dissabte, 16 de desembre del 2017

MEMORIA /BLAS INFANTE DESAPARECIDO. Francisco Pimentel.


https://www.facebook.com/groups/368557283171702/permalink/1927084900652258/




(Publicado en Ronda Semanal el Sábado 16.12.2017)
Rajoy y su gobierno siguen sin atender el clamor de verdad, justicia y reparación que se eleva desde las dos mil fosas comunes que hay en España. No puede haber democracia si no recuperamos a nuestros familiares hechos desaparecer, que están esperando ser encontrados, identificados y enterrados dignamente.
Sobre la memoria histórica se viene hablando cada día más y muchos representantes de asociaciones de familiares de los asesinados por el fascismo-nazi-franquista hemos hecho muchas gestiones para que los dirigentes políticos hagan suyas nuestras demandas.
Hay una película alemana “La conspiración del silencio” que escarba en la memoria colectiva de los alemanes que vivieron años en la negación de las atrocidades cometidas por el nazismo. En ella se cuenta como un joven fiscal descubre que importantes instituciones alemanas y algunos miembros del gobierno están involucrados en una conspiración cuyo fin es encubrir los crímenes de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y busca que salga a la luz todo lo que pasó asumiendo una tarea difícil y llena de obstáculos: contar lo que pasó en el campo de concentración de Auschwitz. Era 1958 y en Alemania todo estaba oculto pero la generación de jóvenes nacidos después de la guerra quiso saber lo que pasó. En esa época los dirigentes políticos de Alemania junto con los yanquis habían hecho un pacto de silencio para taparlo todo.
En España esto nos suena muy conocido con el agravante de que esos mismos, yanquis y alemanes, son los que mantuvieron la dictadura de Franco durante 40 años y el posfranquismo otros 40 con los mismos silencios y complicidades. También la figura del joven fiscal y su quijotesca lucha contra el Estado Alemán se parece a lo que seguimos viviendo y sufriendo en España.
La memoria histórica es esencial para un país. Es mejor conocer la historia que estar ciegos ante ella. Conocer la verdad no solo es importante para los países, es algo fundamental para nosotros como seres humanos. Esto ayuda a curar las heridas del pasado y nos ayuda a cambiar la sociedad. Por eso la memoria histórica es esencial para un país.
Las desapariciones forzadas que en la dictadura franquista produjeron como mínimo 150.000 víctimas, es el delito más grave que se puede cometer: se detiene ilegalmente a un ser humano, se le tortura, se le asesina y se esconde su cadáver, para extender el sufrimiento de su familia al no saber su paradero.
Según la Convención contra la Desaparición Forzada e Involuntaria de la ONU, ratificada por España, el delito sólo empieza a prescribir cuando se da con el paradero de la persona desaparecida. Esa misma convención dicta la protección y la atención especial que requieren los familiares de los desaparecidos, algo que sigue siendo vulnerado por nuestros gobernantes.
¿Cómo nos sentimos los andaluces en el centenario de la Asamblea de Ronda cuando el recuperador de la memoria de Andalucía, el creador de nuestra bandera, de nuestro escudo y nuestro himno que son hoy nuestras insignias es uno de esos 150.000 desaparecidos, que fue torturado, fusilado, hecho desaparecer y han pasado 40 años de democracia sin que se haya hecho nada por encontrarlo, hasta ahora?
Francisco Pimentel
Asociación Memoria Histórica de Ronda