dimarts, 29 de setembre del 2015

Homenajes en el 40 aniversario de los últimos asesinatos de Franco.


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Cálido homenaje a los últimos fusilados por la dictadura franquista

Más de mil personas asisten al 40º aniversario de los últimos fusilados por el franquismo

España | TerceraInformación | 27-09-2015 |  facebook yahoo twitter Versión para imprimir de este documento

Autor: Irene Lingua / DISO Press
Más de mil personas asisten al 40º aniversario de los últimos fusilados por el franquismo, entre todos ellos numerosas víctimas y sus respectivos familiares, abogados como Mariano Benítez de Lugo, Juan Aguirre y Carlos Slepoy, entre otros.
Además se ha contado con la intervención de Elena Ortega, madre de Alfon; Pablo Mayoral, procesado en los Consejos de Guerra y Manuel Blanco Chivite, condenado a muerte en uno de los últimos consejos de guerra de la dictadura.
Así fueron los últimos fusilamientos de Franco dos meses antes de morir
Luis Díez
Como si quisieran borrar de la faz de la tierra el escenario de los últimos fusilamientos ordenados por el dictador generalísimo Francisco Franco, echaron cemento y construyeron una alberca. Me asomé a verla una de las muchas veces que me tocó informar de los actos de interés público en la actual Academia de Ingenieros del Ejército y el Centro Internacional de Desminado, en ese paraje predregoso de Hoyo de Manzanares (Madrid). Contemplé las verdosas aguas del estanque, pobladas de renacuajos, y recordé la voz de José Antonio Nováis, entonces corresponsal de Le Monde en España: “Los trajeron sobre las nueve de la mañana en un furgón custodiado por una caravana de diez o quince coches de la Guardia Civil y los fusilaron a las diez. Desde la entrada, junto a la valla, oímos la descarga como si fuera un trallazo y, poco después, dos tiros más”. De aquellos fusilamientos del 27 de septiembre de 1975 −los últimos perpetrados por la dictadura franquista− se cumplen ahora 40 años.
A los miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) Ramón García Sanz, José Baena Alonso y José Luis Sánchez-Bravo los ejecutaron en la finca militar de Hoyo de Manzanares. Es un monte pedregoso, tupido de arbustos y matorrales, en cuya cima ordenó el dictador que le construyeran una residencia de fin de semana para cazar sin alejarse mucho del Pardo. Le construyeron una mansión digna del sanguinario conde Drácula; parecía inspirada en el relato de Bram Stoker y trasplantada de Transilvania. Desde hace décadas está abandonada y en ruinas.
Poco antes habían ejecutado a los miembros de ETA, también condenados por terrorismo por la justicia militar, Juan Paredes Txiki y Ángel Otaegui Echevarría. A Txiki no lo mataron a garrote vil, como disponía la sentencia, sino con armas de fuego. Lo fusilaron a las 8:30 junto al cementerio barcelonés de Sardanyola del Vallés. Su última voluntad fue pasar la noche con su hermano Mikel y su abogada Magda Oranich. A la misma hora mataron a Otaegi en el penal de Burgos.
Los jueces militares encomendaron a la Policía y la Guardia Civil la ejecución de las sentencias. El general José Vega Rodríguez, que había presidido el Consejo de Justicia Militar y dirigía la Guardia Civil, encargó los preparativos a su subordinado y responsable de combatir a los terroristas, José Antonio Sáenz de Santamaría, que se había significado en círculos militares por su opinión contraria a la pena de muerte.
Santamaría pidió voluntarios en la Compañía de Destinos, pero no se presentó ninguno. Según sus recuerdos, recogidos por Diego Carcedo en el libro El General que cambió de bando, se vio obligado a echar mano del orden regular de servicios para formar el pelotón de fusilamiento. Temía que se negaran, pero ninguno lo hizo. Para evitar cualquier parecido con la venganza, los mandos acordaron que la Policía Nacional ejecutase a los acusados de matar guardias y la Guardia Civil a los condenados por matar policía.
El curioso acuerdo hizo que a los condenados del FRAP los fusilaran los guardias civiles. Uno de los reos murió en el acto, pero los otros dos siguieron vivos tras la descarga de fusilería. Eso obligó al teniente que mandaba el pelotón de ejecución a ultimarlos con dos tiros de gracia en la cabeza. Unos días después, aquel teniente sufrió una crisis nerviosa que le mantuvo largo tiempo apartado del servicio.
Ni los tres mensajes del Papa, implorando clemencia al dictador, ni las protestas de cientos de intelectuales y de varios mandatarios extranjeros contra las ejecuciones sumarísimas consiguieron torcer la decisión del tirano, que se mantuvo fiel a sus métodos hasta el último momento y quiso proyectar su fuerza contra los ‘elementos subversivos’ con aquellos fusilamientos (los últimos de la dictadura). ¿Quién podía asegurar que el tirano no iba a emplear el Ejército contra el pueblo si proseguían las protestas y las demandas de democracia? Dicen que el miedo no cambia a la gente, pero acojona.
Los titulares de los periódicos −“Fusilados esta mañana”− causaron una profunda impresión y gran silencio interior. Se registraron algunos ‘saltos’ o conatos de manifestaciones en Madrid, Barcelona y el País Vasco. Como si algunos gobernantes de los países llamados civilizados hubieran recordado de repente el origen criminal del régimen español y la catadura moral del dictador, manifestaron su condena y repugnancia, y algunos retiraron a sus embajadores en Madrid. Luis Echevarría, presidente de México −el país que mantuvo su dignidad y no tuvo relaciones diplomáticas con la dictadura española−, reclamó la expulsión de la España franquista de la ONU. Algunas personalidades de la cultura viajaron a Madrid antes de las ejecuciones para pedir el indulto. Llegaron desde París Ives Montand, Regis Debray, Claud Jean Mauriac, Costa Gavras…, pero fueron expulsados nada más bajar del avión en el aeropuerto de Barajas.
La indignación por los fusilamientos estalló entre los miles de exiliados y emigrantes españoles. Con la solidaridad de muchos ciudadanos de los países de residencia, celebraron manifestaciones y concentraciones en las principales capitales de Europa y de América. En Lisboa asaltaron la Embajada española y pusieron en fuga al embajador franquista. En Holanda prendieron fuego a la sede diplomática. En París y en Utrech apedrearon las delegaciones. Las manifestaciones de repulsa se sucedieron en Roma, Bruselas, Berlín… En Nueva York, exiliados, inmigrantes y simpatizantes de la causa de la libertad en España organizaron una marcha por la Quinta Avenida en la que participaron varios miles de personas. La prensa española, aunque amordazada, recogía los ecos de las protestas.
Lo que más preocupaba al dictador y sus secuaces era la amenaza de la Comisión Europea de suspender la negociación sobre la rebaja de los aranceles, pues perjudicaba a los mercaderes de bienes y productos semielaborados. Éstos se enriquecían comprando a terceros y vendiendo al Mercado Común y a algunos industriales autóctonos que se forraban asimismo a costa de los míseros salarios que pagaban a los trabajadores y del trato preferente que recibían de los gobiernos comunitarios en materia arancelaria. Algunos dirigentes de las Cámaras de Comercio se atrevieron a pedir evolución y no involución. Pero quien más valor le echó y con mayor fundamento y credibilidad habló fue el presidente del Círculo de Economía, Joan Más Cantí. Aquel grupo formado por personas como Carlos Ferrer Salat, Carlos Güell, Arturo Suqué o Enrique Corominas y en el que el socialista Ernest Lluch con poco más de 20 años preparaba los comunicados, exigía nada más y nada menos que el fin de la dictadura y “un cambio democrático”.
Pero el régimen tenía sus armas y sus legiones de paniaguados, y respondió a las condenas de la comunidad internacional con una campaña de afirmación patriótica. “Si ellos tienen ONU, nosotros tenemos DOS”, era el lema más imaginativo de apoyo al dictador. Los alcaldes emitieron bandos convocando una gran manifestación nacional contra “el enemigo exterior”. Gobernadores civiles y militares, ministros y subsecretarios sacaban pecho. Con el lema “consume nacional”, los sectores más reaccionarios del Movimiento Nacional (partido único) proponían la vuelta a la autarquía (y al hambre). La manifestación patriótica de apoyo al dictador llenó la Plaza de Oriente. Abundaban militares y funcionarios, gente con bigote reglamentario. Para propiciar la masiva demostración se decretó media jornada festiva. Cerraron los colegios, las oficinas, los comercios, los bancos… La multitud cantaba himnos patrióticos, coreaba marchas militares y voceaba consignas imperiales.
El dictador apareció a la hora convenida en el balcón principal del Palacio de Oriente, acompañado del entonces príncipe heredero Juan Carlos de Borbón. Unos tambores y cornetas impusieron silencio. “Españoles, españoles todos, gracias por vuestra inquebrantable adhesión y por la serena y viril manifestación pública que me ofrecéis en desagravio a las agresiones de que han sido objeto varias de nuestras representaciones y establecimientos en Europa, que nos demuestran una vez más lo que podemos esperar de determinados países corrompidos y aclara perfectamente su política constante contra nuestros intereses”. Se refirió a Portugal, “la nación hermana que se debate entre la anarquía y el caos”, y no olvidó la famosa “conspiración judeomasónica”. “Todo obedece −dijo− a una conspiración masónica izquierdista en la clase política en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social que a nosotros nos honra y a ellos les envilece”. Permaneció medio minuto escuchando a la masa que, brazo al frente, atronaba la atmósfera, y se retiró.
“Es una calavera con gafas”, dijo Nováis, lo cual era terrible, pues las calaveras nunca mueren. Mes y medio después, con la Marcha Verde de marroquíes avanzando para ocupar la provincia española del Sahara, el dictador la diñó.


