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– 16 MARZO, 2015PUBLICADO EN: ENTREVISTAS
Enriqueta de la Cruz
Escritora y periodista
Un diplomático en tiempos de Guerra en que nace un dictador, Francisco Serrat Bonaste, secretario de relaciones exteriores de Franco; es decir, de hecho el primer ministro de Exteriores de Franco, un hombre que vio lo suyo como testigo de excepción en el mismo corazón del franquismo. Unos diarios, destinados a su familia, rescatados. Un historiador, Ángel Viñas, que saca a la luz lo que había: crueldad, arbitrariedad, en fin, lo que fue, y es, el franquismo, porque aún se perciben sus rasgos de identidad; la impronta es la impronta y a algunos conciudadanos se les ve, pero que mucho, el plumero. Ahora vuelven a cerrar los archivos. “Este Gobierno –nos dice- tiene miedo al pasado, a la historia”. Es importante saber más, ellos también lo saben.
Hablamos sí, hoy, con Ángel Viñas, de estos temas. Es el autor de “Salamanca, 1936” (una parte de los diarios de Serrat y lo que el historiador aporta, que no es poco). Diplomático de carrera también, ex alto cargo de Exteriores con Fernando Morán (gobernaba el PSOE), ahora infatigable investigador, historiador y excelente persona. Sus conclusiones: reafirma que Franco no era lo que parecía.
Ángel nos introduce también en otro asunto importante para quien no quiera cerrar los ojos: que, antes del golpe, los monárquicos ya estaban comprando armas para la guerra; es decir, lo suficiente para que ocurriera la Guerra de España. El 1 de julio de 1936 los monárquicos ya habían firmado con los fascistas italianos la compra de armas para liarla. La sublevación militar, por tanto, no fue una cualquiera, “tenía un trasfondo político importante y el elemento civil más significativo de esa sublevación fueron los monárquicos”. Blanco y en botella. Ahí es nada. ¿Se dan cuenta de lo que ésto significa? Señores, señoras, si con la que está cayendo nadie presta atención a estas cosas que trajeron el genocidio español ¿de qué estamos hablando? ¿qué pasa aquí? ¿por qué muchos de nuestros políticos están a la cola para la fotito con el VI, con tal de no quedar fuera de los pluses y demás prebendas? ¿Se puede gobernar sobre estas minas antipersona, dejando que avance, que sigan la caza del rojo, la caza del pobre, la caza del joven, la caza de la gente que está asqueada de trepas…, y que sigan minando y mintiendo diciéndonos que gobiernan, que reinan para todos?, Será para los suyos, como estamos viendo. ¿Se puede seguir aceptando una institución así? ¿Seguiremos pisando con nuestros lindos zapatos charcos de sangre sobre esta ciénaga de corruptos? Vamos a ver, porque no será por falta de explicaciones, y de datos a la vista, y de documentos claros como el agua… Ahí van los detalles. Son más interesantes que el partido de hoy, que la última droga para adormecernos, que la cañita y el juego del avestruz, que la sopa de letras de mensajes electorales absurdos hasta el hartazgo. Yo alucino: que un historiador descubra y comparta cuestiones como las que comentamos en esta entrevista y nada, aquí no pasa nada…, como si no hubiera pasado nada, que diría Max Aub.
En primer lugar, Ángel, hablemos de tu nueva obra, muy interesante. ¿Qué encontraste en estas memorias de Serrat que tú rescatas en parte en tu último libro: Salamanca, 1936?, ¿qué aportan?
Las memorias de Serrat son interesantes porque arrojan luz sobre ciertas interioridades del cuartel general del generalísimo que en aquellos momentos estaba en Salamanca. Sobre ese mundillo no se ha escrito demasiado. El primo de Franco sí; pero yo soy de los que cree que Francisco Franco Salgado Araujo mintió como un bellaco, barrió para adentro y no es un testimonio fiable. Y otros que han escrito no estaban en el meollo de la toma de decisiones. Aunque Serrat estaba un poco al margen del centro de poder (que eran Franco y su camarilla), veía cosas y las describe en unas memorias destinadas a su familia, para que sus hijos (uno era diplomático y estaba también con los sublevados) supieran lo que había vivido. Él llega a Salamanca en el mes de octubre y se va en abril, está en el periodo crítico de los comienzos de la jefatura del Estado ejercida por Franco. Lo que yo he reproducido y editado es el tomo que dedica a la Guerra Civil. Así que tiene una calidad que no se encuentra en otros libros dedicados a su publicidad.
