Por José Luis Villegas Rodríguez con la colaboración de Silvia González Alcalde. - Sábado, 17 de Agosto de 2024
Francisco Álvarez Sierra, según documentos eclesiásticos, Vicente, según Registro Civil y “Paco Rufina” para sus vecinos y conocidos, era una persona dedicada a sus labores agrícolas, pues tenía sus marjales y unas cabras con lo que sustentaba con holgura a su familia. Su llegada a la alcaldía se produjo cuando el anterior alcalde dejó sus responsabilidades, que él asumió con entereza y valentía.
Era miembro de la Sociedad Obrera, en la que desempeñó cargos de representación. Además, había trabajado para levantar la “Casa del Pueblo”, actual sede del PSOE
Paco era un hombre feliz, con un hijo recién nacido, el 17 de junio del 1936, y una buena situación económica. Comprometido con los más débiles, era miembro de la Sociedad Obrera, en la que desempeñó cargos de representación. Además, había trabajado para levantar la “Casa del Pueblo”, actual sede del PSOE, a quien recientemente la Justicia le ha otorgado su titularidad.
A los pocos días de producirse el golpe de estado contra el gobierno republicano legalmente constituido, fueron a detenerlo. Fue conducido a la prisión provincial, donde permaneció alrededor de dos meses.
El director de la Prisión, Don Amancio Tomé, era conocido de su esposa, Pilar Moles, ya que su padre, ebanista de profesión, realizó los muebles de su casa en Madrid. Cuando Pilar le llevaba la comida, Paco era llevado al despacho del director y comía allí en presencia de él y su esposa.
Paco enviará varias cartas desde la cárcel a Pilar.
Estimada esposa me alegrare que al ser esta en tu poder te encuentres bien en compañía de tus queridos, hermano y nuestro hijo, yo quedo bien gracias a Dios.
Pilar de lo que me dices que a mi madre no le habéis dicho nada, habéis hecho bien para que va a pasar la pobrecilla un mal rato, mientras pueda ser que no se entere.
Pilar de lo que me dices que ya está el trigo en la era, te digo que de seguida que este sacado pues que se lo lleve el panadero que si Dios quiere cuando yo vaya ajustaremos cuentas.
Pilar cuando veáis al hombre que gobierna los aparejos lo llamas y que gobierne el del mulo que estará el animal que no podrá trabajar con el aparejo que tiene hecho pedazos así es que, si va el hombre para ya, lo gobiernas y compras una cubierta porque como se haga alguna picadura no lo va a poder arrear nadie, también me dirás si el Rafa cuida a los animales bien y si no que se lo digas tú y no lo dejas de la mano que ya sabes, los niños no piensan en nada más que en jugar.
Pilar me dirás si mi padre y mi hermano cuidan los frutos míos y le hacen lo que le haga falta, me dirás si han escardado el maíz y si han arreglado los melones.
Pilar que antes de que se te acabe el dinero que tengas que vendas lo primero que puedas, hacer dinero que gracias a Dios otros quisieran tener de donde hacerlo como tú tienes, ahora los animales pequeños os lo podéis ir comiendo por si las moscas, bastante trabajo me ha costado criarlos para que los tengáis que gracias a Dios tenéis de todo.
Pilar que no vayáis a pasar faltas de nada, mientras tengas algo que vender, Pilar también me dirás si han abierto la fábrica de San Isidro y si la han abierto hablar con “zanquitas” y sacáis la remolacha hay tienes el contrato en el cajón de la cómoda, Pilar también me dirás si has estado con mi hermana a casa del señor que me dijiste y que te dijo y sin más que decirte muchos recuerdos para mi familia y la tuya y un abrazo para mi madre, otro para tu abuela y un millón de besos para la Ángeles y mis sobrinas y hermanos y muchos recuerdos para todos los vecinos y para todos los que por mí pregunten y tú y nuestro hijo recibir un cariño paterno de este tu esposo que lo es y no te olvida ni de noche ni de día. Francisco Álvarez.
Firmado.
En este intervalo, encontrándose en la Prisión Provincial, fallece su madre, Nicolasa Rufina Sierra Bautista, el 23 de septiembre y meses después, el 16 de junio de 1937 lo haría su padre, Vicente Álvarez Moreno, sin duda efectos colaterales de este drama.
Tras interceder por él conocidos suyos falangistas y el párroco del municipio, Don Leonardo Navas Romero, es puesto en libertad. Le aconsejan que no vuelva a Churriana y que se quede en Granada, por lo que permanece en casa de unos familiares en la capital. Sintiéndose a salvo en Granada, pensó que en su pueblo nada debía temer y decidió volver a su domicilio para poder ver y abrazar a su mujer e hijo recién nacido.
Al día siguiente de su llegada a primera hora acudieron a su casa unos hombres a decirle que debía acompañarlos al Ayuntamiento a firmar unos papeles, una vez allí lo metieron en el local destinado a cárcel donde pasó toda la mañana. Al final de esta alguien le dijo: “¿qué haces todavía aquí si ya no queda nadie?”, le abrió y él se fue.
Paco, malherido, perdió una zapatilla y sangrando cruzó la carretera. Allí en un olivar, donde hoy hay una tienda, acabaron con su vida
Al salir a la plaza del Ayuntamiento lo vio la señora del alcalde y gritó “que se os escapa el pájaro”. Varios falangistas, que se encontraban escondidos, le dispararon de forma cobarde, sin ninguna piedad. Paco, malherido, perdió una zapatilla y sangrando cruzó la carretera. Allí en un olivar, donde hoy hay una tienda de chinos, acabaron con su vida.
Estos hechos, como indica en el libro de defunciones de la Parroquia, Don Leonardo Navas Romero, ocurrieron sobre las tres de la tarde del día ocho de octubre del treinta y seis. Posteriormente en el expediente judicial de inscripción de la defunción fuera de plazo en el Registro Civil, realizado por la familia en 1941[1], se reconoce que falleció en “el pago de los llanos de este término municipal” por hechos de guerra.
Tres campesinos fueron obligados a cavar la fosa. Antes, fueron advertidos, de que si decían a alguien donde se había enterrado el cuerpo “irían al mismo hoyo”
Llevado su cuerpo directamente al cementerio, tres campesinos fueron obligados a cavar la fosa. Antes, fueron advertidos, de que si decían a alguien donde se había enterrado el cuerpo “irían al mismo hoyo”.
Aunque la familia preguntó muchas veces nunca hubo contestación y fue, casi al final de sus días, cuando una de las personas que lo enterraron, “Antonio suerte puta”, Antonio Mejías Leyva, contó en presencia de su sobrino, “Enrique recortes”, Enrique Avilés Ruiz, el lugar donde se encontraba en el cementerio.
Posteriormente, su hijo, Francisco Álvarez Moles, compró el terreno donde lo enterraron. El Ayuntamiento, en Comisión de Gobierno de 31 de marzo del año 2000, concedió permiso para la compra del mismo. Una lápida recuerda que allí descansan sus restos.
Este memorial se inauguró el 1 de mayo del año 2000 y desde entonces todos los 14 de abril se leen unas poesías y se pone un bonito ramo de flores tricolor en recuerdo del último alcalde republicano de Churriana.
Su viuda y su hijo tuvieron que emigrar de Churriana a Barcelona, pues la convivencia con los asesinos en la misma localidad resultaba muy complicada y Pilar pensó que, con un Régimen represor, el futuro de ese niño en Granada no resultaría nada fácil.
Por fin el agosto de 2022, el Ayuntamiento Pleno, saldó la deuda que el municipio tenía con el que fuera su alcalde y puso su nombre a una calle, que ahora en agosto de 2024, su hijo con 88 años inaugura emocionado.
Queremos agradecer a cuantos han colaborado para que estos hechos no caigan en el olvido y, sobre todo, a Francisco Álvarez Moles, hijo de este último alcalde republicano que tuvo Churriana de la Vega en 1936, que nos haya permitido reproducir la carta que desde la cárcel le envió su padre a su madre, así como las fotografías familiares.
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Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
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