'Al Alba', recuerdo en la Universitat de València a los últimos fusilados de Franco

Este 27 de septiembre se cumplen 40 años de los últimos represaliados de la dictadura franquista que murieron fusilados
Imagen de los últimos fusilados del franquismo el 27 de septiembre de 1975.
Imagen de los últimos fusilados del franquismo el 27 de septiembre de 1975.
Este domingo 27 de septiembre se cumplen 40 años de los últimos fusilamientos del franquismo, en los que fueron ejecutados cinco jóvenes militantes antifascistas en las ciudades de Madrid, Barcelona y Burgos. Estos últimos fusilamientos de la dictadura de Franco serán recordados con un fórum de debates de la Universitat de València y la plataforma 'Al Alba' que tendrá lugar este lunes día 28 en el Aula Magna de La Nau a las 19h.
Víctimas del franquismo y especialistas que lucharon y aún luchan hoy contra la impunidad de aquellos crímenes se reunirán en una mesa redonda bajo el título 'Al Alba. 27 de septiembre del 75. 40 aniversario de los últimos fusilamientos de Franco'. En el acto intervendrán Joaquim Bosch, portavoz de Jueces para la Democracia; Ana Aguado, historiadora de la Universitat de València, Concha Blat, abogada y defensora de presos antifranquistas, Lucila Aragó, represaliada y luchadora antifranquista y Pablo Mayoral, procesado en los Consejos de Guerra de El Goloso de 1975. Mayoral coincidió en prisión con algunos de los últimos ejecutados en los fusilamientos del régimen franquista.
La jornada del próximo lunes arrancará con la lectura de poemas de Vicent Andrés Estellés, por parte de la actriz Rosana Pastor y el poeta Jaume Pérez Montaner, y música a cargo de Borja Penalba y Lucho Roa. El acto estará presentado por el escritor y periodista Alfons Cervera, y moderado por el vicerrector de Cultura e Igualdad de la Universitat de València, Antonio Ariño.

http://www.foroporlamemoria.info/2015/09/saludo-al-homenaje-a-los-5-antifranquistas-asesinados-hace-40-anos/

Saludo al homenaje a los 5 antifranquistas asesinados hace 40 años

Ahaztuak 1936-1977, 29 septiembre 2015
ahaztuaklogo2Para la Delegación del Gobierno en Navarra aquellos luchadores antifranquistas siguen siendo “terroristas”

