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Publicado por ARMH
Fosas en la valleja de los muertos (León)
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica inicia los trabajos para localizar decenas de represaliados en el monte de la Cota de Casasola.
Diario de León / L. Urdiales / 27-06-2015
La búsqueda al pie de la carretera, en el monte de las Muelfas. – ramiro
Uno de los parajes del monte de la Cota de Casasola se conoce como la valleja de los muertos. De los enterrados, asesinados víctimas de la represión franquista que esperan desde hace casi ocho décadas el rescate de la dignidad.
Un equipo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha emprendido la búsqueda de los enterramientos mimetizados con una zona boscosa, en esencia un cementerio. Animada, primero, por familiares de las víctimas que notificaron el destino fatal de hombres y mujeres de las localidades de los valles de Sabero yel Valdellorma que fueron conducidos a pie de tumba; después, por los testimonios de las gentes de los pueblos del entorno que tienen en la memoria el horror de las zanjas, la tierra removida y las sepulturas.
Entre estas aportaciones, la ARMH tiene certeza de la existencia de hasta cuatro fosas colectivas en ese área, además de una individual en la que buscan a Inocencio Blanco González, de la localidad de Navatejera, que era fontanero y ocultaron en una tumba al pie de la línea que ahora marca la carretera. Una cuneta. «Ahora sólo esperamos encontrar las fosas, pero no sabemos definir cuántas personas están enterradas ahí; sabemos de una docena, que nos han notificado los familiares; pero con los testimonios entre gente de la zona ya tenemos constancia de la ubicación de varias fosas, y la verdad es que no sabemos cuántas personas pueden estar ahí», explica Marco Antonio González, de la ARMH, que junto a media docena de voluntarios ha avanzado esta semana en la localización de las fosas bajo el rigor del verano en estos valles del Esla. Una fosa con tres o cuatro hombres y una mujer: otra, un poco más elevada, sobre la ladera; otra, al oeste, en una campera que hace fondo en un aclarado. Otras dos en los abesedos de la cota. Y la de Inocencio Blanco, al que se localizará en una tumba individual.
En el recuerdo de los lugareños está aquel episodio en el que decenas de personas de los pueblos de La Ercina, Valdellorma, Sabero, fueron conducidas a pie hasta este cementerio oculto por el silencio, el miedo y las sombras de los robles. «Hay decenas, decenas», insiste Marco Antonio González seguro de que la persistencia dará sus frutos este verano.
El monte de Casasola, la Cota, las Muelfas, que cruza de oeste a este una carretera ruin, tercermundista, con aspecto de abandono, repleta de parches y un firme infame, trazada sobre curvas interminables, ha trasformado el entorno durante décadas, que comparte con la memoria colectiva de quienes acudieron al lugar a realizar la labores que permiten las leyes demaniales y de aprovechamiento de leña; una normalidad disimulada sólo por el respeto estricto a las tumbas.
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Fotografía destacada: Un equipo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica abre brecha en busca de Inocencio Blanco. – ramiro
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