dissabte, 27 d’octubre del 2012

Se han recuperado los cuerpos de la fosa del cementerio de Paterna 72 años después de que les fusilaran

http://www.elplural.com/2012/10/26/el-padre-de-pepita-celda-y-sus-companeros-de-massamagrell-rescatados-al-fin-del-olvido-eterno/



El padre de Pepita Celda y sus compañeros de Massamagrell rescatados al fin del olvido eterno
A sus ochenta y bastantes años, Pepita Celda duerme ya tranquila. Después de años de lucha, de infinidad de trabas burocráticas, de mucha desesperación y la angustia final de que se acababa el tiempo, Pepita ha recuperado el cuerpo de su padre. Ha sido este 26 de octubre, a las doce del mediodía en punto. Estaba como ella decía, en un ataúd y con una botella que llevaba su nombre dentro escrito en un papelito. Con el suyo, otros once féretros en similares condiciones. Debajo, una capa de cal y muchos huesos. El grupo de recuperación de la memoria histórica de Valencia consiguió al fin, después de todo tipo de dificultades –que ELPLURAL.COM ha ido relatando puntualmente- llegar hasta ellos. Hasta los fusilados de Massamagrell que acabaron sus días el 14 de septiembre de 1940, ejecutados. Ahora el 1 de noviembre por fin les llevarán flores.
El equipo de expertos consiguió llegar hasta José Celda al mediodía tras excavar dos metros. Era el primero de una serie de doce féretros colocados en posición de cuatro por tres filas. Habían empezado semanas atrás a perforar después de que el Ayuntamiento de Paterna accediera al fin, pero las lluvias paralizaron los trabajos. Hoy el sol lucía radiante como la sonrisa de Pepita que había temido tener que devolver la subvención el 31 de diciembre si no conseguían el permiso y tenía miedo además de no llegar a ver por su edad, este momento. Un momento compartido con otras tres familias que finalmente decidieron sumarse a la recuperación de los cuerpos de sus seres queridos y una quinta familiar que aún dudaba de qué hacer pero que también estaba pendiente.

Fusilado e indultadoComo ELPLURAL.COM ha relatado, José Celda Beneyto, el padre de Pepita, fue fusilado en septiembre de 1940 junto con 15 personas de Massamagrell en Valencia. Salió un día al campo, como era habitual, a  labrar, pero no volvió. Lo apresaron no se sabe quien. En la cárcel de Valencia vivió un juicio sumarísimo muy duro acusado de pertenecer a Izquierda Republicana hasta que en septiembre fue fusilado. Tres meses después le llegó el indulto por no haber cometido delito alguno. Lo enterraron en una fosa enorme en el cementerio de Paterna. La familia estuvo al acecho, haciendo guardia en el cementerio como hicieron algunas otras para intentar ver el cadáver, y lo consiguieron. Tras mucho rogar y pagar 25 pesetas de la época, el enterrador puso el cuerpo en un ataúd algo que no era normal y en el féretro introdujeron una botellita de cristal con el nombre de José dentro.

En ataúdes y con botellitasSiempre contó su familia que el ataúd cerraba la fosa, que era el primero sobre otros 200 cadáveres que se hacinaban debajo. “La sorpresa ha sido que otros once fusilados estuvieran también en ataúdes y con sus botellas identificativas, algo nada común en la época”, declaraba a ELPLURAL.COM Matías Alonso, del Grupo para la recuperación de la memoria histórica de Valencia. Estaban muy bien colocados. Se conoce que el enterrador, al que obligaron a sepultar a los suyos lo hizo con especial sensibilidad.  “Tras excavar 2,80 metros ha aparecido un suelo de cal, lo que evidencia que había mas gente, porque era lo que usaban para los enterramientos. Se ha hecho un sondeo leve y han aparecido mas cuerpos”.

El misterio de los 200 cadáveresPero el grupo de especialistas arqueólogos, antropólogos y forenses de Paleolab que trabajaban en la fosa no pudieron seguir adelante porque la ley lo prohíbe.  Solo se autoriza a llegar hasta quienes se estaba buscando. “Queda ahí un enigma. Nos extraña mucho que el ayuntamiento diga que hay mas de  200 cadáveres. Debe tratarse de una sima por tanto de 10 o 15 metros. La fosa es un cuadrado de tres por tres metros. Habría que hacer un  proyecto para recuperarlos, pero se han cuidado ya el Ayuntamiento y  la Generalitat de que no se pueda hacer”, comentaba Matías Alonso. Lea el informe del grupo Paleolab que ha realizado esta exhumación.
De izquierda a derecha, las víctimas de los fusilamientos: José Celda, padre de Josefa Celda; Rafael Buenaventura; Francisco Fenollosa y Bautista Devis.
De izquierda a derecha, las víctimas de los fusilamientos: José Celda, padre de Josefa Celda; Rafael Buenaventura; Francisco Fenollosa y Bautista Devis.
La historia amarga de Ramón Gandía
Jose Celda, Bautista Devis, Rafael Buenaventura, Francisco Fenollosa, y Ramon Gandia Belda, eran los cinco a quienes sus familiares buscaban. “Precisamente gracias a Ramón Gandía pudimos tener la certeza de que eran ellos porque el cartel de su botella se leía con absoluta claridad, con su nombre y la fecha “14 de septiembre de 1940”. Así hemos tenido la certeza de estar en el sitio”, explicó Alonso. La historia de este hombre es muy triste. Nadie lo reclamaba hasta que el GRMHV localizó en Massamagrell a una sobrina muy mayor ya y con dudas sobre recuperar su historia. Como tanta otra gente pensaba si no era mejor dejarlo correr.  Poco a poco se recompuso un relato amargo y trágico.
Tenía 23 años cuando lo mataron, estaba casado y con dos hijos, dos bebés apenas. Uno de ellos murió unos meses antes de que fusilaran a su padre, Ramón Gandía.  Tras su ejecución, murió su segundo hijo y poco después la esposa. “Pobrecillos –se lamenta Matías Alonso-  Ella debía ser muy joven. Tal vez se vio completamente sola.  Este hombre nos ha gritado “¡aquí estoy!”. Un auténtico grito a la dignidad. Sus padres debieron meter el mensaje en el ataúd. La fosa la pagaron entre las familias de 17 fusilados de Massamagrell”.

Condenados por Rajoy al olvido eterno
Ahora habrá que realizar análisis de ADN tanto de los cinco identificados como del resto de fusilados que reposan en los otros siete ataúdes. Habrá que ver si estos últimos tienen familia que les reclame. “Desde luego estos van a ser los últimos exhumados porque este año Rajoy, fiel a lo que dijo hace años de que “a las fosas no pensaba dedicar un euro”, ha suprimido por completo en los Presupuestos Generales del Estado, las subvenciones a la Memoria Histórica. Con ello borra de un plumazo a millares de desaparecidos forzosos. Sus familias no podrán abordar el coste de las excavaciones, de los equipos de especialistas, profesionales que también ven limitadas sus posibilidades de trabajo”.  Pero sobre todo, recuerda Matías Alonso “se cierra el camino a la verdad, a la justicia y la reparación. Allí quedan, condenados por creer en un Gobierno legítimo  y democrático salido de las urnas; sepultados en las cunetas, en las fosas, para el olvido eterno”.

El padre de Pepita Celda y sus compañeros de Massamagrell rescatados al fin del olvido eternoUn operario trabaja en la fosa donde estaban los fusilados en Paterna.