“Abandonada, olvidada y derruida, sus viejos muros de piedra aun conservan parte del
orgullo de lo que un día fue y representó. Testigo mudo de otros tiempos, en su interior aún se
conserva el espíritu de los sindicatos y las sociedades obreras que la albergaron. En su
ensordecedor silencio, resuena el clamor de los gritos y cantos obreros. Oratorias y arengas.
Aplausos y vivas. Se yergue altiva ... desafiante y valiente, recordando la dignidad y la honradez
de los hombres que la fundaron e hicieron posible y de su sacrificada lucha sin parangón por
conseguir un mundo mas justo.”
La Casa del Pueblo de Aguilar de la Frontera logró desempeñar un importante papel en la
historia del movimiento obrero de esta localidad justamente hasta su desmantelamiento y
desaparición con el estallido de la Guerra Civil en 1936 y su expropiación y ocupación para
albergar en su interior al monstruo que la destruyo la Central Nacional Sindicalista de Falange
Española Tradicionalista y de las JONS.
Convertida durante muchos años en un símbolo visible fundamentalmente de las corrientes
ideológicas socialistas y republicanas, muy ligadas a su presencia, se constituyó sin duda alguna en
el primer patrimonio público e histórico de las primeras agrupaciones obreras, dándose lugar en la
misma a toda una red de relaciones sociales, económicas, laborales y culturales que propiciaron y
crearon un espacio geográfico propio y único dentro de sus confines, regido por sus propias normas,
siendo estas establecidas de forma democrática por todos sus miembros con lo que se logró crear
dentro de ella un espacio ideológico representativo de la clase obrera único e insustituible.
La Casa del Pueblo de Aguilar de la Frontera, se encontró ubicada desde su fundación inicial
a comienzos de las primeras décadas del pasado siglo, en distintos sitios diferentes a lo largo de su
historia. La Calle Mercaderes, el Llanete de Manuel López y su último y final ubicación fue en la
antigua calle Calvo Sotelo, actual calle Carrera, número 50.
La casa será comprada por la Sociedad Obrera “La Razón”, inserta en el Partido Socialista
Obrero Español (P.S.O.E.) y la Unión General de Trabajadores (U.G.T.), a D. Galo Hernández el día
25 de julio de 1933, por un valor de treinta y dos mil pesetas pagadas en cuatro plazos anuales con
vencimiento anual el día 24 de julio de cada año, hasta el año 1936. Antonio Cabello Almeda
(Presidente dela Sociedad Obrera “La Razón de Aguilar de la Frontera) y Antonio Guirado Carrillo
(secretario tesorero de la Sociedad Obrera “La Razón”), actuaron en representación del partido y
sindicato comprador. La casa tenía un gravamen, por lo que el propietario rebajó de las 32.000
pesetas de su compra 4.000, hasta tanto se pagasen todos los plazos y se efectuasen las
correspondientes escrituras y la casa quedase libre de cargas.
En ella se albergaron y acogieron multitud de agrupaciones y sociedades obreras agrupadas
en gremios, cooperativas y secretarias de panaderos, albañiles, zapateros, muleros y arrieros,
obreros agrícolas y oficios varios,entre otros.
Durante su funcionamiento las autoridades llegaron a clausurarla y a detener a muchos de
sus miembros por celebrar en ellas mitines, manifestaciones y actos que provocaran perturbación y
agitación social. En ella se desarrollaron un gran número de actividades culturales y educativas,
destinadas fundamentalmente a eliminar el analfabetismo existente entre los miembros de las clases
trabajadoras. Para ella la casa estaba dotada de un salón que hacía las veces de biblioteca y aula de
enseñanza.
Estatutos de la sección de Muleros-arrieros de Aguilar de la Frontera
En sus ciento treinta metros de la planta baja, de salones y patios platicaron los mejores
oradores del momento, ante los miles de afiliados con los que llegó a contar. Antonio Cabezas
Jiménez “cabecitas”, Justo Deza, Gabriel Moron, Antonio Cabello, Antonio Prieto, Francisco
Azorín, Martin Sanz, Antonio García Márquez, José María León Jiménez, Rafael Aparicio de Arcos,
Angeles Castenet, Antonio Cañizares, Ruíz Maya o Antonio Jaén Morente, desarrollando entre sus
muros una actividad política y sindical sin precedentes en la historia de España.
