https://www.publico.es/opinion/columnas/prision-alcala-henares-espacio-memoria-lucha-mujeres.html

- Por Verdad, Justicia y Reparación
- /Ana García
Desde el primer momento, investigar sobre cualquier lugar en este país es una tarea arduo complicada. Si algo he aprendido es que hace falta mucho tiempo y muchos recursos y, sobre todo, poder acceder a la documentación.
Hace un par de semanas presentábamos el libro Carabanchel. La estrella de la muerte del franquismo elaborado por Luis A. Ruiz Casero, que recoge una investigación sobre la historia de dicha cárcel y sus resultados han sido sobresalientes. Pero también comentábamos con él que hay documentación que debemos tener en cuenta que no existe ya, que ha desaparecido y que no vamos a poder recuperar.
Luis comentó que una compañera suya historiadora había intentado hacer su tesis de postgrado sobre la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares (Madrid), llamada La Galera. Dadas las enormes dificultades que encontró, tuvo que renunciar a ello.
A pesar de todo, el Grupo de mujeres de La Comuna, lo estamos intentando. Porque consideramos que la que fue cárcel de cumplimiento de mujeres durante el tardofranquismo debe ser reconocida como espacio de memoria y reconstruida para convertirse en Museo de la Memoria, al menos, de la memoria de las mujeres.
Es más difícil estudiar una cárcel de mujeres que una de hombres y, especialmente, si quieres estudiar un periodo más cercano. Las de hombres son referidas en un montón de libros, artículos o en extractos de la revista Redención, hecha por presos y para presos con la supervisión del Patronato para la Redención de Penas. Sin embargo, son poquísimas las referencias a las cárceles de mujeres y aún menos si buscas una de las prisiones en particular.
Y, por otro lado, cuanto más "nueva" es una información, más protegida está. Por eso es complicado encontrar listados de presas o cualquier referencia a quiénes eran y por qué estaban allí. Lo de nueva, lo digo entre comillas, porque ya no disponemos de información de muchas de las mujeres que por allí pasaron, por fallecimiento o por la dificultad de acceder a las mismas.
El objetivo inicial de esta investigación ha sido la declaración de espacio de memoria de La Galera y, a ser posible, la rehabilitación del dicho lugar, ahora en peligro de derrumbe.
Para declarar un espacio de memoria hay que elaborar un informe en el que las referencias sean precisas y cuyo relato sea lo más coherente posible, intentando que no haya "huecos" en la historia que se está contando.
Poco a poco vamos ampliando la información más relevante sobre dicho espacio.
El edificio de La Galera era el antiguo Convento del Carmen, de mediados del siglo XIX, y se convirtió en cárcel central de Alcalá de Henares en 1877 y luego Casa Correccional. Dirigida por la orden de la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, se transformó en 1880 en una cárcel modelo para mujeres con ciento ocho celdas individuales, aunque en 1887 ya la habitaban 798 reclusas. Era la antigua penitenciaría femenina de cumplimiento de pena con mayor número de reclusas de toda España.
Hasta 1931, siendo Directora General de Prisiones Victoria Kent, siguió manteniéndose dicha prisión como la central de mujeres. Durante su mandato se crea la cárcel de Ventas de Madrid como un espacio para el cumplimiento de condenas para las mujeres, siendo un edificio más moderno y adaptado.
Tras la guerra, la falta de espacios para prisiones, obligaban a la dictadura a utilizar antiguos conventos, colegios y viejas prisiones para convertirlas de nuevo en cárceles de cumplimiento para castigar a socialistas, comunistas y anarquistas. Así, se reabre la cárcel de mujeres de Alcalá.
Entre 1940 y 1949 la información sobre las mujeres en la cárcel de Alcalá es prácticamente nula. En 1940 hay constancia de que dos religiosas se integraban al trabajo en la prisión de mujeres de Alcalá, lo que nos confirma así su reapertura.
En 1946, unas 200 mujeres eran trasladadas desde Ventas hasta la cárcel de Segovia. Allí, en 1949, se produce una de las huelgas más importantes en una cárcel de mujeres de la historia del franquismo por la represión ejercida contra una de las presas al quejarse de las condiciones de reclusión. Tras la misma, y manteniendo el sistema de rotación por diferentes cárceles que ya predominaba en la filosofía penitenciaria franquista contra la oposición política, parte de las que fueron castigadas por la misma fueron divididas entre las prisiones de Guadalajara y Alcalá de Henares.
