diumenge, 23 de novembre del 2025

Las fosas que el franquismo abrió en Vilagarcía

 


https://www.farodevigo.es/arousa/2025/11/16/fosas-franquismo-abrio-vilagarcia-123747915.html

En España hay unas 6.000 fosas comunes de la Guerra Civil y el franquismo

Un gran mapa interactivo sitúa dos de ellas en O Salnés y una en Curro.

Margarita Teijeiro, tercera por la izquierda, junto a la escultura de la fosa de Rubiáns.

Margarita Teijeiro, tercera por la izquierda, junto a la escultura de la fosa de Rubiáns. / Iñaki Abella

Vilagarcía

Poco después de empezar la Guerra Civil, el joven albañil vigués Manuel Álvarez Silva tuvo que escapar de casa para evitar que le matasen por haberse afiliado al Partido Comunista. Huyó a pie por el monte, y en suhuida llegó a Vilagarcía. Se refugió en casa de unos parientes, pero los falangistas no tardarían en atraparlo.

Manuel Álvarez fue ejecutado en Lobeira y su cuerpo quedó abandonado en el monte. Allí lo encontraron unas vecinas de Cornazo que, armándose de valor, lo envolvieron en una sábana y lo enterraron en una fosa del cementerio parroquial.

Restos mortales de los represaliados enterrados en Curro. |  I.Abella

Restos mortales de los represaliados enterrados en Curro. / Iñaki Abella

En ese punto se localiza, precisamente, una de las dos fosas del franquismo que han identificado en Vilagarcía la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y Radio Televisión Española (RTVE) para el proyecto «El país de las 6.000 fosas», un mapa interactivo en el que se localizan y detallan todos los enterramientos irregulares de la Guerra Civil y del franquismo de los que se tiene constancia.

El mapa sitúa dos de esas fosas en la comarca de O Salnés, ambas en Vilagarcía: la ya citada del cementerio de Cornazo, donde fueron enterrados dos hombres; y la del cementerio municipal de Rubiáns, donde los rebeldes sublevados arrojaron los cuerpos de doce víctimas. «Nosotros sospechamos que hay más fosas», apunta Margarita Teijeiro, de O Faiado da Memoria, un colectivo que lleva años investigando lo sucedido durante el franquismo en Vilagarcía y dignificando a los asesinados. «Fuentes orales indican que podría haber alguna más en Cea y en Lobeira».

RTVE y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática presentaron esta semana en Madrid «El país de las 6.000 fosas». En el mapa aparecen referenciados 5.848 enterramientos irregulares, en los que habrían sido sepultadas más de 140.000 personas.

Inicio de la excavación de la fosa de Cornazo. |  FdV

Inicio de la excavación de la fosa de Cornazo. | FdV

Se trata de muertos en combate o en las líneas de guerra; de víctimas de la represión (de ambos bandos) o de los bombardeos sobre pueblos y ciudades. Hay partes de la península donde los círculos que marcan las fosas se superponen los unos a los otros, tal es la densidad de enterramientos. En otros, como O Salnés, hay muchos menos. El más próximo a los de Vilagarcía está en Curro (Barro).

En el conjunto de la provincia, se tiene constancia de 26 fosas. La exhumación que permitió recuperar más víctimas fue la de 2021 en el atrio de la iglesia de San Pedro de Filgueira (Crecente), donde se recuperaron los restos mortales de cuatro víctimas.

Excavación de 2009

Además de Manuel Álvarez Silva, en la fosa común del cementerio de Cornazo fue enterrado un pescador de O Grove, Perfecto Allo Sabor. Su familia también padeció con saña la furia falangista. Un hermano de Perfecto murió durante la fuga del penal navarro de San Cristóbal, y a él lo mataron a golpes en el monte Lobeira, según relata Margarita Teijeiro.

«A principios de los años 40, posiblemente sobre 1942, las dos hermanas de Perfecto fueron de noche al cementerio de Cornazo, saltaron la tapia y se llevaron los dos cuerpos que encontraron», explica la investigadora. De ese modo, conservaron durante décadas los restos tanto de Perfecto Allo como de Manuel Álvarez, a los que según ella enterraron años después en O Grove. Pero esto no se sabría hasta pasado un tiempo.

De hecho, en 2009 se excavó la fosa a instancias de los descendientes de Álvarez Silva y apareció el esqueleto de un hombre joven. Los hijos, emocionados, creían haber encontrado a su padre, pero Margarita Teijeiro explica que las pruebas de laboratorio lo descartaron. Los restos de aquel hombre eran mucho más antiguos.

Rubiáns y Curro

En noviembre de 2021 empezó la excavación de la fosa común del cementerio municipal de Rubiáns, donde se suponía que habían sido enterradas 18 personas, la mayoría «paseadas» por los falangistas o ajusticiadas en aplicación de bandos de guerra, sin derecho a juicio. La fosa se excavó a instancias de O Faiado da Memoria, y se recuperaron tres cuerpos.

No fue posible llegar a más; posiblemente algunos ya habían sido exhumados a la fuerza sobre 1942, por no pagar las cuotas del cementerio; y se cree que parte de la fosa fue destruida tiempo después para la construcción de nichos y panteones. O Faiado da Memoria promovió un acto de dignificación de las víctimas, mediante la colocación de un panel a la entrada del cementerio con los nombres de los asesinados, y de una escultura en el lugar del enterramiento, en la parte posterior de la capilla, que se inauguró un lluvioso día de mediados de diciembre de 2024.

Finalmente, el mapa recoge una fosa existente extramuros del cementerio parroquial de Curro (Barro). Allí fueron enterrados por los vecinos el electricista cambadés Castor Cordal Garrido y el periodista de Ribadumia Ramón Barreiro Rodríguez, asesinados a balazos a mediados de septiembre de 1936. Sus cuerpos fueron encontrados, tendidos en una solitaria cuneta de la carretera de Vilagarcía a Pontevedra, por unos vecinos de Corvillón que iban a la feria. En 2009, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica promovió la exhumación de la fosa, y los restos de ambos hombres fueron entregados a sus familias en 2010 en un multitudinario y emotivo acto público.

«El país de las 6.000 fosas» es un proyecto vivo y en crecimiento, que se irá actualizando con el tiempo. Se da por hecho que existen más enterramientos, aunque en muchos casos ya no sea posible acceder a ellos, por haber quedado bajo carreteras o construcciones. Pero en muchos otros aún es posible intervenir, y recuperar los restos de personas que, a menudo, encontraron la muerte solo por sus ideas. Desde 2000, se recuperaron los cuerpos de unas 17.300 personas. Todavía permanecen enterradas, en tumbas anónimas, perdidas en el paisaje, sin derecho al recuerdo, 120.000.

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