Celebración en la Casa del Pueblo del 1º de Mayo de 1934
Tras los acontecimientos que se suceden el golpe de estado del 18 de julio de 1936, y la
gravedad que por momentos adquirían los sucesos ocurridos en Aguilar en los primeros días del
alzamiento militar, el secretario de la Agrupación Local, Antonio Guirajo Carrillo, opta por quemar
los documentos sindicales y los archivos contenidos en la Casa del Pueblo para que no puedan ser
incautados y utilizados por los sublevados,que inmediatamente después de ocupada y clausurada,
inician una rápida e implacable persecución de todos sus miembros y afiliados.
El día 14 de noviembre de 1936, la Casa del Pueblo es totalmente desmantelada y dejará
de existir para siempre. En sus instalaciones es inaugurado el Cuartel de la Falange Española y su
organización juvenil “Los Flechas” de Aguilar de la Frontera.
“ El Cuartel de Falange (antiguo centro socialista) está completamente abarrotado de
personalidades e invitados. En la calle forman los Flechas, en buen número y perfectamente
uniformados y equipados. El Jefe Local de Falange (en 1936) Luis Gómez; Jefe de la sección
femenina, Dolores Maldonado; presidenta de honor de los Flechas, María García; Jefe de Flechas,
Fernando Diéguez Santos y un numeroso grupo de encantadoras señoritas pertenecientes a la
sección femenina de Falange, se desviven para atender a las autoridades e invitados...
… se encuentran allí el inspector local de milicias capitán, don Carlos Romero y
García de Leaniz; los curas párrocos don Antonio Galisteo y don Rafael Espinosa; alcalde de
Aguilar don Francisco Tutón Mena; secretario del Ayuntamiento, Manuel Díaz-Caneja y
Candanedo; comandante militar, alferez de la guardia civil don Cándido Rincón; juez de
instrucción don Luis Jiménez Ruiz; registrador de la propiedad, don Miguel Siles Benavides,
notarios, don Miguel Mestanza Sorianos y don Darío Zabala; comandante de puesto don Miguel
Ortiz y sargento don Santiago Morales; director del Banco Español de Crédito don Bernabé Pérez
Jiménez y numerosos afiliados a Falande de Aguilar …
… el sacerdote don Pedro Benítez, capellán de Falange, revestido de roquete y
estola, va recorriendo el local bendiciendo los distintos departamentos.
… en la planta baja esta situado el Cuerpo de Guardia,comedores, cuarto de
recreo, cuarto de aseo y duchas. En el piso principal la biblioteca, enfermería, dirección, tesorería
y dormitorios para la tropa.
… la madrina Dolores Maldonado, hizo entrega de la bandera con las
siguientes frases: “Camaradas: Os entrego esta bandera, que para vosotros han hecho las mujeres
de Falange, para que con la misma fe y entusiasmo, que ellas pusieron en su obra, la defendais al
grito de ¡¡Arriba España¡¡”.
… El capellán pronuncio a continuación una sencilla y patriótica plática.
… Don Carlos Romero, inspector provincial de Milicias, dice además que
sobre la falacia democrática ha nacido un partido de vergüenza y dignidad, que es el fascismo.”
(Azul, Diario de Falange Española de las JONS. Año I. número 39 16 de noviembre 1936)
La bendición de las banderas de Falange en Aguilar de la Frontera
(Azul, Diario de Falange Española de las JONS. Año I. número 39 16 de noviembre 1936)
Las autoridades de Aguilar de la Frontera, en el acto de inaugurar el Cuartel de Falange
(Azul, Diario de Falange Española de las JONS. Año I. número 39 16 de noviembre 1936)
Durante los de la Guerra Civil, la Casa del Pueblo compaginará el funcionamiento de estas
instalaciones falangistas con el alojamiento de tropas militares del bando nacional. Varias
compañías de Infanteria con todo su personal militar, ganado y material de guerra utilizaran la Casa
del Pueblo como lugar de acuartelamiento y hospedaje.
Terminada la Guerra Civil, la Comisión Central de Incautaciones iniciara un expediente
oficial para la incautación de los bienes de la entidades políticas y sindicales constitutivas del frene
Popular, así como todas aquellas otras pertenecientes a los partidos y agrupaciones obreras aliadas y
adheridas a este, dando de esta forma cumplimiento a la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de
febrero de 1939, dando ordenes a la alcaldía para que se incaute esta propiedad aún a pesar de estar
ocupada por la Falange.
