EL DÍA 18 DE AGOSTO A LAS 12 DE LA MAÑANA EN LA CALLE JULIO DURÁN RENDIREMOS UN HOMENAJE A LOS REPRESALIADOS EN ESTA ZONA DE PLASENCIA, Y PEDIMOS LA ASISTENCIA DE TODOS LOS QUE SIENTAN LA EMOCIÓN DE RECORDAR A AQUELLOS QUE FUERON MUERTOS Y SACRIFICADOS POR LA VESANIA FRANQUISTA.
Acción represiva en Plasencia.
El día 18 de Agosto celebraremos en
la Calle Julio Durán, una víctima de esta represión, transversal a la subida al
Hospital Virgen del Puerto, a las 12 de la mañana, un homenaje a las víctimas
de esta barbarie. Esperamos la asistencia de todas aquellas que quieran honrar
a estos ciudadanos que fueron víctimas de la vesania de los golpistas.
Es una prueba fehaciente de que la
dirección de la represión en Plasencia fue realizada por el ejército represor
al mando del teniente coronel José Puente, siguiendo los mandatos de los mandos
superiores; es aquello que decía Mola: «Es
necesario propagar una atmósfera de terror. Tenemos que crear una impresión de
dominación (....) Cualquiera que sea abierta o secretamente defensor del Frente
Popular debe ser fusilado».
Y añadía en el bando hecho público en
la madrugada del 19 de julio en Navarra: «el
restablecimiento del principio de autoridad exige inexcusablemente que los
castigos sean ejemplares, por la seriedad con que se impondrán y la rapidez que
se llevarán a cabo, sin titubeos ni vacilaciones».
Diez días después de iniciar el levantamiento criminal, en una
entrevista que le hicieron en una
publicación del Reino Unido, News Chronicle, la primera entrevista concedida a
Franco, por el periodista Jay Allen, 29/07/1936, en el Palacio del Alto
Comisionado en Tetuán, señala lo siguiente:
A mi pregunta: ¿Ahora que el
golpe ha fracasado en sus objetivos, por cuánto tiempo seguirá la matanza? Contestó tranquilamente:
“No habrá compromiso ni tregua,
seguiré preparando mi avance hacia Madrid. Avanzaré -gritó- tomaré la capital.
Salvaré España del marxismo, cueste lo que cueste”.
Y más adelante recalca sus instintos bárbaros, faltos de toda piedad, a
la pregunta del periodista: ¿Eso
significa que tendrá que matar a la mitad de España? El general sacudió la
cabeza con sonrisa escéptica, pero dijo:
“Repito, cueste lo que cueste”.
Y Yagüe Juan Yagüe le dio
al periodista John
T. Whitaker, del New York Herald Tribune, cuando éste le interrogó sobre
lo sucedido:
Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba
usted? ¿Que iba a llevar 4000 prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna
que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que
Badajoz fuera roja otra vez?
Para hacer más exacto el
relato de esta acción represiva en Plasencia, seguimos con Julián Chaves:
“Las
detenciones de individuos sospechosos se multiplicaron, estando acompañadas,
por lo general, de fuertes palizas. El día 19 de Julio hubo 19 detenciones, una
de las cuales fue la de Julio Durán. El vecindario, aterrorizado por lo que
estaba sucediendo, se refugió en sus domicilios, abandonándolos sólo para
asuntos ineludibles. Ciertamente no era para menos. Horas después de descargar
sus bombas los aviones republicanos, con la más absoluta impunidad fueron
fusilados seis vecinos, alguno de ellos, como detallaremos a continuación, en
el mismo casco urbano, provocando acciones de pánico entre una población que había
asistido atónita al bombardeo y que ahora observaba con no menos asombro cómo
se fusilaba a personas cerca de sus casas. Era el terror lo que trataban de
infundir, por eso procuraban que los vecinos lo presenciaran y les sirviera de
escarmiento…
Al
cenetista Nicolás Benavente Velas, labrador de profesión, le detuvieron los
falangistas locales el mismo día 17 (de agosto) cuando trabajaba en las tareas
agrícolas. Se lo llevaron al sitio conocido por «Los Pinos», en el extrarradio,
entonces, de Plasencia, donde le fusilaron. Dejó mujer y dos hijos.
El
socialista Pedro Rabazo Sánchez, jornalero de profesión, fue diputado
provincial durante los primeros años de la República y secretario del comité de
Juventudes Socialistas, desarrollando una ingente actividad política en la
etapa de Frente Popular desde su cargo de concejal del Ayuntamiento.
Al
parecer se encontraba enfermo en su domicilio poco después del bombardeo.
Llevándoselo hasta el puente sobre el arroyo «Niebla» donde lo pasaron por las
armas.
Y sigue Julián Chaves:
Finalizamos
nuestro relato sobre la jornada del 17 de agosto, con cuatro casos de muerte en
las mismas calles de Plasencia. Dos de las víctimas fueron José Perazón López y
Francisco Cachorro Sánchez, de profesión carpintero y mecánico,
respectivamente, a quienes los ejecutaron en el barrio Alto de San Juan, cerca
de la placentina Puerta Talavera.
Otra
la del socialista, zapatero de profesión, Galán Hernández, a quien detuvieron
en las primeras horas de la tarde un grupo de falangistas, fusilándole en la
calleja de las Escuelas Graduadas, muy cerca del lugar del aceite. Sus últimos
momentos tuvieron un testigo de excepción, Severiano Caldera, que lo describió
así:
«Hoy,
sobre las tres de la tarde, desde mi ventana oigo gritar a un chico que va con
los brazos en alto y llorando. Va custodiado por falangistas armados, uno de
los cuales dice: “No te preocupes que no te va a pasar nada”. Este muchacho,
Francisco Galán, pertenece a la Sociedad de Trabajadores de la Tierra, pero es
un simple afiliado, sin cargos de responsabilidad en el partido. Pasados unos
treinta metros escucho repiqueteo de un fusil: le han fusilado».
La
última defunción de ese día correspondió a Teodora Velasco Durán, de 14 años de
edad. Sucedió cuando llevaba alimentos a un familiar que se encontraba recluido
en la cárcel (su hermano, Victoriano Velasco Durán, ingresado en prisión el día
21 de julio de 1936). Uno de los vigilantes disparó contra ella, causándole la
muerte instantánea.
Es inimaginable más crueldad, más
sadismo…, pero todo obedecía a una estrategia de terror diseñada por los mandos
para conseguir sus criminales ambiciones de ocupar el poder a costa de lo que
fuera necesario, sin regatear en medios. Es decir, el fin justifica los medios;
es, como diría Julio Durán, la razón de la fuerza la que se impone a la fuerza
de la razón.
El 19 de agosto se produjeron nuevas
ejecuciones de republicanos. En este caso, los tres placentinos afectados,
Julio Durán Pérez, Consuelo Alonso Elizo y Joaquín Rosado Álvarez de Sotomayor,
habían tenido gran protagonismo durante la etapa republicana. El primero de ellos,
Julio Durán, fue alcalde de Plasencia entre 1931 y 1933, estando considerado
como uno de los dirigentes socialistas comarcales más destacados. Consuelo
Alonso, comerciante, militaba en Izquierda Republicana.
Joaquín Rosado era director del Laboratorio
Municipal y dirigente socialista.
El 19 de agosto los sacaron del recinto carcelario de madrugada junto a
otros tres prisioneros más: Pedro Mirón García y Eleuterio González Tabernero,
vecinos de Malpartida de Plasencia, y Abelardo Montero Muriel, médico de
Garganta la Olla. A los seis los montaron en una camioneta, marchando detrás un
automóvil ocupado por destacados falangistas placentinos. La expedición se
detuvo a la altura del término municipal de la Oliva de Plasencia,
concretamente en la finca de El Almendral, donde bajaron a los detenidos,
fusilándolos.
Los cadáveres permanecieron
enterrados en el lugar de ejecución hasta el 17 de octubre de 1979, en que, por
iniciativa de Julián Benavente, en gesto humano extraordinario, se rescataron
los restos, dándoles enterramiento en el
cementerio de Malpartida de Plasencia
La jornada siguiente a esas muertes,
nuevamente tendremos noticias de otro caso de fusilamiento. Se trata de un
individuo no identificado —desconocido según consta en el Acta de Defunción—
cuyo cadáver se encontró en el kilómetro tres de la carretera de
Plasencia-Barco de Ávila.
Bien pudiera ser este cadáver el de
Eloy Muñoz Prieto, vecino de Barrado, de 20 años de edad, quien desapareció en
Plasencia, a donde el levantamiento en Plasencia lo habían llevado los falangistas; sus
familiares nunca tuvieron noticias de él.
Hasta septiembre en que, «de nuevo
en madrugada y en las cunetas de las carreteras Plasencia-Alberca y
Salamanca-Cáceres volvieron a producirse ejecuciones, correspondiendo las
víctimas a vecinos de pueblos del contorno».
Y así tenemos el fusilamiento de
Severiano Núñez García, tío nuestro, natural de Barrado y maestro Nacional de
Jaraíz de la Vera, que fue ejecutado el día 16 de dicho mes de septiembre,
junto a las tapias del cementerio municipal de Plasencia.
Aún habría más. Seguimos
a Julián Chaves:” El conserje del mercado, Raimundo Lorenzo Pico, ante el temor
El conserje del mercado, Raimundo Lorenzo
Pico, ante el temor de resultar detenido se marchó a montes próximos. Fue
destituido, nombrándose en su lugar a Julián Dorico Fernández. Raimundo
permaneció en la sierra varios meses, siendo procesado y condenado a última
pena, que se cumplió, según consta en el Libro de Defunciones del Registro
Civil de Plasencia, el 10 de marzo de 1938”
Fdº Antonio Sánchez-Marin Enciso. FDº ANTONIO SÁNCHEZ-MARÍN ENCISO.
7310558P CALLE REGIMIENTO ASTURIAS 2-PORTAL 8-2º B- 28710 EL MOLAR (MADRID) T.
918410443 MÓVIL 606408209
______________________________
Julio
Durán Pérez. Socialista placentino. Alcalde ilustre. Mártir del socialismo.
Es el
referente principal del obrerismo placentino. Hombre de ideas
largocaballeristas, siempre al servicio de la lucha por el obrero, por su
dignificación laboral y económica, pero
con procedimientos siempre legales, nunca violentos, en clara contradicción con
los elementos anarquistas, a pesar de que le acusaron de colocar una bomba en
San Martín, más bien un petardo, y que colocaron a su paso para echarle las
culpas de ello.
Julio
Durán era un hombre tolerante, luchador enconado por sus principios, enemigo de
la miseria, no concebía que nadie pudiera padecerla, que tuviera hambre. Él la
había sufrido y ello le solidarizó con los desventurados. Era su obsesión:
El fantasma del
hambre tiende su manto sobre la faz de la tierra. Miles y miles de seres están
condenados a la más espantosa miseria.
Y ello
le inspira sus ideas revolucionarias como medio de vencer la inercia de la
troglodita clase dominante y acabar así con la indigencia:
Álzate si, repiten
los hijos de la España
joven, pero con ímpetus de fiera para extirpar a toda la canalla que arrebata
nuestro copioso sudor y con él el pan de nuestros rapazuelos (…) Es preciso,
como cantó el poeta Seisdedos en el aniversario de la muerte del inolvidable
Pablo Iglesias:
Es preciso que
alces tu cabeza,
Que
exijas a la Infamia
tus derechos,
Que
alcances libertad para tu alma,
Que pidas nutrición para tu cuerpo,
Que arrojes tus harapos de mendigo,
Que
limpies de tinieblas tu cerebro,
Que
seas lo que eres, ¡todo un hombre!
Y
dejes de vivir como los perros…
Demostró
siempre su predilección por los
desamparados, a los que incitaba a que se unieran a él para luchar contra su
pobre destino, a la revolución del proletariado, imitando a aquel Apóstol cuya
vida cargada de heroísmo:
Y de tanta virtud
interminable,
Demostró
grande amor al obrerismo,
Sin
odiar al traidor ni al miserable.
Por
sus obras tan Santa y Redentora,
Los
poetas ensalzan su memoria.
Yo,
aspirante, no puedo en esta hora
Glosar
nada en alabanza de su gloria.
Pero puedo, con amor y fiel ternura,
Paso a paso seguir su itinerario
Y
con obras formarte una tonsura
En
que cieguen los ojos del contrario.
Imitemos
a ese Santo conocido,
Los
demás deben sernos despreciables
Que
su nombre y la vida que ha vivido
Sea
el espejo de su imagen venerable.
Incitador,
seductor de sus doctrinas, conminaba a los obreros a la lucha para lograr la
emancipación, porque en una palabra:
Para abolir la
traición
El
robo y el egoísmo,
Buscad
la emancipación
Dentro
de vuestro obrerismo
.
No
tenía estudios, su cultura la adquirió autodidácticamente.
Era sin
duda un líder carismático. Su hermano Isidoro nos habla de él como “su dios”
ideológico, su padre, no sólo espiritual, sino en toda la extensión de la
palabra, pues se quedaron huérfanos muy temprano y él asumió las labores
paternas. Era una expresión de su
inmenso amor familiar.
Recurre
a Seisdedos para henchir de entusiasmo por la lucha emancipadora, cuando dice:
¡Ven, que en la
lucha fiera y enconada
Que el egoísmo sin cesar provoca,
Nos prestará rigor
en la jornada
El rayo alentador
de tu mirada
Y
el grito de entusiasmo de tu boca!
Es un
socialista persuadido de sus doctrinas igualitarias, emancipadoras:
Entre sinfines de
doctrinas viejas
Que se acumulan
hechos de heroísmo
Como potente faro
se destaca
Nuestro santo Ideal
el socialismo.
Y cuya
poesía enaltecedora, que consta de otras
quince estrofas, culmina con un llamamiento a los trabajadores a la lucha por
su liberación:
Trabajadores,
levantad la frente
Y meditad por un
momento sólo.
Si el gandul sólo
de cieno es fuente,
Arrojadlo sin
piedad al lodo.
De la misma
manera que pedía colaboración en la lucha y exigía entrega a todos sus
camaradas, les defendía a capa y espada, de cualquier atropello que sufrieran.
Así tenemos el escrito “Un Derrumbamiento” donde
sale en defensa del camarada Santamarina
que fue atacado en “El Regional”, en donde aparece un suelto en el que con frases
abominables se vituperaba, no solamente la oratoria, sino hasta el pensar de
dicho camarada. ¡Qué osadía la de “El Regional”! ¿Acaso ignora el autor del
citado “suelto” que el camarada Santamarina no representa ninguna hueste
negra…,¿ en que se funda para decir que el mencionado camarada “habla muy mal y
piensa peor”?, ¿es que no escuchó que el
comienzo de su discurso advirtió al público que él era un obrero como nosotros,
y como consecuencia que no esperasen de él una conferencia florecida?
Desde la Prisión Provincial
de Cáceres, en diciembre de 1.934, pretende escribir un “librito” donde nos da las claves de su vida, aunque nunca
nos habla de sus “pleitos”:
Ligero bosquejo de mi vida.
Infancia desgraciadamente azarosa y un tanto triste
y huérfana.
A los seis años de edad partí con mi santa madre y
mi hermano Félix con rumbo a El Ferrol (Coruña) donde se encontraba mi padre,
(q.e.p.d.). Allí, en El Ferrol, estuvimos 6 años, durante los cuales recorrimos
La Coruña ,
Mugardos, Mariños y El Ferrol.
A los seis años escasos de vida en Galicia,
regresamos a Plasencia con nuestros padres y otra hermanita gallega que murió
al poco de regresar.
Unos dos años después falleció el autor de mis días, quedando yo
de unos 13 o catorce años al cargo de la casa que a la sazón éramos tres
hermanos y nuestra pobre madre.
Comencé a trabajar con los albañiles y así continué
hasta el año 1923 que en el mes de mayo firmé voluntario para África donde estuve
3 años y algunos días de propina. Cuando empecé a trabajar con los albañiles
ganaba 3 reales por día y trabajábamos desde las 6 de la mañana (en verano)
hasta las 12 - a las 8 parábamos media hora para almorzar- y desde las 3 de la
tarde hasta las 8 y 8 y ½ de la noche, parando a las 5 otra media hora para
merendar. Total trabajábamos entonces unas 10 horas largas.
En Melilla estuve 3 años, ascendiendo a cabo a los
14 meses. No quise presentarme a exámenes para Sargento –a pesar de todas las
indicaciones de algunos superiores - porque comprendí que cada hombre tenía un
sino señalado y yo no creía que me había de adaptar a la vida militar.
Me licencié y trabajé en Plasencia en el oficio de
mosaísta, llegando a alcanzar la graduación de 1ª categoría de oficial.
En el año 1.930, en Mayo, marché con destino de
Guarda Jurado de la Alameda
de Vigo, que previamente había yo solicitado. Allí estuve desde mayo del año 30
hasta Febrero del año 1.931. En esta fecha regresé a Plasencia con mi señora y
una niña galleguita.
En Abril del año 1.931 salí concejal del
Ayuntamiento de Plasencia, contra mi voluntad elocuente y claramente
manifestada. El 11 de Diciembre de 1.931 se me eligió por aquel Ayuntamiento
Alcalde del mismo, cuyo cargo desempeñé hasta el 12 de Febrero del año 1.934 en
que las circunstancias me reingresaron a mis ocupaciones.
Desde la
Prisión Provincial de Cáceres escribe una carta a su
muy querido y estimado amigo Joaquín
Rosado y Álvarez de Sotomayor, Doctor en Farmacia, donde le hace confidencias de los sentimientos
que le embargan en la prisión al considerarse injustamente sancionado, al mismo
tiempo que ofreciendo esta pena como sacrificio por la causa socialista,
haciendo, además, un canto a la soledad,
lo que magnifica sus espíritu sensible:
Me ha llenado de tal satisfacción que quiero
dedicarte ésta para lo cual no tengo reparo en estampar aquí el suspiro que a
manera de título ha brotado de mi alma:
¡Ya lamento estar aquí!
Voy a contestar a tu carta con la esperanza de poder
corresponder - ¡pobre ilusión! – al fuego que en la tuya me viertes, si bien me
temo no acertar a describir la grandeza que ha despertado en mi mente, tal vez
febril, tus líneas de amigo, de compañero, de hermano de esta gran Naturaleza
que tantos y tan bellas enseñanzas contiene y nos oculta.
Me dices en la tuya, entre otras cosas, que te
alegras haber conocido mis sentimientos e ideas con respecto a la condena a que
estoy sujeto, y encuentras en mis modestas líneas la suficiente serenidad y
ánimo para cumplirla.
Pues bien, en esta quiero decirte que ya empiezo a
sentir estar aquí. Si. No te alarmes. Estoy empezando a sentir la continuidad
en esta cárcel.
¿Qué por qué de mi lamento?
Pues te lo diré con la misma sinceridad con que te
dije cuando leíste en mi interior.
Estoy lamentando estar aquí, entre otras razones de
menos vuelos, porque en esta cárcel no encuentro campo donde extender las alas
de mis modestos sentires.
En el estrecho recinto en que nos desenvolvemos, se
asfixia mi alma un tanto soñadora, se entume, se adormece. No consigo remontar
los vuelos del pensamiento a las doradas regiones de mis profundos sueños.
