dimecres, 22 d’agost del 2018

Fosa 128 de Paterna. Nuevos restos.




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Pues si, al final hubo sorpresa...
El pasado jueves dimos por concluidos los trabajos de exhumación de la fosa 128. Aparentemente con la extracción número 62 poníamos fin a tres meses y medio de đuro trabajo.
El lunes 20 (ayer) coincidiendo con el inicio de los trabajos de la 112, una parte del equipo pasó a “preparar” el fondo de la 128 para documentar y al final de tanto pedirla, apareció la sorpresa... a 4’60 m. de profundidad, aparece una nueva capa de cal, por lo que todo apunta a más restos...
Esta mañana el equipo ha cofirmado las sospechas de tod@s, nuevos restos a la vista. Hasta el momento han aparecido dos cráneos, lo que significa dos nuevas víctimas de la represión franquista con lo que nos vamos seguro a los 5 metro y 64 víctimas ¡de momento...!
¿Porque los esbirros del régimen se tomaron tantas molestias con esta fosa en concreto? ¿Que pretendían ocultar? La ilegalidad de los asesinatos es el denominador común de todas las victimas de la represión franquista que amparándose en la fuerza de las armas exterminaron sin piedad todo vestigio de disidencia contra el régimen fascista. ¿Que habrá detrás de los más de 4 metros y medio (y desde ahora, a buen seguro más đe 5 metros) de profundidad para una fosa común? Quizá nunca lo sepamos....
2238 hombres y mujeres fueron asesinados por el nacionalcatolicismo impuesto con mano de hierro por Francisco Franco y enterrados en más de sesenta fosas comunes, para luego, cuando el purulento cerebro del artífice del genocidio español imaginó pasar a la eternidad en una megatumba construida con el sudor y la sangre de sus enemigos, recorrer su feudo “robando” los cadaveres de miles de republicanos para que le acompañaran en su viaje por la eternidad. Los restos de más đe 33.000 personas custodian el descanso eterno de la paticorta momia del generalísimo, de ellos más de veinticinco mil represaliados tras la contienda. ¿Entrará la fosa 128 en el furtivo robo de cadaveres? Eso justificaría de alguna manera los casi tres metros que hubo que cavar hasta ver aparecer los primeros restos. Y de seguro esa profundidad se doble cuando alcancemos el verdadero “final” de la fosa.