Posted: 08 Jul 2015 03:19 AM
PDT
Representantes de las
asociaciones SOS Euskadi, ALUMBRA, y los escritores Francisco González y Juan
José Tamayo reclaman al Gobierno y al poder judicial que “hagan algo” por las
víctimas del robo de niños.
SAN LORENZO DE EL
ESCORIAL/MADRID.- María Bueno vivía en Cádiz. En el año 1981 se quedó
embarazada, y el día 24 de diciembre el doctor Abelardo García le
comunicó que había un 99% de posibilidades de que el bebé que descansaba
en su interior estuviera muerto y que por ello, su vida corría un gran
peligro.
Sin embargo, y a pesar del
riesgo que María corría por “la infección terrible” que tenía, el médico
decidió no ingresarla ese mismo día. Lo hizo al día siguiente, en el Hospital
Municipal de la Línea llevado por religiosas y dependiente del
Ayuntamiento. María no podía romper aguas y tuvieron que provocarle el parto,
pero en vez de traerle a su bebé, le trajeron una figura del niño Jesús
para “consolarla”. El hospital se encargó de todo.
Los ministerios de
Interior, Justicia y Sanidad se desentienden del asunto
“Te
sientes culpable, criminalizada, con una conciencia que va aumentando”
Fue unos años
después cuando reunió el valor suficiente, después de acudir a un psicólogo y
de sufrir un dolor “bestial”, para acudir al Ayuntamiento y pedir el certificado
de que su hija estaba en el cementerio. Pero su hija nunca estuvo ahí.
“Sientes que te han arrancado un hijo. Te sientes culpable, criminalizada,
con un cargo de conciencia que va aumentando”. No sólo pierdes a un hijo,
sino que también tienes que cargar con la culpa.
El caso de
María Bueno, que hoy es presidenta de la Asociación
ALUMBRA, no esel único: Flor de Lis, presidenta de otra
asociación, SOS Euskadi, y víctima también del doctor Abelardo
García, comparte el dolor con su compañera. Flor lleva los últimos siete años
de su vida buscando a su hermano. Ha recogido documentos y pruebas desde
2006, cuando se enteró que era melliza.
Flor de Lis y María Bueno
tuvieron que unir su causa a la de otras muchas mujeres que fueron víctimas
del robo de bebés durante la dictadura franquista. Cada una creó una
asociación diferente, mediante las cuales han presentado recursos a diferentes
juzgados. Sin embargo éstos no las admiten. De Lis reconoce que
este daño que hoy “es gratuito” podría evitarse si fueran escuchadas.
Pero el Estado español parece
hacer oídos sordos. “Una y otra vez no admite
pruebas, dilata los procesos”, afirma Lourdes Lucía, directora del
curso Gritos silenciados: Robo y tráfico de niños en España, organizado
por los Cursos de verano de la Universidad Complutense. Asimismo, Lucía
subraya que “el Estado y sus instituciones han encubierto los crímenes y
están imposibilitando que se investiguen”.
El sociólogo y escritor, Francisco
González, sostiene que “el Estado no sabe nada porque no quiere saber
nada” y hace hincapié en que ya se han enfrentado a los ministerios de
Interior, Justicia y Sanidad. “Las madres ya están hartas”, dice emocionado,
“y esto sigue ocurriendo a día de hoy”, señala mientras su compañera María
Bueno dice que “somos la última mierda de este país”.
“Se está
dilatando todo en el tiempo para que tiremos la toalla y nos olvidemos del
asunto”
Tampoco el
poder judicial admite las causas. El caso de
la hija de María Bueno lleva en los tribunales cuatro años y sufrió durante
tres de ellos el secreto sumarial. “Se está dilatando todo en el tiempo para
que tiremos la toalla y nos olvidemos del asunto”, explica. Bueno, que señala
que esta historia va a acompañarle el resto de sus días y que ya no espera
encontrar a su hija, pide al Estado que siente a los culpables de esos
crímenes silenciados. “Necesito que utilice todas las herramientas para, si
hay algún culpable, sentarlo en el banquillo”.
Además del Estado y los jueces,
hay un tercer culpable en estas historias. Las víctimas también
reclaman a la Iglesia católica que facilite el acceso a los
archivos donde están las partidas de bautismo y algunos de los
certificados de nacimiento. El escritor Juan José Tamayo, explica que
esta institución se ha convertido “en una gran mentira” mientras que su
compañera Lucía respalda estas palabras: “La gente que es creyente debería
pedir responsabilidades a estos actores”.
La sociedad también se ha
desentendido de este problema. “Hay que dar
visibilidad real del tema para darle sentido a esta lucha”, subraya González.
Flor de Lis respalda sus palabras: “La sociedad no cree que sea tan grave”.
Tamayo, a la par, mantiene que
“la sociedad se mueve por la caridad y creen que esos niños tuvieron unas
mejores condiciones de vida pero nadie tiene en cuenta que perdió su
identidad biológica”.
A pesar de ello, queda algo de
esperanza. La comunidad internacional, concretamente Argentina, ha
reconocido este delito y ha ordenado la extradición y detención del
doctor García Abelardo. “El único crimen del franquismo que se reconoce es el
robo de niños ya que hubo niñas que eran exportadas”, afirma Francisco
González.
Sin embargo, las verdaderas
víctimas siguen calladas. No pueden darse por aludidas porque no saben
quiénes son. En su día, su identidad fue suplantada, robada por unos
intereses económicos y políticos.
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Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
dijous, 9 de juliol del 2015
“El Estado no quiere saber nada de los niños robados y las madres ya están hartas”
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