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DOMINGO, 14 DE AGOSTO DEL 2016 - 21:05 CEST
¿Si me mataran, lloraríais mucho?, le preguntó Federico García Lorca a Angelina Cordobilla, la niñera de los hijos de su hermana Concha, en cuclillas, refugiado bajo el piano junto a las mujeres y los niños, mientras las bombas de los sublevados franquistas sonaban de fondo. El poeta más famoso, el autor de los poemas instalados en la vida cotidiana de la gente, el hombre que ha dado su apoyo a la República aunque no se haya casado con ningún partido en concreto, que ha pateado todos los pueblos para llevar el teatro donde no había llegado nunca, García Lorca, tiene miedo. No ha hecho caso de los amigos que le aconsejaron quedarse en Madrid porque los tiempos estaban muy revueltos y como cada año ha decidido pasar el día de su santo, todo un jolgorio familiar, el 18 de julio (qué ironía) en la Huerta de San Vicente, la finca de veraneo en Granada. El levantamiento frustró toda diversión, mientras en la radio atronaba la voz estridente de Queipo de Llano y la ciudad tomada se iba sumiendo en el caos.
Hoy 15 de agosto va a hacer casi un mes de todo aquello. Federico ha abandonado la casa familiar empujado, como si se tratase de uno de sus dramas, o como en el ‘Romance del emplazado’, por señales y predestinaciones, o así queremos verlas. Ha habido varios registros de Falange en la quinta y el poeta finalmente ha decidido refugiarse, desde el pasado 9 de agosto, en la casa de los padres de su amigo Luis Rosales, poeta y falangista de última hora, en Granada. Pasa las horas con las mujeres de la familia –lo cuenta Ian Gibson- porque los hermanos Rosales y el padre apenas si están en casa. Toca el piano, oye la radio, escribe y suele hablar por teléfono con los suyos. Es posible que le oculten que le buscan empecinadamente. Federico no sabe que está apurando las horas en el que será su último refugio.
Mañana. 16 de agosto de 1936: El prendimiento.
Tras el rastro de García Lorca
Granada atesora diversos espacios por los que recorrer la trayectoria vital del poeta
La nota discordante la ofrece el Centro Lorca, inaugurado en 2015 y aún sin contenido
FUNDACIÓN FEDERICO GARCÍA LORCA
SÁBADO, 13 DE AGOSTO DEL 2016 - 22:45 CEST
El tiempo y las circunstancias que rodearon la muerte de Federico García Lorca han contribuido a agrandar el mito y generar una atracción por el poeta como símbolo de libertad que supera incluso a la generada por su producción literaria. Y aunque en su obra abundan las referencias a sus 38 años de vida en Granada, la ciudad alberga apenas una decena de sitios oficiales que recogen la huella del granadino más universal. Entre ellos llama la atención el Centro Federico García Lorca, un inmueble destinado a la conservación y estudio de los fondos de la fundación familiar y que, sin embargo, en el año que lleva abierto aún no ha podido cobijar un solo legajo entre sus paredes y vitrinas.
MIGUEL RODRÍGUEZ
Museo Casa Natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros
El tabú que se extendió tras la muerte de Lorca por Granada no fue saldado hasta 2010, cuando siete décadas después de su muerte la ciudad dedicó la primera estatua al poeta, ubicada en la Avenida de la Constitución. Sin embargo, algunas instituciones como la Diputación de Granada ya iniciaron en los años 80 una ardua labor de reconocimiento de la figura del dramaturgo, adquiriendo la casa de labranza de Fuente Vaqueros donde nació Federico el 8 de junio de 1898. En esta casa de la vega granadina donde pasó sus primeros años ubicaría precisamente 'Los sueños de mi prima Aurelia', la pieza en la que trabajaba cuando fue detenido en 1936.