¿Y qué ve y vive este señor, que era monárquico, por cierto?
“Si el pueblo español se declara en masa y abiertamente contra la monarquía, veo improbable que pueda subsistir”
Pues, en contra de lo que se ha dicho y repetido hasta la saciedad, ve una desorganización absoluta, ve a un Franco que no tiene ni idea en asuntos de política exterior (cosa lógica porque era un general, tampoco era un genio); ve una política exterior orientada hacia las potencias del Eje. En fin, uno pensaba que las cosas se comunicaban bien, que había una disciplina militar… Pues no. Se ve cómo Franco está completamente en manos de los italianos y de los alemanes.
Es que sin esa ayuda, ni Franco ni ná…
Ah, no, claro, ¡es que sin esa ayuda no gana la guerra! Eso es así. Además, se traga humillaciones. Lo que necesita es la ayuda política, económica, militar, de las potencias del eje.
Y eso queda reflejado…
Sí, se habla de las tantas concesiones que se dan, de las cesiones, porque comprende que nadie da nada por nada.
Y del aire que se respiraba, ¿qué dice?, ¿cuál era?
La atmósfera ambiental se refleja en sus memorias. Porque, claro, si tu vas a los periódicos locales o a las memorias de gente del Régimen te encuentras un ambiente en el que la gente vibra de entusiasmo al compás del cornetín y del ¡viva la patria! Eso lo había, pero también había otra atmósfera, una atmósfera de terror que está protagonizada por los militares y por los falangistas, claro.
¿Por ejemplo?
Serrat se encuentra con un episodio que describe con mucho detalle, que le afecta a él y a un sobrino suyo, que es de derechas, al que persiguen los falangistas, que se achantan cuando él va a buscarle porque es el secretario de relaciones exteriores, está un poco a la derecha de Franco, es un alto cargo del naciente Régimen. Y en las memorias se aprecia que muchos militares no saben bien cómo lidiar con los falangistas, gente que está ahí, que está creciendo… Creo que es interesante conocer esa inestabilidad potencial de un Régimen que hacia afuera se presenta muy fuerte, militarizado completamente.
Y Serrat no aguanta.
No aguanta. Es un caso único. Él es un hombre de derechas, de ley y orden, que no tiene simpatías por la República; no se fía del juicio político de los militares, a los que ha visto en Marruecos, pero cree que hay una amenaza comunista. Así que opta, pero no es idiota y ve que ése no es el Régimen que conviene a España, cree en la necesidad de una dictadura, pero no ésa tan brutal, no.
Y Franco, vamos, que entonces no era para tanto en cuanto a personalidad y tal…
Serrat describe a un Franco que no es el de la propaganda; es un Franco vacilante, al que le cuesta trabajo tomar decisiones, un Franco que no está volcado en las operaciones militares, que se da a la charla, a los amiguetes y, en fin, que dice Serrat: hemos desayunado, hemos charlado y nada, no dice lo que hay que hacer…
Que no se moja, vaya. Conozco el paño porque este dictador tiene muchos imitadores. Conozco a ese tipo de personas que te hace siempre el lío, que se hace el tonto porque así siempre gana, no habla claro, no es nada trasparente… Así siempre te equivocas tú y ellos nunca dijeron esto, o lo otro. Fue tu mala interpretación. ¿Qué más nos puedes decir sobre el libro?
“Franco no hubiera ganado sin la ayuda de Italia y Alemania y tuvo que hacer muchas cesiones por ello”
He contextualizado las memorias y he descrito la trayectoria de Serrat, que es muy singular porque pasa de golpe de ministro in pectore de Asuntos Exteriores a ser un perseguido triturado por la justicia militar, y que se pasa el resto de su vida, desde el año 37, en Suiza con grandes privaciones económicas porque uno que aparece por ahí, un tal Sangroniz, miembro privado del consejo del Conde de Barcelona (por cierto), que es un pelota franquista, le tiende una trampa y cae. Franco le considera ya un enemigo mortal y va a por él.
