el silencio, colocará una placa sobre la urna de una historia con memoria.
En memoria de Laura Moleón Contreras, cuyo deseo era descansar junto a su padre, Ricardo Moleón Martín, por la injusticia cometida en la Guerra Civil. Sus cenizas han sido depositadas en el jardín de esta fosa. 11 de septiembre de 2014.
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