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MEMORIA HISTÓRICA >
Aralda Rodríguez, junto a otros familiares, pone flores en la fosa radicada en el Pino del Consuelo. / DA
DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma
No corren buenos tiempos para casi nada. Menos aún para el movimiento de recuperación de la memoria histórica, como se conoce en España al colectivo de personas interesados en rescatar los restos de las víctimas de la represión franquista, que todavía permanecen enterrados de forma anónima en las cunetas de este país. Tocados por la crisis, pero también por la ideología dominante en el Gobierno, que prefiere el olvido a la memoria, los procesos de recuperar a familiares del bando de los vencidos se han quedado sin cobertura económica y la recuperación de la dignidad de las víctimas está en manos de la buena voluntad de los familiares de los afectados.
Este es el caso de la Asociación para la Memoria Histórica de La Palma, pionera en España en la recuperación de los restos de los represaliados por la Guerra Civil, que se han quedado sin fondos para continuar sus trabajos. Con todo, su presidenta, Aralda Rodríguez, no está dispuesta a arrojar la toalla después de años de lucha para encontrar a su padre y a su tío, vecinos de La Galga (Puntallana), que fueron asesinados en los inicios del conflicto militar por la represión franquista. Su padre, el único delito que cometió fue llevarle comida a su hermano, que no quiso ir a la guerra para no tener que matar a nadie.
Han sido años de búsqueda, algunas veces con éxito, y otras sin alcanzar ningún objetivo; de pleitos; de gastar horas en despachos oficiales; de luchar contra infinidad de prejuicios enquistados en la sociedad; de dar explicaciones y, muchas veces, de esperanzas frustradas. Pero su perseverancia y la de quienes le siguen está calibrada por décadas de sufrimiento.
“Rajoy ha cerrado la oficina de interlocución con las asociaciones, lo que nos dificulta mucho las cosas; además sabemos que la situación económica está muy difícil y no nos van a apoyar”, lamentó Aralda Rodríguez, que no va a cesar de tocar en las puertas de las administraciones. “Vamos a solicitar la colaboración del Cabildo y del Gobierno de Canarias”. Esta mujer luchadora siempre ha tenido claro que no iba a cesar en su tarea hasta recuperar los restos de todos los desaparecidos. En esta lucha no están solos, porque la misma consigna se han fijado las asociaciones de Tenerife y Las Palmas.
Rodríguez destacó que un equipo de investigadores realizó el año pasado un importante trabajo para localizar nuevos emplazamientos donde se encuentran enterradas otras víctimas del franquismo. El problema es que para realizar las catas y las excavaciones requieren de una ayuda económica que ahora no disponen.
El historiador palmero Salvador González Vázquez, especialista en la Guerra Civil, lamentó que esta tarea se “aborte en el momento en que podía dar frutos”.
Considera que el trabajo de investigación realizado el año pasado ha sido una tarea “fantástica, una tesis doctoral, una obra que aporta mucho conocimiento histórico y social de La Palma”.
Para González Vázquez, autor entre otras obras de La Semana Roja en La Palma, la recuperación de la memoria histórica es un proceso inaplazable y necesario que “la sociedad se tiene que dar a sí misma para poder sentirse bien consigo misma”.
Los alzados fueron perseguidos por los montes de La Palma. / DA
CONTABILIZAN 724 VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA EN LA ISLA
Un equipo multidisciplinar, compuesto por Nuria Álvarez, Laura Bencomo, Julie Campagne y Felipe Hernández, realizaron un estudio exhaustivo sobre la represión franquista en La Palma y las posibles ubicaciones de las fosas donde enterraron a los asesinados, encargado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Para ello, tras un estudio de los archivos y las fuentes orales, establecieron un censo de represaliados, en que incluirán no sólo a los asesinados, “sino también a toda persona que hubiera sufrido represión por parte del aparato represivo del nuevo Estado”.
En total, el trabajo arroja la cifra de 724 personas víctimas de la represión franquista en la Isla. Con todo, advierten de que “no son todas la que la sufrieron, pues, a parte de las personas cuya documentación se ha perdido, y, por lo tanto, no tenemos constancia de que hayan sido víctimas, existe un amplio sector de la población palmera que vivía una represión más cotidiana, basada en palizas, allanamientos, violación, etcétera, que no han sido cuantificadas en el trabajo”, detallan.
De ese total, cifran en 86 personas las fallecidas como consecuencia de fusilamientos (16), desapariciones forzosas (44) o muertes en prisión por palizas o enfermedades derivadas de las malas condiciones higiénicas de los centros de represión (13). A ellos suman cuatro casos donde “las fuentes se contradicen al afirmar su condición de desaparecidos, y nueve más que fallecieron en campos de concentración nazis”.
En cuanto a la ubicación de posibles zonas de enterramiento, Fuencaliente sigue apareciendo como un lugar destacado en este espacio del terror, aunque han aparecido nuevas localizaciones, como las de Barlovento, hasta ahora desconocidas.
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