divendres, 19 d’octubre del 2018

La ampliación del cementerio de San Blas (Teruel) tropieza con una fosa de la Guerra Civil


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Antes de construir nuevos nichos, habrá que realizar una excavación arqueológica.

El alguacil de San Blas, Juan Martín, junto a las catas que han confirmado la presencia de la fosa.
El alguacil de San Blas, Juan Martín, junto a las catas que han confirmado la presencia de la fosa.J. Escudero

La ampliación del cementerio de San Blas, un barrio rural de Teruel, ha tropezado con la presencia de una fosa con cadáveres de la Guerra Civil que bloquea la construcción de los 24 nuevos nichos previstos. La Unidad para la Protección del Patrimonio Cultural del Gobierno aragonés ha impuesto como condición previa a las obras de nuevas sepulturas una excavación completa del enterramientocolectivo, una actuación que demorará la ejecución de los nichos y la encarecerá considerablemente.
La cata llevada a cabo en la zona destinada a la ampliación ha confirmado la presencia de enterramientos de la Guerra Civil, que ocupan una superficie de 160 metros cuadrados. Patrimonio considera que el proyecto de ampliación afectará directamente a la fosa, considerada un yacimiento de interés arqueológico.

La aparición de la fosa común trae de nuevo a la actualidad el
 trágico impacto de la batalla de Teruel, una de las más sangrientas de toda la Guerra Civil. Se disputó entre finales de 1937 y principios de 1938 en medio de un crudo invierno. Se enfrentaron 200.000 soldados de los dos ejércitos con un balance de cerca de 40.000 fallecidos. Fue la única ocasión durante todo el conflicto en que una capital de provincia, Teruel, fue reconquistada por las tropas gubernamentales, aunque efímeramente. Los enterramientos derivados de aquel conflicto salpican el municipio, en algunos casos controlados y en otros sin referencias documentales.El proyecto para levantar los nichos y para excavación arqueológica previa, aprobado el pasado miércoles en una comisión informativa del Ayuntamiento, tendrá un coste de 85.203 euros y un plazo de ejecución de dos meses. La cifra casi triplicará el coste previsto inicialmente para las sepulturas, que ronda los 30.000 euros.

El concejal señaló que con la cata efectuada en la fosa
 no ha podido concretar a cuál de los dos bandos pertenecen los cuerpos enterrados, ni tampoco existen estimaciones sobre el número de cadáveres.El concejal delegado de Barrios, Julio Esteban, señaló que la ampliación del cementerio es "necesaria" para atender las necesidades de la pedanía, aunque matizó que todavía queda una reserva de nichos disponible. Esteban añadió que, tras la excavación, los restos que afloren deberán ser reubicados en un lugar todavía por determinar.
El alcalde pedáneo, Javier Cañete, confirmó que la falta de espaciopara nuevos enterramientos en el campo santo "no es un problema" a corto plazo, pero manifestó su inquietud por las demoras que se derivarán de un proceso"complejo" de excavación y reubicación de los cadáveres de la Guerra Civil. Este barrio rural es el segundo más populoso de entre las diez pedanías de la capital, con un rápido crecimiento demográfico durante el ‘boom’ inmobiliario previo a la crisis de 2008.
La concejala de Cementerios, Mari Carmen Muñoz, explicó que la detección de la fosa ha retrasado notablemente el inicio de las obras, que se preveía haber iniciado hace ocho meses conjuntamente con las de los camposantos de otros barrios rurales que ya están terminados.
El proyecto, denominado"Excavación arqueológica de fosa común de la Guerra Civil y construcción de edificio para 24 nichos en el cementerio de San Blas", salió adelante con los votos de todos los miembros de la comisión de infraestructuras.