Amigos Brigadas Internacionales
Estimados amigos,
a tres días de la Marcha del Jarama os dirigimos este mensaje para daros dos informaciones adicionales:
- En la sobremesa del sábado, en el Mesón el Cid, haremos un homenaje a Celestino García Moreno, un voluntario de Morata de Tajuña que recibió la Medalla al Valor por la hazaña que protagonizó casi al final de la guerra.
Adjuntamos una reseña biográfica de este héroe morateño.
Nos parece justo que en este 80 aniversario de la batalla del Jarama, y en el contexto de la comida de fraternidad internacional, Celestino García reciba un merecido homenaje en su localidad natal. Los familiares de Celestino recibirán una placa de reconocimiento.
Vídeo:
- Informamos también de un nuevo ataque a la memoria republicana y de las Brigadas Internacionales. Ha sido en el cementerio de Tarancón, donde tendrá lugar un homenaje el próximo viernes. Ver información en El Periódico de CLM
- Os recordamos también que en Rivas podéis asistir al homenaje republicano del viernes y a la fiesta-concierto del sábado
Salud y República
Celestino García Moreno, el héroe republicano de Morata de Tajuña
Celestino García Moreno,
campesino de Morata de Tajuña, ingresó, según señala Juan Modesto en su
libro Soy del Quinto Regimiento,
en el batallón Thaelman (no confundir con el Thälmann de la XI BI). Fue este
uno de los muchos batallones formados, en los comienzos de la guerra, en
aquella cantera del Ejército Popular de la República (EPR) que fue el Quinto
Regimiento.
El Thaelman estuvo combatiendo
durante el verano del 36 en la sierra de Guadarrama. En octubre de 1936 se
integró en la 1ª BM (comandante Líster) y combatió en los meses siguientes por
la zona de Madrid y alrededores. En enero de 1937, cuatro de los batallones de
la 1ª brigada, entre ellos el Thaelman, se desgajaron para formar la 1ª BM bis
o, finalmente, la 9ª BM, mandada por el médico Gonzalo (Rogelio) Pando, que
moriría en julio en Brunete.
En el curso de la guerra Celestino
fue herido cinco veces en la lucha contra los tanques enemigos. A finales de
1938 ya era cabo de la Sección Especial de Dinamiteros de la 9ª BM, dentro de
la 11 División del EPR. Cuando el ejército de Franco lanzó la ofensiva de
Cataluña, la 9ª Brigada, integrada en el V Cuerpo de Ejército mandado por
Enrique Líster, se mantenía en la reserva. Los italianos rompieron el frente el
23 de diciembre de 1938 en Serós, al sur de Lérida, y durante una semana los
Cuerpos de Ejército V y XV intentaron contener la brecha abierta, cada vez más
grande y fuerte. Así cuenta Líster los combates de esos días en sus Memorias de un luchador:
Un papel muy
importante en ese primer éxito lo desempeñaron las baterías de antitanques de
la 9ª Brigada y los combatientes que, entusiasmados por el ejemplo del soldado
Julián Anguís Vázquez, quien destrozó a bombazo limpio el primer tanque que
intentaba abrirse paso, liquidaron en un momento doce tanques enemigos. Llega
la lª Brigada y de los camiones pasa directamente al ataque. La 1ª Brigada
estaba mandada por dos veteranos de gran experiencia combativa. Su jefe, José
Montalvo, era conocido por sus dotes de mando y, en particular, por su valor
sereno. El comisario, Fortunato Monsalve, era un obrero natural de Viso del
Marqués. Desde los primeros días del movimiento se enroló en las Milicias
Populares. Viejo luchador de la 11 División, fue ascendido por méritos de
guerra a comisario de compañía y más tarde pasó a comisario de batallón y luego
de Brigada, por su capacidad y valentía. Murió como un valiente pocos minutos
después de comenzar el ataque.
Los días 3 y 4 de enero el V CE
se defendió delante de Borges Blanques hasta verse obligado a replegarse hacia
Montblanch, ciudad que finalmente cayó el 10 de enero. En los días siguientes
las tropas fascistas consolidaron el terreno ganado desde Lérida hasta
Tarragona y el 15 iniciaron la ofensiva en dirección noreste, hacia la línea
Manresa-Barcelona.
