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Se cumplen 80 años del vuelo que llevó a Franco desde la base de Gando a Marruecos, considerado el acto inaugural de la Guerra Civil
El 18 de julio de 1936 alza el vuelo en el aeródromo de Gando el Dragon Rapide.En su interior, junto al piloto y el mecánico, viaja el comandante general de las Islas Canarias, calculador, frio, taimado y hermético, Francisco Franco. La aeronave se dirige a a Tetuán, para que Franco se ponga al frente de las fuerzas del ejército de África como uno de los cabecillas de la sublevación militar que ese mismo día desafía con una insolencia criminal al gobierno legítimo de la II República.
Antes del de llegar a Tetuán y abrir a España en canal, hay personajes en la sombra, caciques que quieren seguir siéndolo, monárquicos trasnochados, ricos banqueros que su fortuna se hizo con negocios sucios y generales llenos de rencor hacia el nuevo gobierno que les quito prebendas y los ato cortos. Con estos mimbres la República estaba sentenciada.
Antes del de llegar a Tetuán y abrir a España en canal, hay personajes en la sombra, caciques que quieren seguir siéndolo, monárquicos trasnochados, ricos banqueros que su fortuna se hizo con negocios sucios y generales llenos de rencor hacia el nuevo gobierno que les quito prebendas y los ato cortos. Con estos mimbres la República estaba sentenciada.
Franco había sido destinado a Santa Cruz de Tenerife al
mando de la Capitanía General de Canarias. Antes de salir para las Islas, Franco asiste a una reunión a la que, entre otros, también asisten los generales Mola y Goded, en la que se decide preparar un golpe de Estado capitaneado por el general Sanjurjo (entonces desterrado en Portugal). Franco, sin rechazar la conspiración, no se compromete. Desde Canarias recibe puntualmente información mostrándose siempre indeciso y cauteloso.
Se había previsto que Franco se pusiera al mando de las tropas españolas en el norte de África, puesto para el que había sido elegido por su fama de estratega demostrada en la Guerra de Marruecos, que le había valido su rápido ascenso a general, y por su actuación en la represión del conato revolucionario de los mineros asturianos en 1934. No obstante, para su salida de Canarias, era imprescindible contar con un avión.
De un avión, de una organización importante y dinero. Pero todo está previsto. El General Emilio Mola, dio luz verde al viaje, Juan March, puso el dinero. Juan Ignacio Luca de Tena, director de ABC, encargado de la desinformación previa al golpe. Juan de la Cierva, inventor del autogiro, elegiría el avión. Luis Bolín, corresponsal de ABC, en Londres, organizaría los contactos técnicos. El Duque de Alba, con poderosas amistades en Londres se haría cargo del seguro , de 10.000 libras esterlinas, y el Marqués de Mérito, tapadera aristocrática del viaje.
El aparato elegido finalmente sería un De Havilland D.H.89 Dragon Rapide. El aparato elegido por De la Cierva, matriculado G-ACYR, pertenecía a la Olley Air Service Ltd., situada en Croydon, al sur de Londres. A su piloto, Cecil Bebb, se le hizo creer que iba a transportar a un líder rebelde del Rif, quien se dispondría a organizar un levantamiento en Marruecos. La excusa del vuelo a Canarias ante las autoridades españolas sería la de un supuesto viaje turístico. Para aparentarlo, el coronel retirado Hugh Pollard, su hija Diana y una amiga de ésta, Dorothy Watson, irían en el avión, junto con Bolín, el mecánico Rice y el radiotelegrafista Bryers.
El Dragon Rapide, que había sido alquilado en Inglaterra gracias al dinero de Juan March, capitalista de cabecera de los sublevados, que luego le devolverían ampliamente los favores durante la larga noche de la dictadura, aterrizó en Casablanca y desde allí tomo rumbo a Gran Canaria. Pero Franco tenía que tomar el avión en Tenerife y ya estaba levantando sospechas y rumores.Una muerte le allanó el camino. Los acontecimientos parecieron obrar en su favor el día 16 de Julio cuando, en un entrenamiento en el campo de tiro de La Isleta, el general Amado Balmes, gobernador militar de las Islas Orientales, se disparó, según la versión oficial, por accidente, falleciendo posteriormente. Sin embargo, siempre se ha mantenido la sospecha de que aquel percance no fuera fortuito.Balmes era leal a la República. Franco ya tenía excusa para viajar a Tenerife para asistir al funeral de Balmes.