(…) ¡Ya lamento estar aquí!, repite
entristecido por no estar en la lucha obrera y por contemplar tanta miseria.
Y es que desde aquí, desde las sombrías paredes de
esta cárcel, desde este triste recinto cargado de dolor continuo, desde esta
llaga descarnada de la
Humanidad , desde este bullicioso aposento, no puedo saciar el
apetito de mi alma excesivamente ilusa tal vez, cargada, quizás, de exceso de
romanticismo, o embriagado con el placer de los sueños…, y es que a través de
la desnudez de estos dolores de la vida, a través de estos misérrimos
panoramas, a través de estos paisajes de
dramas al desnudo, he creído ver
otro mundo, más grave, más sublime y majestuosos que éste en que discurrimos en
esta cárcel.
(…) de
gozar de más momentos que cuando he
podido contemplar la caída de la tarde recostado sobre estas frías paredes.
Entonces, francamente, me sentía satisfecho
contemplando el agonizar tan lento, tan triste, tan quedo, tan sublime que
encierra todo morir de la tarde romántica.
Y es que sin haberme dado cuenta, en aquel lento
agonizar y envuelto en el triste sudario de la noche, viene embozada la dorada
imagen de la soledad.
¡OH, hermosa soledad!
¡Qué torpes ojos míos que nunca descubrieron lo que
mi alma adoraba…!
¿Qué extraño es, siendo así, que yo sienta la
ilusión de conocer de lleno esa imagen?
¿Qué importan las torturas del cuerpo si con estas
van mezcladas las alegrías del alma?
No sólo de pan vive el hombre.
Y yo que no vivo para comer, sino a la inversa, como
para vivir, ¿qué puedo esperar de este pan del cuerpo que significaría la
continuidad en esta cárcel, si con la marcha al presidio llevo a mi alma la
satisfacción, el gozo espiritual de aquel que baste al lugar donde se
encuentran sus más finos amores?
La soledad de este período de treinta o más días de
celda, me tiene intrigado.
Tengo el convencimiento íntimo de que he de
llevarlos con la misma serenidad como si los pasara entre todos los demás
reclusos. Más, tengo la confianza, la esperanza de vivir esos momentos
confundido con la soledad misma… gozando de la majestuosidad de sus perfumes
voluptuosos…
(…) De las soledades del desierto y las tristezas
del calabozo, salieron los más sublimes mensajes para la Humanidad.
Los pensamientos más bellos y elevados también
brotaron de las entrañas de la soledad. Es la soledad, dilatado campo desde
donde otros hombres alcanzaron los más divinos mensajes que se perpetúan ante
la historia de la
Humanidad.
Su
prisión la interpreta como un sacrificio en aras de sus ideales, nunca un
lamento por la injusta privación de su libertad, que se debió, sin duda, igual
que otros muchos, al afán represor del Gobierno “cedista” a causa del “movimiento revolucionario” de Octubre en
Asturias.
Antes
ya había sufrido otro injusto juicio, esta vez en Plasencia y por el que se le
incapacitó para ser concejal por no llevar 4 años empadronado antes de ser
elegido como tal, que lo fue el 17 de abril de 1931, lo que indica que se
dieron cuenta de tal circunstancia 3 años y 8 meses después, en cuyo período
incluso fue alcalde, precisamente hasta esa fecha en que los “cedistas” se
hacen con el poder.
Para su
defensa presenta su empadronamiento en Plasencia en el año 1930 con un
paréntesis de 7 meses, desde el 20 de mayo de ese año al 28 febrero de 1931,
que estuvo contratado en el Ayuntamiento de Vigo como Guarda Jurado de la Alameda , de donde decidió
regresar, por problemas de salud, quizá de su esposa, a Plasencia
donde nació y residió siempre, igual que su esposa, Dolores Calle.