La División Littorio, todavía en
vanguardia, tomó Santa Coloma de Queralt el día 16. Fue entonces cuando las
tropas italianas obligaron a concentrarse en un campo a las mujeres, ancianos y
niños que huían de los invasores y les dispararon con sus ametralladoras. Entre
225 y 250 civiles fueron víctimas de aquella matanza. Este es el relato que
hace Líster de aquellas jornadas:
Del 15 al 25 de diciembre de
1938, el V C.E. se bate desde Montblanch al río Llobregat. Cerca de Santa
Coloma de Queralt los italianos atacaban al tercer Bon. de la 9 BM. Delante
llevaban 15 tanquetas. En ese momento surge el héroe: se llama Celestino García
Moreno. Es un campesino de Morata de Tajuña y cabo de la Sección Especial de la
9ª Brigada de la 11 División. Con el cinto rodeado de bombas, salta la
trinchera, se lanza contra los tanques, destroza tres y hace huir a los otros
doce, regresando a nuestras líneas con cuatro prisioneros italianos: capitán Osvaldo
Arpaia, teniente Mario Ricci, y sargentos Narino Rogioni y Nello Mangiacapra,
pertenecientes al Reagrupamiento Carristi, agregado a la División Littorio que
atacaba el sector.
El comandante en jefe del
Ejército del Ebro, Juan Modesto, cuenta en su libro algunos detalles más de
aquellos hechos:
En la tarde de ese
día [17 de enero de 1939] esperaba al cabo Celestino García. Me lo enviaba, a
petición mía, el jefe de la 11 división, Joaquín Rodríguez, quien la tarde
anterior había traído a mi puesto de mando la tripulación de un tanque italiano
capturada por Celestino y me contó su hazaña:
-Viene del
“Thaelmann” -me dijo Rodríguez- y ahora está en la compañía especial de la 9
brigada. Fíjate el regalo que nos ha traído: estos cuatro pajes.
En efecto allí
estaban capitán, teniente y dos sargentos,que aún no habían salido de su
asombro y no les llegaba la camisa al cuerpo. Los hizo prisioneros Celestino de
la siguiente manera: atacaban trece tanquetas. Después de inutilizar la de
cabeza (las otras doce “chaquetearon”), se llegó a ella y los mandó salir
golpeando con el fusil. Al no obtener contestación, cogió el pico de la propia
tanqueta y violentó la puerta sacando a los ocupantes.
En este periodo de
la lucha en Cataluña, los combatientes del Ebro y sus cuadros de mando seguían
batiéndose contra el enemigo con la decisión y la adhesión que los
caracterizaba, aunque con más dificultades que nunca. Celestino era uno de
ellos. Ahora estaba con nosotros. Conversamos con él Francisco Antón, Sánchez
Rodríguez, el teniente coronel Goiri, el poeta Pedro Garfias […], entre otros.
- Cuéntanos,
camarada sargento Celestino -porque ya eres sargento- cómo diriges tu escuadra
de cazadores de tanques.
- Después de
elegir el sitio antes, o cuando aparecen y vemos por dónde vienen, avanzamos
hacia ellos, escogiendo un sitio como en la caza al acecho.
- ¿Y cómo sitúas a
la escuadra?
- Yo me pongo
delante con una bomba en la mano; las demás me las quito (Celestino llevaba
cuatro o cinco al cinto) y hacemos el cordón, pasándonos la bomba uno a otro
hasta que llega a mí. Tomo la que voy a tirar y le quito el seguro (lo que
hizo).
- ¡Ten cuidado!
- No pasa nada, se
lo pongo.
Y se dispuso a
hacerlo, pero no sé por qué se le movió el sifón y comenzó a quemar la pólvora
que lleva el fulminante, haciendo su sonido característico.
- ¡Cuerpo a
tierra! -ordené -¡Desenrosca, Celestino!
- Síííí.
Quitó velozmente
el cuerpo superior del artefacto del que arrancó el potente fulminante, y lanzó
la bomba corredor adelante, apretando aquel entre sus manos. Yo estaba a su
lado siguiendo la operación. La explosión fue ruidosa. Celestino salió con las
manos y el bajo vientre acribillados, pero, afortunadamente sin gravedad, por
lo abrigado que iba. A mí se me clavaron unas esquirlas en la frente. Pedro
Garfias, en la habitación de al lado apareció con una, por cierto muy
escandalosa, clavada en el brazo. Nos miró a todos y salió diciendo: ¡Ahora
vuelvo!
