Rosario trascendió la levedad de la vida cuando Miguel Hernández la inmortalizó en su poemario Vientos del pueblo. Ese poema detalla en unas líneas un día de 1936, al poco estallarla la Guerra Civil. Aquel día Rosario perdió su mano derecha manipulando dinamita. Apenas tenía experiencia. Unas semanas antes, el 19 de julio de 1936, con 17 años, se había incorporado a las milicias populares para detener desde el frente de Somosierra, a las tropas rebeldes del general Emilio Mola.
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Añado un vídeo con el poema de Miguel cantado. Pertenece a un especie de LP del FRAP que circulaba allá por el 74 o 75.
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