Emilio, aunque no lo conocíamos personalmente, siempre ha estado presente entre nosotros. Ha sido el primer querellante que se ha presentado en el territorio español, depositando la confianza en la causa argentina y en la justicia universal. Se querellaba en particular por su abuelo, encarcelado y luego asesinado en los primeros tiempos de la sublevación franquista por el simple motivo de haber hecho comentarios adversos al caudillo. Con una vocación de servicio y abnegación excepcionales, Emilio, a pesar de sus años, se trepaba a las escaleras más peligrosas para colgar anuncios, recorría las calles de Salamanca con un frío implacable o un calor insoportable, para llegar a todos los rincones donde fuese necesario. Nunca titubeó cuando se trataba de mantener vivo el fuego de la memoria. Dotado además de una infatigable ansia de conocimientos, asistía, sin faltar nunca, a los cursos universitarios para mayores de la Universidad de Salamanca, y tenía escritos muchísimos pliegos sobre temas que abarcaban desde la historia hasta la astrofísica. Ana Messuti, abogada de la querella, que ha tenido el privilegio de su amistad, nos ha transmitido esa extraordinaria huella que ha dejado Emilio, siempre presente, siempre dispuesto a estudiar, a colaborar, a luchar y a dar todo por esa lucha.
Queremos transmitir nuestra condolencia a la familia de Emilio, a su esposa y a sus hijos, pero también a la Asociación de Salamanca, que ha perdido a tan valioso miembro.
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