dimarts, 16 d’abril del 2013

Cuando las fosas hablan

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Cientos de personas recuerdan en Paterna a los fusilados por el franquismo

Familiares de los republicanos fusilados en Paterna en 1940. / MÒNICA TORRES
El azar quiso que ayer, 14 de abril, día en que se conmemora la II República, familiares, políticos y simpatizantes despidieran emocionados en el cementerio de Paterna los restos mortales de nueve republicanos fusilados en 1940 por la dictadura franquista. Fueron devueltos a una de las 55 fosas comunes que se calculan que hay en el camposanto. “Ninguno murió con un fusil en la mano. Buscaron a los de las ideas, a los que no se doblaban. Ellos mantuvieron entonces los valores que hoy rememoramos”, dijo Matías Alonso, del Grupo de la Memoria Histórica de la fundación Societat i Progrés, durante el acto de despedida.
A pocos metros, perdido entre árboles, está el conocido como el Paredón de España, el segundo del país donde se produjeron más fusilamientos. Unos 2.238 republicanos fueron abatidos a tiros durante los años de la represión en El Terrer. Hijos, nietos, sobrinos de los 12 cadáveres exhumados de la fosa 126 se trasladaron hasta el paredón —que muchos piden que se proteja como monumento a la memoria— en un acto íntimo. Posaron junto a los restos, a pesar de que muchos no han podido ser identificados, y los cubrieron con la bandera tricolor. Allí estaban los descendientes de José Celda, de Ramón Gandia y de tantos otros. “Todo lo que sé es que murieron aquí por defender la libertad y la democracia. ¡Viva la República!”, gritó Batista, que perdió a dos tíos.
Según Alonso, la fosa común abierta al amparo de la ley de Memoria Histórica “ha hablado y dicho muchas cosas”. Su apertura ha requerido de la solidaridad, la sinceridad y el diálogo de muchos porque según explicaron ayer sus protagonistas, la exhumación ha sido farragosa y lenta. Gracias a su levantamiento, los restos de José Celda, Ramón Gandia y Francisco Fenollosa han vuelto a sus familias. Los demás o no han podido ser identificados o no los han reclamado y la ley obliga a que vuelvan a la fosa.
El homenaje empezó mucho antes en Valencia, de donde partió una caravana de coches con la bandera tricolor que recorrió el centro, luego hizo una parada en Burjassot y acabó frente al cementerio de Paterna. La jornada se cerró con música.