Security World fue fundada por Eduardo Vela, el ginecólogo al que señalan los familiares de los bebés robados como responsable, y por altos jerarcas del franquismo como Girón de Velasco
La compañía realizó donaciones a Fundescam, la fundación del PP, mientras recibía contratos públicos de Alberto López Viejo, exviceconsejero de Presidencia y exresponsable de Deportes de Madrid
Fundescam, la fundación del PP en la Comunidad de Madrid, tiene vínculos mucho más siniestros que las sospechas por el origen de los fondos que utilizó para financiar actos electorales del PP. Entre sus donantes figura Security World, una compañía estrechamente relacionada con la trama de niños robados que funcionó en España desde el inicio del franquismo hasta hace escasamente una década.
La empresa recibió con posterioridad adjudicaciones públicas multimillonarias del exviceconsejero de Presidencia y ex consejero de Deportes de Aguirre, Alberto López Viejo. El dirigente del PP fue destituido en 2009 cuando fue imputado por el caso Gürtel, a pesar de su pertenencia al denominado clan de Becerril, un núcleo de dirigentes muy próximo a José María Aznar y a su yerno, Alejandro Agag.
Así lo manifestó en junio de 2009 la portavoz del grupo socialista en el Parlamento madrileño, Maru Menéndez, cuando anunció que su compañera de bancada, Livia Castillo, portavoz del PSOE en la Comisión de Vigilancia de las Contrataciones, había identificado 370 contratos otorgados a donantes de Fundescam. El PSOE exigió los expedientes. Han pasado tres años y de los expedientes no hay noticias. Según Castillo, López Viejo adjudicó a Security World al menos la vigilancia y seguridad del Instituto Madrileño de Desarrollo (IMDER).
Nueve años después de la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid y recién retirada del cargo, su primera elección sigue generando sospechas. El tamayazo, el episodio por el que la dimisión de dos diputados del PSOE obligó a repetir unas elecciones que Aguirre había perdido; las ramificaciones de las dos tramas de financiación ilegal, la Gürtel de Francisco Correa, y su principal competidor en las actividades ilegales relacionadas con el PP, Daniel Mercado, patrón de Over Marketing, evidencian que los cortafuegos del partido en la Comunidad de Madrid para evitar relacionarse con la corrupción no han funcionado.
Un nuevo escándalo se cierne sobre la organización de las campañas electorales del PP en Madrid. En este caso no se trata simplemente de un caso de financiación ilegal, sino de indicios de relación entre las cloacas del partido y una red que se ha enriquecido durante casi 40 años con la vulneración de los derechos humanos, durante el franquismo y hasta la primera década del siglo XXI: la trama de los niños robados.
La insistencia de las familias afectadas ha empezado a desentrañar la madeja de la red. De momento sólo una denuncia ha prosperado, la que admitió el juzgado de instrucción número 47 de Madrid, y por la que sólo está imputada de momento la religiosa María Gómez Valbuena, conocida como Sor María, a quien se vincula estrechamente con el ginecólogo Eduardo Vela.
Un psiquiatra filonazi
Historiadores como Paul Preston o Ricard Vinyes han documentado que prácticamente desde el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, los militares rebeldes empezaron a implantar un plan sistemático de secuestro de recién nacidos de las presas republicanas, auspiciado por el psiquiatra de cabecera de Franco y filonazi declarado Antonio Vallejo-Nájera. El psiquiatra estaba convencido de que el marxismo era una enfermedad mental que sólo podía prevenirse separando a los recién nacidos de cualquier influjo de esa ideología.
Vela ha acudido al juzgado a prestar declaración en calidad de testigo. Sin embargo, una investigación sobre sus actividades económicas revela que la medicina prenatal estaba lejos de ser su principal actividad. De hecho, Eduardo Vela fue durante las décadas de 1970 y 1980 un próspero hombre de negocios, aunque en la actualidad no figura bien alguno a su nombre.
El ginecólogo disolvió la sociedad de gananciales que mantenía con su esposa, Adela Bermejo, y lo sustituyó por un régimen puro de separación de bienes. En el reparto, todos los bienes del matrimonio fueron a manos de la esposa. El cambio de régimen se produjo en 1985 cuando aparecieron las primeras denuncias por el robo de bebés.
La buena estrella del doctor Vela tiene su origen en la estrecha relación que mantuvo con algunos jerarcas del franquismo, como José Antonio Girón de Velasco, ministro de Trabajo desde 1941 hasta 1957. Durante muchos años Girón simbolizó la cara social del régimen: creó la incipiente Seguridad Social y el germen de lo que tras la muerte de Franco sería la sanidad pública.
Girón fue destituido en 1957, cuando Franco confió la dirección del Estado a los denominados tecnócratas del Opus Dei. Tras el asesinato del presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, Girón entró en la terna de candidatos a presidente del Consejo de Ministros, junto a Torcuato Fernández Miranda y Carlos Arias Navarro.
Finalmente el elegido fue este último y Girón se incorporó al denominado búnker de irreductibles franquistas que rechazaban el proceso de transición, hasta el punto de que la investigación policial del único condenado civil por el fracasado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Juan García Carrés, se intervinieron conversaciones telefónicas entre Girón y el golpista fracasado.
Mientras estuvo retirado de la primera línea de la política, Girón se convirtió en un potentado inmobiliario radicado en la Costa del Sol, lo que le valió el sobrenombre de El león de Fuengirola. En el mundo de los negocios, como en sus cargos públicos, Girón siempre se rodeó del mismo núcleo de colaboradores: el militar Fernando de Coca, antiguo jefe provincial del movimiento en Sevilla; José Sáenz de Miera, delegado de Falange en Palencia; y José Manuel González Fausto, exsubdirector general de Mutualidades, Montepíos y consejero del Instituto Nacional de Previsión.
Son los mismos socios que aparecen en los negocios del ginecólogo, además de la esposa de Girón de Velasco, que ejercía de pantalla de su marido. Sólo tres años después de que Girón fuera destituido como ministro de Trabajo, en 1960, falleció el psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera. En ese momento la trama de tráfico de recién nacidos perdió en buena medida su carga ideológica para convertirse en un negocio.
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