Compañeras, compañeros…
A finales de la pasada semana como cada año desde Ahaztuak 1936-1977 convocábamos un acto de homenaje a los cinco luchadores antifascistas que fueron asesinados por la dictadura franquista  el 27 de Septiembre de 1975.
Recordemos que en aquella fecha, y con motivo de aquellos fusilamientos, se produjo en todo el mundo una oleada de protestas en contra de la dictadura, que algunas  embajadas del régimen en el exterior sufrieron los efectos de la ira de  los  manifestantes antifranquistas y que el impacto de aquellas condenas de muerte forzó a mismo  Vaticano   a interceder por la vida de los cinco fusilados, algo que como sabemos fue inutil. Aquel acontecimiento, no obstante,  resultó determinante para el deterioro definitivo de la imagen de la dictadura en el exterior y tambein en el propio estado español, haciendo vanas sus tentativas de intentar suavizar su realidad con una engañosa “liberalización”.
Ahora al cumplirse 40 años de aquellos hechos terribles, 40 años… tanto como los que duró la dictadura, nuevamente volvemos a encontrarnos -y no es la primera vez- con los ramalazos de aquella de la mano de la prohibición por parte de la Delegación del Gobierno español en Navarra a cargo de Carmen Alba del acto que para mañana domingo día 27 de Septiembre teníamos previsto realizar en la Plaza del Ayuntamiento de Iruña a las 12.30 del mediodía.
No es esta la primera prohibición a la que desde Ahaztuak 1936-1977 tenemos que hacer frente en relación a los Actos de Memoria y Homenaje que cada 27 de Septiembre venimos celebrando desde hace años. Recordemos como en el año 2009, el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, prohibía la celebración de ese homenaje a las cinco últimas víctimas de la dictadura. Sin embargo esta vez, al igual que el pasado año, la prohibición viene de la mano de la Delegación del Gobierno en Navarra que en un escrito y apoyándose en aquella prohibición del año 2009, reitera la suspensión de nuestro Acto de Memeoria, pese a que en el año 2010, otro Juzgado de la misma Audiencia  Nacional esta vez a cargo de Fernando Andreu reconocía que en los actos que  en los homenajes que anualmente  realiza Ahaztuak 1936-1977 no existe ningún elemento de ensalzamiento del terrorismo por lo que no hay ningún motivo para que sean prohibidos. Pero no entendamos que hay un conflicto jurídico o judicial, no: lo que esto evidencia es que lo que si existe es un claro choque de memorias, de verdades, en esa batalla del relato de la que tanto se habla: lo que para las personas y los sectores cuya referencia inequívoca es la Memoria Democrática y Antifascista son actos de reivindicación y apología de la lucha antifascista y la reivindicación de quienes tomaron parte en ella de la forma en que consideraron oportuno hacerlo… para algunos jueces y tambien para la Delegación Gobierno español en Navarra siguen siendo ” la realización de una manifestación que favorecería el comportamiento de los terroristas, justificando públicamente y ensalzando las conductas delictivas de éstos, por lo que este hecho pudiera ser constitutivo de un delito de enaltecimiento del terrorismo”.
Ante ello, como cada año, como ante cada prohibición de alguno de nuestros actos de la que hemos sido objeto desde Ahaztuak 1936-1977 solo podemos denunciar y lo hacemos también aquí, en este acto que saludamos, esta resolución porque nuestro trabajo tiene su referencia en la recuperación de la Memoria Histórica y en el logro de la Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo y todos los luchadores contra ese régimen en su globalidad.  Se nos dice en la resolución de la Delegación del Gobierno por la que se nos prohíbe nuestro acto que en los carteles “aparecen las fotos de cinco terroristas…” y nosotros decimos… si no aparecen las personas a quienes se rinde homenaje ¿qué fotografías tendrían que aparecer? ¿las de sus asesinos, quizás?
El problema nuevamente queda bien situado con esta resolución: radica en la consideración de “terroristas”, que para la Delegación del Gobierno tienen aquellos  luchadores antifranquistas aceptando así 40 años después la legislación franquista por la que fueron condenados, y amparándose en ella para prohibir la concentración.. Sufrimos asi una vez más las consecuencias de aquella Transición que reforzó el “atado y bien atado” de Franco, y de unas leyes, como la de Amnistía de 1977 y la de Memoria Histórica de 2007 -auténticas leyes de punto final-, según las cuales se consideran víctimas a servidores de una dictadura, como Melitón Manzanas o Carrero Blanco, y asesinos a los que se enfrentaron a ella y por ello  fueron fusilados, como Txiki, Otaegi, Baena, Sanchez Bravo y Garcia Sanz.
Y bajo estos criterios hemos de  seguir soportando hoy prohibiciones como esta, un hecho de extrema gravedad por lo que supone la reiterada constatación de que el modelo de impunidad para el régimen franquista y sus crímenes se refuerza en esta democracia que dicen que tenemos con la negación del derecho a la memoria de las victimas de aquel régimen dictatorial y tambien contra las personas que lucharon contra el mismo, como consideraron hacerlo y con toda la legitimidad del mundo, la que da enfrentar, incluso con con las armas en la mano a un régimen nacido de un asalto armado a la voluntad popular y mantenido por la violencia y el terror durante cuarenta años.
Recordar y honrar hoy a Txiki, Otaegi, Baena, Sanchez Bravo y Garcia Sanz es sobre todo seguir la lucha por las ideas que ellos asumieron hasta el pelotón de ejecución y es tambien denunciar y enfrentar las expresiones de aquel ADN fasciofranquista demasiado arraigado como vemos en tantos estamentos de esas instituciones que se denominan democráticas y que incluso en verdaderos alardes de cinismo hacen a la par homenajes a las victimas del franquismo.
Desde Euskal Herria a todas las presentes nuestro más caluroso saludo a todas las personas participantes en este Acto y un emocionado abrazo en la Memoria de los nuestros…
Porque fueron somos, porque somos serán.
AHAZTUAK 1936-1977
(Iruñea – Pamplona 26 de Septiembre de 2015)


