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DOMINGO, 31 DE MARZO DE 2013
Dibujo de Joan Reilly |
El nacimiento de sociedades femeninas a finales del siglo XIX y sobre todo en los primeros veinte años del siguiente, nada tienen que ver con el feminismo actual enfocado más en cuestiones de género que de lucha de clases (desideologización del sistema capitalista). El asociacionismo femenino nació al socaire de la lucha combativa del movimiento obrero tras la revolución industrial; se sentían hermanas y hermanos de una misma clase: la trabajadora. Si bien los socialistas defendían celosamente la igualdad legal de los dos sexos, y para ello creían necesario un cambio de mentalidad, la realidad, tanto en origen, como durante la República, confirmará que la emancipación de la mujer pasaba necesariamente por el abandono de los fuertes y peyorativos prejuicios existentes, la alfabetización, y evidentemente, una postura anticlerical frente a una Iglesia (la misma de hoy) mesiánica que se aprovechó de las altas tasas de analfabetismo femenino para imponer su ideología paternalista y cristiana. No es extraño entonces que los socialistas, por ejemplo, denunciaran constantemente el oportunismo político de la Iglesia por su campaña de proselitismo entre los obreros y las mujeres. No faltó, como nuestra "joven roja", quien les recordó constantemente el tradicional antifeminismo de la Iglesia y su nula defensa de los derechos de la mujer trabajadora.
Tomada de "Búscame en el ciclo de la vida" |
En Porcuna, tanto el movimiento obrero, como el feminista están poco estudiados. Eruditos, historiadores y algún que otro aprendiz de brujo, se han centrado más en la vida e iconografía de los santos patrones, que en la historia de las sociedades. Fue nuestra paisana Francisca Aguilera Ruiz, en su obra "La restauración borbónicaPorcuna (1875-1923)" (pp. 128 y ss), donde casi en primicia escribía someramentesobre el movimiento feminista en nuestra localidad. Fue en 1919, en plena revolución obrera y campesina, entre las mieses ardiendo y el hedor de la sangre seca provocada por la guardia civil y los guardas de campo de los caciques locales, cuando nació la primera y única sociedad femenina en Porcuna de índole proletaria. Su nombre fue "El Despertar Femenino", cuya primera presidenta fue Úrsula Morente Pérez (1878-1965), adscrita al movimiento ugetista y socialista de "Paz y Libertad".
"Hoy hemos fusilado a uno de tus hijos, mañana le tocará al siguiente"
La Constitución Republicana del 9 de diciembre de 1931 supuso para la mujer española un importantísimo avance en derechos que serían truncados violentamente con el golpe de estado fascista y el final de la contienda el 1º de abril de 1939. La mujer volvería de nuevo, tras el breve periodo republicano, a las cavernas de la historia, a la iglesia, la cocina y a la familia patriarcal. La igualdad de sexos y derechos, la prohibición de la discriminación laboral, la protección del trabajo de las mujeres, el seguro de maternidad, el derecho de voto, la reforma de la familia, con el reconocimiento del matrimonio civil y el divorcio, ... serían cortados de raiz por la férrea dictadura nacional-católica impuesta por la Iglesia y los militares. Son los conocidos como "recortes" de hoy en día; son la misma oligarquía de antes; son los que nos gobiernan sin demasiados hiatus.
La represión del 36 y la consecuente dictadura darían al traste con todas las conquistas sociales y políticas de las mujeres, para dar paso a un modelo de familia fuertemente jerarquizado, como el régimen, donde el hombre es músculo y cerebro; la mujer, vagina y matriz. "Las tardes, con sol; los toros, bravos; las mujeres, guapas; el coñac, Domecq", como diría Juan Eslava Galán en "Los años del miedo" (2009)citando un famoso anuncio radiofónico del torero Belmonte.
Pues bien, en Porcuna la represión física y económica del franquismo afectó a 71 mujeres que hayamos documentado hasta en momento. A 29 se le abrieron expedientes de incautación de bienes. Otras 35 fueron sometidas a consejos de guerra militares; 3 fueron fusiladas en Córdoba sin juicio alguno; 5 fallecieron en prisión por enfermedades y hambrunas; 35 fueron encarceladas y 10 murieron en distintos bombardeos golpistas. Como vemos, el camino hacia el Imperio, hacia Dios,hacia el Eje, se anduvo pisoteando calaveras, exterminando al adversario.
La represión física y psicológica, por desgracia, son algunas de las violencias peor documentadas en las llamadas cuestiones de género. El silencio, la vergüenza y los traumas pasados, nos impiden profundizar en ella, aunque sabemos que fue la mayoritaria. La mujer sufrió el escarnio, el rapado, el aceite de ricino, vejaciones varias, abusos, ... y un largo etc. La humillación constante acompañó a aquellas esposas, hijas o viudas de "rojos". Torturas como las del paisano y teniente Escobedo, otrora juez militar, que paseaba por las celdas de Jaén donde se encontraban presas las madres y les decía: "Hoy hemos fusilado a uno de tus hijos, mañana le tocará al siguiente". Este héroe de Rusia, de poco más de veinte años, símbolo de virilidad descerebrada, aún hoy se le recuerda en Porcuna con una callepara oprobio de todas las madres ultrajadas.
Sirvan estas líneas de homenaje y reconocimiento a nuestras bisabuelas, abuelas, madres y hermanas, que con toda virulencia sufrieron la represión de un régimendesquiciado, genocida, machista y pegajoso en demasiadas conciencias actuales.
Arturo Pino
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