Es,
como siempre hace la derecha, la base para sancionarle el infundio de las “filtraciones de la Caja de Resistencia de las
Asociaciones”, que fue publicado en “El Faro de Extremadura”, un
periódico de derechas placentino, que se hace eco de “El Radical”, periódico vigués.
Para
defenderse publica un escrito en el periódico “AVANCE” con el título de: “UNA
CANALLADA”.
El último número de
publica un suelto tomado de que no pensaba contestar desde
la prensa; lo hago aquí hoy, sin renunciar a hacerlo como yo estimo que
procede.
Todo lo que se dice en ese suelto es una infamia,
más propio de hombres ruines y sin conciencia moral alguna, que de personas
decentes. Y y , al lanzar esas imputaciones,
deben probar, antes de hacerlo, si hay algo de cierto, y si es así tendrán
derecho a decirlo a los cuatro vientos, pero los que lanzan esas noticias sólo
con el fin de desprestigiar a una persona sin reparar en procedimientos, por
viles que sean, a sabiendas de que es mentira, cometen una canallada.
Sepan y todos aquellos que lo
ignoren, que mi conducta en Vigo como en todos los sitios es tan pura y
diáfana, que ya las quisieran para sí algunos de los agrarios, de los que se
puede decir y con verdad que no son honrados.
Yo fui a Vigo con un destino y de mi conducta en
aquella ciudad, es buen testimonio el certificado que se me dio cuando
voluntariamente dejé el cargo, que obra en mi poder, que él
expone en su literalidad, ratificando su buena conducta
¡Filtraciones en las Cajas de resistencia de las
Sociedades Obreras! ¡Farsantes! ¡Si ni siquiera pertenecí a ellas! ¡Si en aquel
tiempo era tanto como perder el destino el funcionario público que se afiliase
a una Sociedad Obrera!
Como hombre público, admito la crítica de mi
actuación y no me molesta ser combativo en el cargo que ostento y que el pueblo
me confirió, pero en lo tocante a manchar mi reputación de hombre honrado, tan
limpia como la del que más, no se lo tolero a nadie, por muchas luces que
tenga.
<> ha publicado esa noticia,
falsa y canallesca, sin constarle que tan criminal versión fuera cierta, sino
que con la vista puesta en manchar mi honradez, la transcribe y la propaga
entre los lectores. Pues bien; o rectifica en el número próximo, o por el
contrario otro será quien se tome la rectificación como mejor crea oportuno y a
su debido tiempo. Conque ya lo sabe el director de <>.
Julio Durán
Pérez. Natural y vecino de Plasencia.
Tanta
inquina acumulada termina en el asesinato en la finca de El Almendral en el
término de la Oliva
de Plasencia, al amanecer el 18 de septiembre de 1936, por el procedimiento del triste “paseo”, la
muerte por detrás, lo que jurídicamente
constituye, leo en una sentencia, la primera y más antigua modalidad de alevosía: el crimen a
traición o por la espalda, en el que no
existe ninguna posibilidad de defensa, y enterrado en una fosa
común con otros cuatro mártires entre los que se encontraba su querido y amado
amigo Joaquín Rosado Álvarez de Sotomayor, otro ilustre socialista sacrificado.
Los
socialistas, la Humanidad
les debe un reconocimiento eterno y nosotros un recuerdo emocionado por su
ejemplo de dignidad; y a su esposa, Dolores Calle, Madre Coraje, nuestra
gratitud, nuestro reconocimiento a su sacrificio, porque tuvo que sufrir en
silencio, con la boca apretada para no gritar su dolor, y porque
supo inculcar en sus hijos María Asunción Julio+, Tomás + y Fernando los valores
que tanto defendió él.
Y
gritemos sobre todo la verdad, vuestra verdad, la única verdad “que os
inmolaron en estos montes por amar causas justas”.
Y con
Miguel Hernández digamos:
Que mi
voz suba a los montes
Que baje a la tierra y
tiemble
Eso pide mi garganta
Desde
ahora desde siempre
.
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