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Caos, represión y mucha improvisación. Cuenta el historiador Luis Miguel Sánchez Tostado que ese era el clima que se vivió en la provincia en los días previos y los seis meses siguientes al esperado golpe militar que, un día como hoy en 1936, derrocó al Gobierno democráticamente elegido de la II República y dio inicio a un fratricidio que rompió España en dos, que se saldó con miles de represaliados de uno y de otro bando, y cuya sombra se extiende hasta nuestros días.
En su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Parlamento, la nueva consejera, Rosa Aguilar, se comprometió a trasladar al hemiciclo autonómico, en el próximo periodo de sesiones, una Ley de Memoria Democrática que, entre otras medidas, incluirá un Plan de Exhumaciones, la creación de un banco de ADN para víctimas y represaliados y la actualización permanente del Mapa de Fosas de Andalucía. El objetivo es dignificar la memoria de aquellos que fueron esquinados, olvidados, fusilados en paredones y enterrados en cunetas o fosas comunes. Cerrar la herida y conciliar. Escribir la última línea de una página que, para muchos españoles, no se pasó como debió haberse hecho. Y, precisamente en ese proceso, hoy que se conmemora el 79 aniversario de aquel golpe de Estado, la Asociación de la Memoria Histórica que preside, en la provincia, Miguel Ángel Valdivia subraya algunos de los retos más inmediatos que el colectivo tiene por delante este año.
Mientras el Parlamento revisa una Ley de la que ya se adelantaron algunas premisas en marzo del año pasado, Valdivia pone el acento en la necesidad de “eliminar los pocos vestigios” que todavía pespuntean la provincia y, sobre todo, en el reconocimiento a los republicanos represaliados. “O bien a finales de año o a principios del próximo”, señaló que, en coordinación con el Ayuntamiento de Úbeda, la Junta de Andalucía y la propia asociación, se inaugurará el monumento a los 470 republicanos que fueron fusilados en la comarca de Úbeda, la única de la provincia —dice— que carece aún de ese monolito en honor de la memoria de los defensores del Gobierno de la II República.
El colectivo también tiene pendiente la publicación, en 2016, de un libro sobre los soldados republicanos de la 24 brigada militar. Y es que la única forma de que el pasado y, en concreto, una Guerra Civil que —según Valdivia— fue “un error y un horror”, no se repita es divulgando lo ocurrido y dignificando la memoria.
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