Decenas de personas recuerdan al 'grupo de Miguel Castaño', quince políticos e intelectuales leoneses de la República, asesinados hace ahora 76 años
Luis V. Huerga 21/11/2012
Aquí estoy para vivir / mientras el alma me suene, / y aquí estoy para morir, / cuando la hora me llegue, / en los veneros del pueblo / desde ahora y desde siempre. / Varios tragos es la vida / y un solo trago es la muerte. Con estos versos del poema 'Sentado sobre los muertos’, de Miguel Hernández, cantado por el grupo ‘Mil9’ se rendía homenaje al llamado ‘grupo de Miguel Castaño’, quince hombres, destacados miembros de la política en el León de 1936, que fueron fusilados pocos meses después de que el alzamiento nacional irrumpiera en la República.
El alcalde de León por aquel entonces, Miguel Castaño, fue uno de ellos. Pero también otros destacados nombres de la vida política leonesa, como el gobernador civil, Emilio Francés o el presidente de la Diputación, Ramiro Armesto encontraron la muerte en el campo de tiro de Puente Castro. Fue un 21 de noviembre de 1936 cuando las balas silenciaron las voces de aquellos hombres. Todos, excepto Salvador Ferrer, un intelectual republicano, que puede que se salvara del fusilamiento por la intercesión de algún “familiar o conocido de influencia”. Aún así, fue condenado a cadena perpetua y pasó 20 años en la cárcel.
Ahora, que han pasado 76 años de aquel suceso, varias decenas de personas les han rendido un sencillo pero emotivo homenaje, en el que las flores y los versos de Miguel Hernández se han entremezclado con el recuerdo de los descendientes de algunos de aquellos hombres que fueron fusilados. El cementerio de Puente Castro, donde fueron trasladados los cuerpos al día siguiente del asesinato, ha sido el escenario de este acto, que se rinde por primera vez a este grupo de personas. Los restos de algunos de ellos se encuentran en este lugar. De otros, se desconoce dónde yacen.
Asesinados por "venganza"
“Tenemos localizados a diez, contando que alguno sabemos dónde está, pero no en León, como Manuel Santamaría, miembro del comité local de Izquierda Republicana que, unos años después de haber sido enterrado en León, lo trasladan a Astorga. Allí es donde está, pero es curioso porque en los registros sólo se refleja el traslado de unos poquitos”, ha explicado Miguel Álvarez, de Juventudes Activas, el colectivo que ha impulsado el homenaje que se ha realizado al ‘grupo de Miguel Castaño’.
El propio Castaño, cuya figura ha resurgido en los últimos meses gracias al trabajo de investigación del periodista y escritor leonés Carlos J. Domínguez, es uno de esos nombres destacados de aquellos quince hombres que fueron fusilados en 1936. Una “buena persona”, como ha recordado, emocionado, uno de sus quince nietos, Javier Puerta Castaño, durante el acto de homenaje. “Se le fusiló por ser el alcalde en el momento en el que estalló la guerra. Fue una venganza porque el día anterior habían fusilado a José Antonio. En cualquier caso, una salvajada”.
Un recuerdo con nombres propios
De esta forma, el recuerdo, de nuevo, vuelve a Puente Castro, el lugar donde se encuentra aquella parte de la historia que ya pasó, pero que, de vez en cuanto, regresa con nombres propios.
Ramiro Armesto, presidente de la Diputación; Emilio Francés, gobernador civil del Gobierno democrático y republicano; Félix San Pedro, presidente del Frente Popular; Lorenzo Martínez Baca, presidente del Comité local del Partido Sindicalista; Manuel Santamaría, miembro del comité local de Izquierda Republicana; Lorenzo Martín Marassa, diputado provincial por Unión Republicana; el pintor Modesto Sánchez ‘Cadenas’, socialista y secretario del Ateneo Obrero; Atanasio García Campomanes y Onofre Garcia, periodistas; Jesús González y José María de Celis, vinculados al Partido Comunista; Isidoro Álvarez López, sargento jefe de Serenos del Ayuntamiento; Antonio Fernández, del Sindicato Minero Castellano Leonés; y Orestes Vara, oficial de Correos socialista.
El alcalde de León por aquel entonces, Miguel Castaño, fue uno de ellos. Pero también otros destacados nombres de la vida política leonesa, como el gobernador civil, Emilio Francés o el presidente de la Diputación, Ramiro Armesto encontraron la muerte en el campo de tiro de Puente Castro. Fue un 21 de noviembre de 1936 cuando las balas silenciaron las voces de aquellos hombres. Todos, excepto Salvador Ferrer, un intelectual republicano, que puede que se salvara del fusilamiento por la intercesión de algún “familiar o conocido de influencia”. Aún así, fue condenado a cadena perpetua y pasó 20 años en la cárcel.
Ahora, que han pasado 76 años de aquel suceso, varias decenas de personas les han rendido un sencillo pero emotivo homenaje, en el que las flores y los versos de Miguel Hernández se han entremezclado con el recuerdo de los descendientes de algunos de aquellos hombres que fueron fusilados. El cementerio de Puente Castro, donde fueron trasladados los cuerpos al día siguiente del asesinato, ha sido el escenario de este acto, que se rinde por primera vez a este grupo de personas. Los restos de algunos de ellos se encuentran en este lugar. De otros, se desconoce dónde yacen.
Asesinados por "venganza"
“Tenemos localizados a diez, contando que alguno sabemos dónde está, pero no en León, como Manuel Santamaría, miembro del comité local de Izquierda Republicana que, unos años después de haber sido enterrado en León, lo trasladan a Astorga. Allí es donde está, pero es curioso porque en los registros sólo se refleja el traslado de unos poquitos”, ha explicado Miguel Álvarez, de Juventudes Activas, el colectivo que ha impulsado el homenaje que se ha realizado al ‘grupo de Miguel Castaño’.
El propio Castaño, cuya figura ha resurgido en los últimos meses gracias al trabajo de investigación del periodista y escritor leonés Carlos J. Domínguez, es uno de esos nombres destacados de aquellos quince hombres que fueron fusilados en 1936. Una “buena persona”, como ha recordado, emocionado, uno de sus quince nietos, Javier Puerta Castaño, durante el acto de homenaje. “Se le fusiló por ser el alcalde en el momento en el que estalló la guerra. Fue una venganza porque el día anterior habían fusilado a José Antonio. En cualquier caso, una salvajada”.
Un recuerdo con nombres propios
De esta forma, el recuerdo, de nuevo, vuelve a Puente Castro, el lugar donde se encuentra aquella parte de la historia que ya pasó, pero que, de vez en cuanto, regresa con nombres propios.
Ramiro Armesto, presidente de la Diputación; Emilio Francés, gobernador civil del Gobierno democrático y republicano; Félix San Pedro, presidente del Frente Popular; Lorenzo Martínez Baca, presidente del Comité local del Partido Sindicalista; Manuel Santamaría, miembro del comité local de Izquierda Republicana; Lorenzo Martín Marassa, diputado provincial por Unión Republicana; el pintor Modesto Sánchez ‘Cadenas’, socialista y secretario del Ateneo Obrero; Atanasio García Campomanes y Onofre Garcia, periodistas; Jesús González y José María de Celis, vinculados al Partido Comunista; Isidoro Álvarez López, sargento jefe de Serenos del Ayuntamiento; Antonio Fernández, del Sindicato Minero Castellano Leonés; y Orestes Vara, oficial de Correos socialista.
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