http://politica.elpais.com/politica/2015/09/27/actualidad/1443359326_402220.html

Los últimos fusilados por Franco

El Gobierno vasco, la izquierda 'abertzale', y víctimas de ETA y de los GAL se unen en el 40 aniversario de los fusilamientos de los miembros de ETA, Txiki y Otaegi

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Acto en el cementerio de Zarautz en recuerdo de los fusilados. / EFE
Familiares, miembros del Gobierno vasco, víctimas de ETA y de los GAL y numerosos representantes políticos, sobre todo de la izquierdaabertzale, han coincidido en la mañana de este domingo en el cementerio de la localidad guipuzcoana de Zarautz para recordar a los militantes de ETA Juan Paredes Manot Txiki y Ángel Otaegi en el 40 aniversario de su fusilamiento por el régimen franquista. En el acto de homenaje han estado presentes familiares de ambos, como la madre de Txiki, María Manot, o su hermano, Mikel Paredes.

Es necesario conocer la verdad"
Precisamente Paredes se ha alegrado de que haya acudido "tantísima gente". "Incluso he visto personas que no han venido nunca, que pueden estar o no de acuerdo con lo que aquí hemos planteado", ha asegurado, aunque, en su opinión, ese es el camino. "Poco a poco ese es el camino, que a un homenaje vengamos con el corazón y porque sentimos lo que hay y no porque el partido o lo que sea te obliga (...) Tenemos que empezar a ser un poco más personas y lo más importante, no olvidar por lo que ellos cayeron, que es que un día todos podamos tener libertad para poder decir y hacer lo que creemos justo y si es posible sin ofender al resto".
El recuerdo a Txiki y Otaegi, así como a los miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) —José Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez-Bravo Solla, y Ramón García Sanz—, ha continuado en el frontón Aritzbatalde de Zarautz. Al cementerio han asistido, entre otros, los dirigentes de Sortu Pernando Barrena, Rufi Etxeberria o Joseba Permach, la directora del Instituto Vasco de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Aintzane Ezenarro, la directora de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno vasco, Mónica Hernando, la viuda de Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA, Maixabel Lasa, o Pili Zabala, hermana de Joxian Zabala.
En el acto, que ha comenzado con una canción en memoria de los fusilados, la histórica dirigente de la izquierda abertzale Itziar Aizpurua ha afirmado que las madres de Txiki y Otaegi son "el ejemplo claro del sufrimiento de este pueblo" y ha dicho que es necesario "conocer la verdad" de personas como Lasa y Zabala, Jon Anza, o Santiago Brouard, entre otros, así como la de los "encarcelados, torturados, o exiliados" para obtener "una paz de verdad basada en la justicia" y para "la normalización de este pueblo".

