Familiares, integrantes de
Recuerdo y Dignidad y amigos colocarán este fin de semana una nueva placa en el
monolito en memoria de Antonio Cabrero Santamaría y Valentín Llorente Benito en
el lugar de la que fue arrancada.
El acto se repetirá cada una de las
veces que sea violada la memoria de estos dos civiles asesinados en 1936.
Se adjunta nota de prensa
Asoc.
soriana Recuerdo y Dignidad
recuerdoydignidad@gmail.com
Nota de
prensa de 30 de marzo de 2016
Familiares, integrantes de
Recuerdo y Dignidad y amigos colocarán este fin de semana una nueva placa en el
monolito en memoria de Antonio Cabrero Santamaría y Valentín Llorente Benito en
el lugar de la que fue arrancada.
El acto se repetirá cada una de las
veces que sea violada la memoria de estas dos personas.
Este sábado 2 de abril de 2016 un
grupo de personas, subirán al lugar de la sierra entre Fuentebella y Sarnago
donde se halla el monolito dedicado al alcalde de Pitillas y maestro de Igea y
Fitero asesinados en 1936.
Los hechos
Según testimonios que ha podido
recoger la ASRD, la placa fue arrancada hace aproximadamente un año y medio. La
ubicación del monolito y sus dimensiones lo hacen difícilmente localizable para
quien no transite mucho por esa zona o no sepa su localización exacta. Además,
hizo falta alguna herramienta específica para extraerla, ya que las cabezas de
los tornillos estaban desgastadas y la placa adherida con poliuretano a la
piedra. Las herramientas tuvieron que ser llevadas con la intención de arrancar
la placa. Según testimonios, con anterioridad, la placa habría recibido
algún disparo de un cazador desde un puesto de caza próximo.
En Soria los dos únicos elementos
conmemorativos de los civiles asesinados en la represión del alzamiento militar
han sido violentados. Al robo de la placa del monolito de la Alcarama se le une
el robo de una lápida en Barcones con los nombres de dos de las personas
exhumadas en 2013 y enterrados en el cementerio de dicha localidad. En este
caso, la presión hizo que la lápida fuera devuelta poco tiempo después.
Estos no son hechos aislados, ya que
son decenas las placas, monumentos y memoriales dedicados a las víctimas de la
dictadura atacados en las provincias cercanas. No hace ni un mes del último
ataque a los monumentos que recordaban a las víctimas y heridos de los
violentos sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria.
Hay una auténtica corriente de odio
hacia los memoriales dedicados a simples civiles que nunca levantaron un arma
contra nadie y cuyas identidades son reivindicadas especialmente en los últimos
años. Estas personas, así como otros 574 sorianos y sorianas más, fueron
asesinadas en la represión posterior al alzamiento militar contra el Gobierno
democrático de la II República. Las víctimas en general eran personas que
trabajaron por sus convecinos, en especial sindicalistas, miembros de
profesiones liberales, o, como en este caso, maestros y cargos políticos
elegidos por los ciudadanos. Valentín educaba niños y niñas (aun cuando estaba
escondido “enseñaba cuentas” a los pastores) y Antonio devolvió unas tierras
del que pertenecían al común del pueblo usurpadas por los terratenientes
locales.
El 3 de septiembre de este año se
cumplirá el 80º aniversario del asesinato de estas dos personas, cuyos
asesinos, así como los militares inductores, continúan impunes.
La búsqueda de Antonio Cabrero
La familia les ha estado buscando
desde 1936. Ese año a primeros de octubre llegó la noticia, desde San Pedro
Manrique a Pitillas, de que a Antonio Cabrero le habían asesinado en esa zona.
La familia, en esos días de incertidumbre y miedo, se puso en marcha para interesarse
por lo sucedido y recuperar su cuerpo. Un hermano de su esposa viajó a San
Pedro Manrique donde le confirmaron la noticia. Le entregaron un cinturón y la
cédula familiar que Antonio llevaba en la cartera, pero ninguna respuesta o
información sobre lo sucedido ni sobre el paradero de su cuerpo.
En 1940 la mujer del alcalde, Juliana,
escribió al párroco Luciano Morga pidiendo información, a lo que el párroco le
respondió confirmando con certeza la muerte pero diciendo no saber dónde se
encontraba el cuerpo, ya que “oficialmente no hay nada”.
A partir de 1978, su hijo mayor,
Valentín, reinicia la búsqueda. Durante años recoge algunos datos sueltos que
apuntan a un lugar en el monte llamado Fuentebella, como lugar de su muerte.
Aprovecha todas las ocasiones en las que encuentra personas de la zona para
preguntar. Los testimonios no son claros y el silencio sobre lo sucedido es una
constante.
Es a partir de 2005 cuando encuentran
los nietos a personas de la zona que deciden ayudarles. Hacen un primer viaje,
con un descendiente de Fuentebella, al lugar donde sucedieron los hechos y
relata lo que tiene oído. Durante 2006 se contrastan datos y se consigue saber
que el maestro que se encontraba con el abuelo era Valentín Llorente, Igeano y
maestro en Fitero.
Desde noviembre de 2006 hasta hoy, se
han encontrado testimonios que ayudan a reconstruir con muchos datos lo
sucedido. Con algunas personas se entrevista la familia, con otras la
comunicación ha sido telefónica o digital. A través de Internet encuentran las
páginas y revistas de los pueblos de la zona, permitiéndoles contactar con
personas que los han acompañado en la búsqueda.
En 2013 con financiación del Gobierno
de Navarra se hace un último intento por encontrar la fosa común que alberga
sus restos. El resultado fue infructuoso, pero la visita de miembros de la
Fundación Aranzadi facilitó la recuperación de los restos mortales de los seis
sanestebeños exhumados en Barcones.
La huída y el asesinato
En Julio de 1936 Antonio Cabrero,
huyendo de las amenazas de muerte, se dirige a Acrijos buscando el apoyo de
unas amistades. En el trayecto a esta población, coincide con el maestro el
cual se encontraba en similar situación. En su estancia en Acrijos son
escondidos en un corral cercano al pueblo. Allí permanecen durante más de un
mes siendo asistidos por algunos pastores y vecinos; les dan de comer “de lo
poco que tenían” y algunas mantas para abrigarse. También les dan noticias de
lo que acontece en la guerra y de “cómo van las cosas”.
Según testimonios, en Acrijos se dan,
por lo menos, dos registros en algunas casas que creían podían apoyarles. Los
registros son efectuados por diferentes patrullas venidas de Igea y San Pedro,
fueron realmente amenazantes. Finalmente, algunas personas del pueblo trasmiten
al alcalde y al maestro el riesgo y el temor de lo que pueda suceder,
aconsejándoles que abandonen el municipio.
Es entonces cuando se trasladan a
Fuentebella. Allí nos cuentan que permanecen pocos días escondidos en un
corral. La situación se complica pero, a pesar de ello, un cabrero de
Fuentebella les llevaba a diario comida e información. La noticia de que
estaban en Fuentebella llegó a San Pedro Manrique. De allí comunican al alcalde
que tienen que buscar a los “huidos” y matarlos. Un grupo de personas fueron a
buscar al cabrero que les ayudaba. Este se hallaba escondido. Tras amenazar a
su padre con una escopeta, lograron que este les condujera al corral donde se
encontraban. Los hicieron salir y los condujeron a la zona de Moscares, siendo
asesinados y enterrados los dos juntos en una fosa común.
Desde la ASRD llevamos 10 años
trabajando para recuperar la identidad de estos dos civiles y de otros 574
sorianos y sorianas que fueron asesinados en cumplimiento de las órdenes
sistemáticas de exterminio dadas por los militares sublevados contra su propio
gobierno y su pueblo. El incumplimiento de las obligaciones con las víctimas de
los crímenes contra la humanidad del franquismo por parte del Estado Español ha
sido denunciado, en los últimos años, por el Comité de Derechos Humanos y el
relator especial de Naciones Unidas del Consejo de Derechos Humanos entre
otros.
La familia recoge las impresiones de
su búsqueda de tantos años en el blog La Vara de la Libertad ( lavaradelalibertad.blogspot.com.es/
).
Los vecinos de Pitillas le compusieron
a Antonio Cabrero La vara de la libertad, una jota ensalzando su
dignidad como alcalde. La jota, anónima, ha sido interpretada por varios grupos
de música. Entre otros, aparece en el disco de Paco Marín de 2011Sentimientos
en crudo (https://www.youtube.com/watch?v=0BKOFCwgHd0 )
La historia de estos dos desaparecidos
se recoge en el libro La Vara de la Libertad, de Isabel Goig Soler.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada