dissabte, 18 de novembre del 2017

MEMORIA / AGUAUCHO. Francisco Pimentel.


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Francisco Pimentel.

MEMORIA / AGUAUCHO (Publicado en Ronda Semanal el Sábado 18.11.2017)
Conocí a Juan Miguel Baquero cuando en Coria del Río querían quitar el monumento a las víctimas del franquismo y allí fuimos de toda Andalucía muchos de los estamos en las asociaciones de familiares de la memoria histórica para defender ese homenaje que Coria había hecho a quienes perdieron la vida por defender la libertad, la igualdad y la fraternidad republicanas. También conocí a la artista que lo había diseñado y pensaba que los rostros que allí había plasmado serían de algunas de las personas asesinadas pero había una de las figuras que era inconfundible por su rostro, su apostura y su libro en las manos: era la imagen de Blas Infante.
Juan Miguel Baquero es periodista y dirigente de la memoria histórica de Coria. Lleva mucho escrito y defendido sobre nuestros héroes asesinados y uno de sus últimos trabajos ha sido sobre los crímenes de Aguaucho en Fuentes de Andalucía. He aquí un extracto de tan estremecedora historia, símbolo de la represión de género y el trato que el fascismo-nazi-franquista aplicó a las mujeres:
“Se han llevado a las más nuevas… los franquistas han violado a las niñas. Luego les han pegado cuatro tiros y han arrojado sus cuerpos a un pozo.” Ebrios, los asesinos rompen el silencio de la madrugada regresando con sostenes y bragas ensartados en la punta de los fusiles gritando: "Esta noche hemos tenido carne fresca”.
El terrorífico relato corresponde al caso de las mujeres de El Aguaucho. Varias jóvenes de Fuentes de Andalucía que fueron vejadas, violadas y ejecutadas por los golpistas. Ocurrió en agosto de 1936. Más de 81 años después arranca la exhumación del macabro y sádico crimen. Un ejemplo extremo de la represión de género ejercida por el franquismo.
Los restos estarían sepultados a una profundidad de unos 10 metros. Ya ha aparecido el pozo donde echaron los cuerpos mancillados de las muchachas. El pozo alberga los restos de al menos cinco mujeres: Coral García Lora de 16 años y su hermana Josefa García Lora de 18, María Jesús Caro González de 18, Joaquina Lora Muñoz de 18 y María León Becerril de 22 años. Según los testimonios, mantenidos callados durante décadas, las víctimas podrían ser incluso nueve: Josefa González Miranda de 17 años, Dolores García Lora de 25, hermana de Coral y Josefa, María Caro Caro de 35 y Manuela Moreno Ayora de 40.
"Se divirtieron y luego las mataron”… De esa forma cumplían el mandato del general fascista Queipo de Llano que por Radio Sevilla repetía todos los días desde el 18 de Julio del 1936: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes republicanos lo que significa ser hombre… y de paso también a las mujeres. Después de todo los socialistas se lo merecen… ¿no han estado jugando al amor libre?… ahora sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas… no se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen.”
A Pablo Caballero González, de 87 años, se le entrecorta el habla cuando recuerda a su tía Josefa González, "hermana de mi madre". Recuerda con los ojos inundados en lágrimas, cómo los franquistas hicieron "lo más malo del mundo", dice. "Llegar, estar comiendo ellos, y las tenían en cueros... lo que hacían con ellas... yo qué sé… eso es lo que decían los más viejos del pueblo, que se divirtieron todo lo que quisieron y luego las mataron. Yo me he enterado de todas esas cosas… sí, sí… desnudas… los fascistas buscaron carne fresca… obligaron a las niñas, las más nuevas, a hacerles de comer y servirles sin ropa, sometidas a todo tipo de vejaciones… abusadas… usados los cuerpos femeninos como campo de batalla.”



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