IÑAKI URIARTE
ARQUITECTO
LOS ÚLTIMOS FUSILAMIENTOS DEL FASCISMO

Cuando acaban de cumplirse 40 años de los últimos fusilamientos del franquismo, el arquitecto Iñaki Uriarte recuerda el monumento que, situado en Barcelona, en el monte de Montjüic, recuerda a las personas que murieron fusiladas desde 1939 y, en concreto, figura el nombre de «Txiki» fusilado en Cerdanyola el 27 de setiembre de 1975.

El pueblo catalán perpetuó su memoria con un sencillo pero inmenso monumento de homenaje en la montañade Montjüic, en el Fossar de la Pedrera, donde también reposa el President de la Generalitat Lluis Companys, fusilado el 15 de octubre de 1940
Acaban de cumplirse 40 años.el 27 de setiembre de 1975. No hace tanto, aunque lo parezca, se produjeron los últimos fusilamientos ordenados por el criminal de guerra y posguerra Franco, dictador que ya había nombrado sucesor de gobierno a Juan Carlos de Borbón, y que por fin murió para alivio de la humanidad apenas dos meses después. En su agónica furia final contra el nacionalismo vasco y todo intento de reforma como un rebrote de la sublevación militar de 1936 el fascismo hostigaba continuamente.
En una reacción de sentido opuesto a través de la rebelión social de defensa el independentismo vasco representado, casi exclusivamente, por la organización política armada Euskadi ta Askatasuna, acronimamente ETA, conseguía una concienciación colectiva que el totalitario régimen militar español no lograba controlar y deseaba exterminar. Sólo asesinando y encarcelando vascos creían que conseguirían aplastar de nuevo a un pueblo que ya no podía aplazar más la conquista de su libertad. Contra la brutal represión y hostigamiento total no había otra alternativa que la rebelión contundente y continua o la rendición.
El instinto sanguinario y revanchista de aquel ignorante y despreciable militar español laureado por miles de asesinatos se extinguía matando y situaba a su país, España, del que se proclamaba caudillo por la gracia de Dios, con el beneplácito del Vaticano, en la vergüenza y rechazo mundial. En su paranoia del exterminio dejó una de las páginas más crueles y vergonzosas de la historia de la humanidad: los fusilamientos finales del fascismo de 1975. Jóvenes activistas concienciados detenidos sin pruebas, torturados, sometidos a simulacros de juicios, sin testigos, abogados sin acceso a documentos, ni atención a sus argumentos y sin tiempo para la defensa sólo testimonios policiales, en versión de consejos de guerra inmediatos, por militares poseídos de instinto asesino, fueron condenados a muerte.
En el amanecer de aquel último sábado de setiembre cinco personas fueron acribilladas por la fusilería fascista. Tres militantes del FRAP, Xose Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanza y dos acusados de pertenecera ETA. Anjel Otaegi Etxeberria (Nuarbe 1952) un noble baserritarra fue abatido por un pelotón de la Policía Armada en la prisión de Burgos tras una cruel, solitaria y angustiosa vigilia con su ama esperando reducida a 20 minutos de inmenso amor maternal obligados a hablar en castellano, una lengua para ellos extraña. Prevamente en la prisión dejo su testimonio y testamento ideológico como vasco.
Juan Paredes Manot “Txiki”, por su altura y juventud, pero un gran hombre, inmigrante nacido en 1954 en Zalamea de la Serena, Badajoz, y residente en Zarautz, que entendió su integración en Euskal Herria con una de las formas de lucha y resistencia que el tiempo aquel imponía, la actividad en la clandestinidad, hasta dar su vida. Txiki hizo frente al pelotón de guardias civiles voluntarios que se ofrecieron para fusilarle tiro a tiro frente al cementerio de Cerdanyola, Barcelona, cantando Eusko Gudariak. Cántico que, como otras tantas veces en el campo de batalla, alcanzó un tono épico en aquellas circunstancias y que debemos reivindicar su contenido semántico cada vez que la entonemos. Debe resaltarse el encomiable trabajo a la desesperada de los prestigiosos abogados catalanes Magda Oranic y Marc Palmés grandes amigos de las causas vascas y únicos testigos junto con Mikel, el hermano de Txiki, de aquel crimen de estado.