En los años cincuenta tenemos testimonios de María Salvo, Soledad Real, María Blázquez, Petra Cuevas o Manolita del Arco de su paso por la prisión de Alcalá.
La prisión central de Segovia cerraba el 20 de abril de 1956, llevando a las últimas presas políticas a la cárcel de Alcalá. Eran María Salvo, Soledad Real, Mercedes Coto, María Postigo y Mercedes Gómez. La de Segovia se transformaría en Reformatorio especial de "mujeres caídas".
En 1969 se cerraría Ventas y se trasladó a Alcalá a todas las presas políticas que allí quedaban. Entre ellas estarán algunas de las que posteriormente dejarían su testimonio de este tránsito por escrito: Luisa Isabel Álvarez de Toledo ("Mi cárcel"), Lola Canales (Alias “Lola”) y algunas otras a las que luego se les ha entrevistado, como a Alicia Mur, en el libro de Queralt Solé i Barjau: ("A les presons de Franco").
Aunque las condiciones eran mucho mejores que en Ventas, el viejo edificio contaba con infestaciones de ratas, cucarachas y con una falta permanente de agua que se recoge en las memorias de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y de algunos testimonios coincidentes en el tiempo. Sin embargo, hay un momento que desconocemos en el que se arreglan los sistemas sanitarios y desaparecen las ratas y las cucarachas, ya que hemos entrevistado a numerosas mujeres y les hemos preguntado al respecto. Todas ellas han respondido en el mismo sentido, que no había ningún problema de higiene.
Las penadas en los años setenta son las de la llamada Generación TOP, una nueva oleada de mujeres antifranquistas militantes, principalmente, de ETA, PCE (m-l), PCE, ORT y LCR.
En 1974 hubo un hecho transcendental que aceleró el cierre de la prisión de mujeres de Alcalá de Henares. El edificio colindante a la misma acogía a los Talleres Penitenciarios de Alcalá de Henares, que pertenecía a la prisión de hombres sita en la misma localidad. El 1 de agosto de 1974 hubo un incendió que acabó con la vida de 13 de los presos y hubo más de 200 heridos. La repercusión social fue tal que, por fin, se dieron cuenta de las condiciones en las que estaban las reclusas de la puerta de al lado y las dificultades para salvaguardar sus vidas en caso de cualquier tipo de incidente. Esto produjo que se aceleraran las obras de la prisión de Yeserías, iniciadas algunos años antes y reabierta en dicho año con el nombre de Centro Penitenciario de Detención Asistencial de Mujeres.
En 1976 solo quedaban 45 mujeres en La Galera, entre ellas las dos últimas mujeres condenadas a muerte en los consejos de guerra de septiembre de 1975: María Jesús Dasca y Concepción Tristán, que salieron en julio de 1977 en aplicación de la amnistía. A finales de 1977 solo había 6 presas. EN 1978 cierra de forma definitiva.
Desde 1988 el espacio pertenece a la Universidad de Alcalá de Henares, que ha ido dejando que poco a poco se deteriore un espacio que, sin duda, ha sido escenario de muchas luchas de mujeres antifranquistas y de otras que, sin poder ser encajadas en esta definición, han sufrido gravemente la represión de la dictadura.
La creación de espacios de memoria consiste en reconocer espacios físicos o patrimonios inmateriales vinculados a la represión durante el franquismo o a la lucha por los valores democráticos. Entre aquellos que hacen alguna referencia exclusiva a las mujeres encontramos las manifestaciones del 8 de marzo (justificadas en la República y a partir de 1978) y el monumento a Mariana Pineda (asesinada en 1831 por garrote vil).
Nuestras compañeras han solicitado ya como espacio de memoria la cárcel de Yeserías, por la que muchas de ellas pasaron y sufrieron la represión del régimen.
Faltan espacios de memoria que hablen de mujeres luchadoras, de mujeres que sufrían la represión en todos los ámbitos de la vida.
Por eso, nosotras seguiremos investigando la historia de una prisión de dos siglos de historia, y seguiremos reclamando espacios de memoria en los que las protagonistas hayan sido las mujeres. Y la prisión de Alcalá de Henares, la Galera, tiene que ser uno de ellos.




Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada