domingo, 29 de marzo de 2015
Comunistas y más comunistas abundan sobremanera en las fotos y en los textos de TODOS LOS ROSTROS. Eso sí, durante la maldita "guerra" y los primeros años 40, los asesinados, prisioneros y exiliados eran antifranquistas de todo orden y pelaje: libertarios y marxistas del POUM, anarquistas, socialistas de Prieto o de Largo, miembros de Unión Republicana, seguidores de Izquierda Republicana... y comunistas de la más diversa condición. Sin embargo, pasados los lustros y las décadas, tras los asesinatos a mansalva --hasta un total de 200.000-- de resistentes y las purgas y depuraciones, a mediados de los 40 y durante todos los años 50 y 60, eran casi en exclusiva los comunistas los que mantenían el tipo y continuaban con la lucha antifranquista. Lo hacían, paradójicamente, desde el interior de las cárceles, porque los activistas más señalados y los elementos más peligrosos del Partido habían sido liquidados frente al pelotón y el remate del fatal tiro en la nuca o estaban exiliados en Francia o en Rusia.
Pero transcurrido el tiempo, durante la larga noche invernal de plomo que siguió a la masacre de los demócratas, en las prisiones sólo había comunistas. Sus condenas eran desmesuradas y solapadas, las libertades condicionales que a otros se concedían a ellos no alcanzaban o lo hacían de forma efímera, los militantes eran objeto de una persecución sañuda y sus familias eran sometidas al acoso, la presión, el forzado desempleo, las reiteradas detenciones arbitrarias de esposos, esposas e incluso hijos apenas adolescentes, y los golpes y torturas. Visitarlos en los penales fascistas con ocasión de La Merced el 24 de septiembre era todo un acontecimiento familiar. Permitía obtener una imagen del preso que podía mostrarse en lejanas provincias para tranquilidad de sus acongojados deudos. Como lo que aquí vemos. Está obtenida de la página lugardemarmolejo.wix.com y en ella vemos a varios presos destacados de Andújar (Jaén) y su entorno: a la izquierda, Manuel Gallardo Velasco, presidente de la sección local del PCE en Andujar izquierda; en el centro, Antonio Pedrajas Rivillas secretario general del la misma sección local; y a la derecha, Antonio Riveiro Marthino, militante del Partido, junto a su hija María. Todos ellos son jornaleros y de Andújar.
Estamos en la Prisión de Burgos, a principios de los años 60. Los presos que aquí ves y la inmensa mayoría de los reclusos políticos que no ves son comunistas. Nuevamente, mi homenaje.
Fuente:Ascensión Riveiro Sorroche y http://lugardemarmolejo.wix.comPero transcurrido el tiempo, durante la larga noche invernal de plomo que siguió a la masacre de los demócratas, en las prisiones sólo había comunistas. Sus condenas eran desmesuradas y solapadas, las libertades condicionales que a otros se concedían a ellos no alcanzaban o lo hacían de forma efímera, los militantes eran objeto de una persecución sañuda y sus familias eran sometidas al acoso, la presión, el forzado desempleo, las reiteradas detenciones arbitrarias de esposos, esposas e incluso hijos apenas adolescentes, y los golpes y torturas. Visitarlos en los penales fascistas con ocasión de La Merced el 24 de septiembre era todo un acontecimiento familiar. Permitía obtener una imagen del preso que podía mostrarse en lejanas provincias para tranquilidad de sus acongojados deudos. Como lo que aquí vemos. Está obtenida de la página lugardemarmolejo.wix.com y en ella vemos a varios presos destacados de Andújar (Jaén) y su entorno: a la izquierda, Manuel Gallardo Velasco, presidente de la sección local del PCE en Andujar izquierda; en el centro, Antonio Pedrajas Rivillas secretario general del la misma sección local; y a la derecha, Antonio Riveiro Marthino, militante del Partido, junto a su hija María. Todos ellos son jornaleros y de Andújar.
Estamos en la Prisión de Burgos, a principios de los años 60. Los presos que aquí ves y la inmensa mayoría de los reclusos políticos que no ves son comunistas. Nuevamente, mi homenaje.
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