Esta plataforma ha señalado que en el cementerio del Carmen entre el 20 de julio de 1936 y el 25 de marzo de 1939 se registraron 896 enterramientos de personas "victimas de la represión de los militares sublevados", de ellas 632 identificadas y 264 sin identificar.
Este "reguero de muertos" continuó en los años siguientes, unos abatidos por los fusilamientos tras juicios sumarios ocurridos hasta 1942, y otros muertos en las cárceles hasta finales de los años 40, según ha recordado la Asociación.
También han indicado que se sabe que hubo personas enterradas que "no fueron registradas en los libros de enterramiento". En concreto, cerca de 1.000 personas fueron "arrojadas en fosas comunes", y los espacios del cementerio en donde se concentraron estas fosas fueron levantados en los años 50 y 60, por lo que sus restos fueron perdidos en el osario común.
Sin embargo, han matizado que se conserva una "pequeña esquina de apenas cuatro por tres metros de lado", en donde se ha trasmitido a través de los familiares de desaparecidos, que todavía permanece "intacta" una de estas fosas comunes.
No obstante, han asegurado que no se sabe quienes pueden estar ahí, ni su número, pero han apuntado que ese espacio ha sido cuidado y mantenido por algunos familiares como si en ese lugar "estuvieran los padres o hermanos arrebatados".
ÚNICOS RESTOS DE REPRESALIADOS
Por todo ello, la ARMH realizará entre los días 8 y 10 de abril una intervención arqueológica y un estudio antropológico forense, con el fin de "determinar qué contiene este espacio". Además, la asociación ha asegurado que si los resultados son positivos, estos serían los "únicos restos de represaliados conservados" en este cementerio de Valladolid.
Desde el año 2002 esta ARMH ha realizado 60 búsquedas de fosas comunes, en 30 de ellas los resultados han sido positivos, lo que ha permitido recuperar los cuerpos de 196 hombres y mujeres.
Estas intervenciones se realizan con personal técnico y ayudantes, que trabajan de forma voluntaria. La dirección esta a cargo del arqueólogo Julio del Olmo, y los análisis antropológico-forenses, por el médico y antropólogo forense Fernando Serrulla.
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