A las 14:33 horas el Dragon Rapide despega camino de Casablanca y rumbo a Tetuan y cuando emprenda vuelo, las cartas estarán echadas y ya no habrá vuelta atrás para este país.
El 19 de Julio de 1936, en el aeropuerto de Tetuan, del Dragon Rapide baja Franco vestido de General con fajín rojo y borlas doradas. Toma el mando del Ejército de África. La guerra civil ha comenzado y a una de las dos Españas se le helara el corazón.
Se había previsto que Franco se pusiera al mando de las tropas españolas en el norte de África, puesto para el que había sido elegido por su fama de estratega demostrada en la Guerra de Marruecos, que le había valido su rápido ascenso a general, y por su actuación en la represión del conato revolucionario de los mineros asturianos en 1934. No obstante, para su salida de Canarias, era imprescindible contar con un avión.
De un avión, de una organización importante y dinero. Pero todo está previsto. El General Emilio Mola, dio luz verde al viaje, Juan March, puso el dinero. Juan Ignacio Luca de Tena, director de ABC, encargado de la desinformación previa al golpe. Juan de la Cierva, inventor del autogiro, elegiría el avión. Luis Bolín, corresponsal de ABC, en Londres, organizaría los contactos técnicos. El Duque de Alba, con poderosas amistades en Londres se haría cargo del seguro , de 10.000 libras esterlinas, y el Marqués de Mérito, tapadera aristocrática del viaje.
El aparato elegido finalmente sería un De Havilland D.H.89 Dragon Rapide. El aparato elegido por De la Cierva, matriculado G-ACYR, pertenecía a la Olley Air Service Ltd., situada en Croydon, al sur de Londres. A su piloto, Cecil Bebb, se le hizo creer que iba a transportar a un líder rebelde del Rif, quien se dispondría a organizar un levantamiento en Marruecos. La excusa del vuelo a Canarias ante las autoridades españolas sería la de un supuesto viaje turístico. Para aparentarlo, el coronel retirado Hugh Pollard, su hija Diana y una amiga de ésta, Dorothy Watson, irían en el avión, junto con Bolín, el mecánico Rice y el radiotelegrafista Bryers.
El Dragon Rapide, que había sido alquilado en Inglaterra gracias al dinero de Juan March, capitalista de cabecera de los sublevados, que luego le devolverían ampliamente los favores durante la larga noche de la dictadura, aterrizó en Casablanca y desde allí tomo rumbo a Gran Canaria. Pero Franco tenía que tomar el avión en Tenerife y ya estaba levantando sospechas y rumores.Una muerte le allanó el camino. Los acontecimientos parecieron obrar en su favor el día 16 de Julio cuando, en un entrenamiento en el campo de tiro de La Isleta, el general Amado Balmes, gobernador militar de las Islas Orientales, se disparó, según la versión oficial, por accidente, falleciendo posteriormente. Sin embargo, siempre se ha mantenido la sospecha de que aquel percance no fuera fortuito.Balmes era leal a la República. Franco ya tenía excusa para viajar a Tenerife para asistir al funeral de Balmes.
A las 14:33 horas el Dragon Rapide despega camino de Casablanca y rumbo a Tetuan y cuando emprenda vuelo, las cartas estarán echadas y ya no habrá vuelta atrás para este país.
El 19 de Julio de 1936, en el aeropuerto de Tetuan, del Dragon Rapide baja Franco vestido de General con fajín rojo y borlas doradas. Toma el mando del Ejército de África. La guerra civil ha comenzado y a una de las dos Españas se le helara el corazón.
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