Una Ley posterior de 23 de septiembre de 1939, cederá el poder oficialmente de la Casa
del Pueblo a la Delegación Local de Sindicatos de Falange Española y de las JONS.
Será en el año 1946, cuando la “casa de las dos calles” (Carrera y La Tercia), se
escriture públicamente, el día 5 de diciembre de 1946 a favor de la Delegación Nacional de
Sindicatos de Falange Española Tradicionalista de las JONS. Los otorgamientos oficiales se
realizarán en Madrid, por parte de los herederos de D. Galo Hernández.
El 20 de septiembre de 1958, la Delegación Nacional de Sindicatos de Falange
Española Tradicionalista de JONS, realizará una donación temporal y condicional del usutructo de
la Casa del Pueblo a favor de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Aguilar de la
Frontera.por treinta años de duración y prorrogable por otros treinta más.
Con la llegada de la democracia y la desaparición de las instituciones franquistas la
Casa del Pueblo pasará a ser propiedad del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
A comienzos de la década de los años 80 la Confederación Sindical de la Unión
General de Trabajadores (UGT) reclamará la Casa del Pueblo por ser un inmueble perteneciente al
Patrimonio Sindical Histórico.
Solo se conseguirá la autorización a la UGT para poder utilizar la planta primera
del edificio de la Casa del Pueblo en al año 1984. Cincuenta y un año más tarde el Ministerio de
Trabajo autorizará de nuevo a la Unión General de Trabajadores la utilización del edificio para los
fines propios de la citada organización. Algunos años más tarde y dado el peligro que representaba
el estado de la Casa del Pueblo, es abandonada por la UGT.
Las sucesivas reclamaciones para que la Casa del Pueblo pueda de nuevo volver a
formar parte del patrimonio histórico del sindicato no podrán ser resueltas al no poder presentar los
recibos de compra de la casa, ya que uno de ellos quedó pendiente de pago. El vencimiento del
último pago abría de efectuarse el día 24 de julio de 1936 y por los acontecimientos ocurridos el día
18 de ese mismo mes y año, quedó pendiente su pago. El 18 de julio de 1936, se encontraban
pagados tres de los cuatro plazos y el cuarto, se encontraba depositado en la sucursal de Aguilar del
Banco Español de Crédito, en la cuenta corriente del PSOE. El pago y las escrituras que no se
pudieron llevar a cabo por el comienzo de la guerra civil. El resto de recibos fueron destruidos junto
a la documentación existente en la Casa del Pueblo en 1936, cuando la casa fue asaltada por los
franquistas. La cuenta corriente de la Agrupación Local de PSOE, sería pocos días más tarde
requisada por las nuevas autoridades.
Gregorio López Martínez, gobernador civil de Córdoba, denegará en marzo del año
1990 de nuevo la reclamación de propiedad de la UGT, alegando que legalmente la Cámara Agraría
Local era la titular del derecho de usufructo. La Casa del Pueblo jamás volvió a formar parte del
patrimonio de la UGT. Actualmente pertenece al Ministerio de Trabajo y el Ayuntamiento de
Aguilar de la Frontera, después de un largo y complicada entramado judicial ha reclamado su
compra, optado a su adquisición por un valor de 120.000 euros. Compra que aún no se ha efectuado
legalmente.
Actualmente su estado avanzado de ruina y abandono amenaza con el derrumbe total, tal
y como ha ocurrido ya con parte de la misma en su acceso por la calle de la Tercia.
Su “olvido” ... el prolongado “olvido” de la Casa del Pueblo de Aguilar de la Frontera,
querida por todos y no cuidada, ni defendida por nadie constituye un ejemplo más de lo que ocurre
con el recuerdo social y democrático en este país.
AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar
de la Frontera) (Córdoba) insto al Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, en un escrito fechado de
entrada 12 de marzo del 2008 que hiciese suyos los principios de preservación de los “lugares de
memoria” . Sin duda alguna la Casa del Pueblo de Aguilar de la Frontera. La última Casa del
Pueblo, merece ese reconocimiento institucional e histórico. Ella por sí sola constituye un valioso
ejemplo de esa geografía urbana que determino una parte de la lucha obrera, de la lucha en defensa
de la legalidad, que el paso del tiempo aún no ha podido deteriorar y borrar del todo.
Su defensa y preservación ha de ser tarea de todos para que su recuerdo aún visible
pueda seguir siendo parte de las raíces mismas de nuestra Memoria Histórica.
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