Veinte minutos
después, cuando seguíamos hablando y riendo todos con Celestino, apareció
Garfias y leyó un poema de gran belleza dedicado al héroe.
-Ahora te vas a
Barcelona, sargento. Van a recibirte Negrín y Rojo. Tienes quince días de
permiso para ir a ver a tus padres y a tu novia en Madrid.
Celestino estaba
emocionado. Nosotros también. Despedimos al héroe con un fuerte abrazo.
Ese mismo día el Presidente del
Consejo y ministro de Defensa Nacional, doctor Negrín, le dirigió la siguiente
carta:
Barcelona, 17 de
enero de 1939.
Señor don
Celestino García Moreno, cabo de la novena
Mi querido amigo:
Me complace testimoniarle
mi más efectiva felicitación por su heroísmo al enfrentarse con tres tanques,
destrozándoles, y hacer prisioneros a sus tripulantes.
Su hazaña
robustece mi convicción de que el valor humano elevado al nivel de sublime
sentimiento patriótico, basta vara vencer a las máquinas de guerra.
Me siento
orgulloso de consignar públicamente su ejemplo y de manifestarle la gratitud de
la República, en tanto le sean discernidas las recompensas a que se ha hecho
usted acreedor.
Le saluda
afectuosamente
Juan Negrín
En los días posteriores Celestino
García Moreno fue grabado y apareció en el noticiario cinematográfico
"España al día”. En el reportaje, de 3’ de duración, Celestino narra su
gesta con naturalidad y claridad ante la cámara. Tiene su mano vendada como
consecuencia del percance que cuenta Modesto. El cortometraje se cierra con
estas palabras: "Camaradas, hay que ser como el camarada Celestino García
y tirar muchos tanques y salud y república".
El ABC republicano del 22 de
enero publicó una nota con el siguiente texto:
Homenaje a García Moreno en Morata de Tajuña.
Ayer se celebró en
el vecino pueblo de Morata de Tajuña un homenaje de admiración y simpatía al
cabo Celestino García, hijo de la localidad. El acto se efectuó en el teatro, y
a él asistieron, con el vecindario, fuerzas del Ejército.
Intervinieron el
comisario de la División, una muchacha del pueblo, otra de Perales, el
antitanquista García, el coronel Ortega, el comisario inspector del Centro,
Edmundo Domínguez, y el coronel Recio. Al acto asistieron numerosas mujeres y
combatientes, y en las intervenciones que dejamos registradas se trató
ampliamente de la movilización general decretada por el Gobierno, lo que causó
una buena impresión. Las mujeres se mostraron con el mayor entusiasmo
dispuestas a sustituir a los hombres en el trabajo.
En las calles fue
objeto el cabo García Moreno de cariñosas demostraciones. El pueblo estaba
engalanado y en las calles se leían patrióticos cartelones.
Mientras descansaba en Morata, el
gobierno de la República concedió a Celestino (por decreto de 23 de enero de
1938) la Medalla al Valor y el ascenso al grado de sargento, que apenas pudo
disfrutar. Fueron días muy tristes para los republicanos, ya que Barcelona cayó
el 26 de enero y el gobierno y el ejército republicano se fueron retirando
hacia Francia, para cruzar la frontera entre los días 8 y 10 de febrero.
Celestino ya no pudo regresar a
Cataluña y se quedó en su pueblo. Al terminar la guerra, fue detenido y acusado
(falsamente, como en la mayoría de los casos) de crímenes cometidos en Morata
de Tajuña, así como del incendio y saqueo de la iglesia. Fue fusilado el 14 de
junio de 1939, junto a 79 compañeros, en las tapias del Cementerio del Este de
Madrid. Uno más de los héroes en el combate contra el fascismo y de las miles
de víctimas del mismo.
Este año, durante la
conmemoración del 80 aniversario de la batalla del Jarama, recibe en su pueblo
natal el merecido y emocionado homenaje.
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