Salvo la Huerta del Tamarit, la casa de una prima de Federico donde éste comenzó a gestar algunos poemarios, apenas queda rastro de las
Apenas queda rastrode las distintas viviendas en las que residió la familia del poeta cuando se trasladó al centro de Granada
distintas viviendas de alquiler en las que residió la familia cuando se trasladó al centro de Granada para facilitar la asistencia al colegio de los vástagos, como la ubicada en la Acera del Darro. Una casa lujosa para la época a cuyas aldabas en forma de mono haría referencia años más tarde en uno de poemas de 'Poeta en Nueva York' y actualmente convertida en hotel. Tampoco del café La Alameda, transformado hoy en restaurante, donde Federico participaba en la tertulia literaria de El Rinconcillo. Otro hotel se levanta entre las calles Ángulo y Tablas, antaño la casa del poeta Luis Rosales en la que Lorca se refugió en agosto del 36 cuando empezaron a circular las noticias de que iban a por él. Solo se conserva original el patio interior y la puerta lateral por la que salió detenido el día 16.
GTRES
Comedor de la Huerta de San Vicente, la casa de veraneo.
El último espacio visitable es la Huerta de San Vicente, la casa familiar de verano desde 1926. Convertida en centro cultural, todavía se conserva muebles, cuadros y enseres de los Lorca, como el escritorio del poeta o un piano de cola. La ruta oficial concluye en elparque García Lorca de Alfacar, junto al barranco repleto de fosas comunes en el que una lápida recuerda que "Lorca somos todos". Aquí fue donde se ubicó durante años su tumba, aún no encontrada. En la misma zona se encontraba La Colonia, una antigua vivienda reconvertida en cárcel falangista que el Ayuntamiento de Víznar ha pedido reconstruir en algunas ocasiones para reconvertirlo en un centro de interpretación de la Guerra Civil.
DEUDAS EN LA FUNDACIÓN
El rastro termina en el Centro García Lorca, un espacio abierto en 2015 destinado a la conservación y el estudio de los 5.000 manuscritos del poeta, dibujos de Dalí o fotografías depositadas en la Residencia de Estudiantes de Madrid y que todavía se encuentra vacío. Los desencuentros han provocado que la Fundación que custodia dichos fondos artísticos, dirigida por sus herederos, abandone el consorcio que gestiona el centro, justo cuando las administraciones públicas le reclaman que devuelva o justifique ayudas de hasta 4,5 millones de euros destinadas a la puesta en marcha del proyecto. La fundación, que también acumula deudas millonarias por préstamos hipotecarios o con la empresa constructora, atribuye las dudas a su antiguo secretario, al que ha denunciado por posible apropiación indebida y falsedad documental. Un conflicto que ha acabado ensombreciendo el que iba a ser el principal tributo de Granada a Lorca.
¿Dónde está Federico?
En el 2009 una excavación descartó que la tumba de García Lorca se ubicase en un parque entre Alfacar y Víznar
En septiembre se reanudará la nueva búsqueda en el paraje cercano conocido como Peñón Colorado
JORGE GUERRERO
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SÁBADO, 13 DE AGOSTO DEL 2016 - 22:11 CEST
En los 80 años transcurridos desde su asesinato, de Federico García Lorca se sabe casi todo: dónde nació, dónde compuso sus primeros versos, sus amoríos…También se han reconstruido las aciagas últimas horas en Granada desde su detención en casa del poeta Luis Rosales el 16 de agosto de 1936 hasta su llegada al cuartel ubicado en La Colonia y el paseo que le dieron dos días después junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas. Sin embargo, el lugar donde se ubican sus restos sigue siendo un misterio que agranda el mito y provoca no pocas hipótesis, algunas de ellas mantenidas durante décadas y descartadas tras una excavación arqueológica en el 2009.
La versión más extendida sobre el paradero de la tumba fue la difundida por el hispanista irlandés Ian Gibson, que en 1966 logró dar con uno de los hombres que supuestamente participaron en las labores de sepultura del grupo aquel 18 de agosto: Manuel Castilla o ‘Manolillo el Comunista’. Él le llevó al barranco de Víznar y, aunque el paraje estaba ya cambiado por la presencia de urbanizaciones, señaló un olivo como el lugar donde reposaban los restos de Federico y sus compañeros. Ese árbol franquea hoy la entrada al parque García Lorca, donde un monolito recuerda su figura y al resto de víctimas, entre 3.000 y 3.500, de la represión franquista en esa zona.
Gibson ya conocía el trabajo desarrollado por Agustín Penón, un historiador barcelonés hijo de exiliados y criado en Nueva York que llegó a Granada en 1955 siguiendo la estela de García Lorca. Superando tabúes y muchas reticencias, llevó a cabo la primera investigación seria sobre la muerte del poeta. Penón también se había reunido con el sepulturero y manejó la misma ubicación de la tumba del poeta, junto al paraje Fuente Grande.
El hispanista terminó de dar forma a esa investigación en su biografía sobre Lorca. Pero en el 2009, un grupo de arqueólogos avalados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Historia y la Junta de Andalucía excavó la zona para recuperar los restos con resultado negativo. Pese a ello, Gibson no cree que su fuente le engañara y sostiene que debería haberse ampliado el área de excavación.
SAMUEL ARANDA
Placa en honor de García Lorca en Víznar, el lugar donde Gibson sostiene que está enterrado el poeta.
Sin embargo, Penón manejó también otras hipótesis, como se revela en un denso tomo sobre su trabajo editado en el 2011 por Marta Osorio bajo el título 'Miedo, olvido y fantasía: crónica de la investigación de Agustín Penón sobre Federico García Lorca'. Al regresar a América se carteó con una amiga de Federico, Emilia Llanos, y ambos apuntaron la posibilidad, nunca probada ni sustentada, de que los falangistas acabaron trasladando el cuerpo del poeta a otro lugar. Esta teoría surge también en el libro del historiador Gabriel Pozo, 'Lorca, el último paseo', donde se narra la conversación de Penón con el alcalde de Granada durante la Guerra Civil, Antonio Gallego, acerca de que las autoridades habían dado orden de cambiar el cuerpo de sitio "para ocultar el asesinato e impedir que pudiera convertirse en un arma propagandística de enorme valor para el bando republicano".
LA OTRA TESIS
Ese fracaso de la excavación dio alas a la investigación del periodista Eduardo Molina Fajardo, coetáneo de Penón y miembro de la Falange, que en los años 60 recopiló testimonios de hasta 48 personas relacionadas con la detención o el fusilamiento del poeta para intentar desvincular a su partido del episodio. Su documentación incluye una declaración jurada de Manolillo el Comunista admitiendo que no participó en el enterramiento del poeta y que solo supo de lo ocurrido por referencias.
Los restos mortales podrían estar en un antiguo campo de instrucción de la Falange
El mando militar en Granada durante el inicio de la guerra, el capitán José María Nestares, entregó en 1969 a Molina Fajardo un croquis con el lugar exacto del enterramiento, y años más tarde un hijo del militar, ahora general, le guió de nuevo a ese emplazamiento junto con dos guardias de asalto que dijeron haber sido testigos del fusilamiento. Fernando Nestares acabó relatando dicho encuentro a Caballero y al arqueólogo Javier Navarro, llevándoles al terreno y señalando el emplazamiento en el antiguo campo de instrucción de la Falange, convertido a finales de los años 80 en un campo de fútbol.
En este punto, conocido como el Peñón Colorado, ubicado a unos 800 metros del anterior, es donde el próximo mes de septiembre se iniciará una nueva excavación en busca de posibles restos. Las investigaciones previas con georradar y comparando fotos aéreas del terreno confirman la existencia de irregularidades morfológicas compatibles con fosas de la guerra. Oficialmente, se trata de localizar los restos del maestro Dióscoro Galindo, cuyos descendientes son los únicos que han accedido a una posible exhumación. Sin embargo, pocos en el grupo de investigadores dudan de que, si en esta ocasión se encuentra restos humanos, y dada sus especificidades morfológicas, no se pueda reconocer fácilmente si entre esos huesos se hallan los de Federico.
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