Asimismo, sería importante conseguir, difundir y recopilar como importante documento histórico las emocionantísimas emisiones, especialmente de la víspera, una noche eterna, en espera en la que muchos confiamos se produjera un cambio de última hora, de los programas extraordinarios de Radio París y la emisora de la BBC Internacional únicas posibilidades durante años de conocer la situación real. Asimismo, algún día el cine, la música y la pintura vasca debería recoger este relato trágicamente singular de nuestro heroico reciente pasado, que unió al pueblo vasco y tuvo pocos meses después, entre muchos otros, un nuevo infausto capítulo, los asesinatos del 3 de marzo en Gasteiz, y obviamente todos aquellos que murieron en actos de solidaridad y protesta con los hechos reseñados.
Por haber vivido apasionadamente aquel período y conocido especialmente el entorno universitario y el social y cultural catalán en el que se desarrolló una de estas trágicas muertes, relato algunas circunstancias posteriores a modo de reconocimiento y recuerdo. El pueblo catalán, de no ser el vasco, no podía ser otro, perpetuó su memoria con un sencillo pero inmenso monumento de homenaje en la montaña de Montjüic en Barcelona. Allí, en el Fossar de la Pedrera, donde también reposa el President de la Generalitat Lluis Companys fusilado el 15 de octubre de 1940 en el castillo homónimo.
De espaldas al mar desde el final de un antiguo camino del aterrazado y enorme cementerio municipal se llega a un gran vacío producido por una antigua cantera (pedrera en catalán) en desuso. A la remota cavidad de ese espacio se accede por un serpenteante sendero a través de un pequeño bosque columnario de cipreses y pilares rectangulares de piedra a modo de atrio que culminan la ascensión a ese espacio central. Dos pilares de este lugar tienen esculpidas estas, traducidas del catalán, leyendas: «En este Fossar de la Pedrera reposan los que fueron fusilados en el Campo de la Bota y otros parajes por las fuerzas fascistas desde el año 1939. De muchos de ellos no sabremos nunca el nombre pero nuestro homenaje es para todos». Y en el otro, «Antigua fosa común donde hasta el año 1979 fueron enterrados los que no disponían de sepultura y los que quisieron expresar su solidaridad con los humildes y los inmolados. Su tumba es anónima pero su recuerdo nos acompañara siempre». También allí, en la entrada de este mausoleo de la inmortalidad, en uno de los pilares de la tercera columnata está escrito: «Joan Paredes Manot, Txiki».
El lugar, abandonado durante mucho tiempo, recibió con la extraordinaria y delicada remodelación hecha en 1982, por la destacada arquitecta Beth Galí la dignificación y la memoria de las personas caídas en defensa de las libertades de Catalunya así como el reconocimiento y homenaje que se merecen. El impacto trágico del lugar se manifiesta y expande cautivadoramente por el impresionante, amplio, a la vez que íntimo, espacio de espiritualidad. Invito a cuantos vascos acudan a Barcelona a visitar tan impresionante memorial.
En el 40 aniversario de tan repugnantes crímenes de Estado, de los que nadie ha pedido todavía perdón, especialmente los herederos directos del fascismo, el PP continuamente blasfemando apoyados con los poderosos y manipuladores medios de difusión aliados como el grupo Vocento, “El Mundo”, la COPE, etc. contra todos los indicios de la idiosincrasia vasca, lengua, cultura, identidad e instituciones, es preciso recordar la memoria de todos los patriotas asesinados, torturados, exiliados, detenidos y encarcelados por la brutal represión que todavía padece el pueblo vasco.