En esas memorias, también aparece el polémico Nicolás, a ver…
Pues hay una imagen borrosa pero importante de Nicolás Franco, que era un corrupto total. Yo tengo que decir algunas cosas más de él, pero ya aparece ahí como un corrupto, un viva la virgen, un desastre… y, además, bastante incompetente, todo hay que decirlo.
EL VERDADERO ORIGEN DE LA GUERRA CIVIL: LOS CONTRATOS ROMANOS
La verdad es que es un libro con muchos detalles valiosos. De todas tus investigaciones, Ángel, no sólo de este trabajo ¿qué destacarías como más importante?
Yo destacaría los contratos romanos, quizá porque es lo último que he descubierto.
De eso quería hablar precisamente, sí; porque, mira, este asunto me tiene en ascuas desde que lo mencionaste en la presentación de tu libro en el Ateneo de Madrid. Aunque ya aparece en otro libro, concretamente en uno colectivo en el que participas: Los mitos del 18. Me extraña que nadie haya tirado de ese hilo y haya seguido… más allá. Nos referimos a los preparativos para la Guerra ¿verdad?
“Creo que el nacionalismo, ya sea catalán o español, es volver al XIX; soy europeísta”
Al origen de la guerra civil. Se ha escrito mucho y es el gran tema del siglo. La historia escrita está afectada por el canon franquista que considera que la República estaba abocada al fracaso, y que la sublevación fue absolutamente imprescindible para evitar que España se despeñara por el abismo de la revolución. Es decir, dicen: la cosa iba mal. Y luego, la historiografía extranjera, sobre todo la anglosajona, está muy influida por las condiciones estructurales de la sociedad española: atraso relativo, mala distribución de la renta, pobreza, virulencia de los movimientos obreros (sobre todo violentos de tipo anarquista o cenetista…). Es decir, procesos que hacen lógico que los problemas del Estado español, o de la sociedad española, se resuelvan por medio de las armas. Condiciones necesarias. Una condición es necesaria cuando se tiene que dar para que se produzca un determinado resultado. ¿Pero son suficientes? Una condición es suficiente cuando para que se produzca un resultado ¡tiene necesariamente que estar presente! Hay una relación de causa a efecto. Y esta distinción no se hace con frecuencia en la literatura. Yo soy un historiador que va a los documentos sin los que no hay historia, y cuantos más documentos mejor, me paso la vida buscándolos. Y los encuentro, o no. Bueno, pues hace dos años encontré en la calle de Alcalá, es decir, que tampoco hay que irse a Moscú ni a Washington, no, en Alcalá frente a la estatua de Espartero, en el archivo de la Fundación Universitaria Española unos contratos que los monárquicos (concretamente Pedro Sainz Rodríguez, el número dos de Calvo Sotelo) firmaron con los fascistas italianos el 1 de julio de 1936, que he reproducido en italiano en el libro que mencionas y que me han traducido al español: son 30 páginas que demuestran que los monárquicos de Renovación Española, liderados por Calvo Sotelo, habían llegado a un acuerdo con los fascistas italianos para suministrar material de guerra. No para apoyar una sublevación, no. ¡Material de guerra! Para una guerra que, naturalmente, estimaban corta.
Iban a la guerra.
Porque tú para una sublevación no necesitas aviones de bombardeo, no necesitas aviones de caza, ni necesitas hidroaviones. Eso lo necesitas para acciones militares contundentes, que implican algo más que una sublevación. Y estos contratos -el primero de ellos preveía la entrega obligatoria del material- se pagan al contado, se pagan en el curso de julio; es decir, estaban completamente adaptados…
Pues, a mí, esto me deja pasmada. No el asunto, que no me extraña un pelo, sino que una vez visto que es así, no se reaccione. Ahora que está avanzando muy adecuadamente la querella argentina, en fin, ¿se podría quizá ahondar en responsabilidades respecto a todo lo ocurrido?
Hay que distinguir las tareas: una cosa es el terreno del historiador, que es donde yo me meto, y otra lo demás. Los datos están ahí, ahora, ¿qué conclusiones políticas se extraen? Eso lo tiene que hacer otra persona. A mí ya me deja exhausto la investigación ¡como para lanzarme a la batalla política! A mí, lo que me queda es la investigación.
Pero alguien debe coger el testigo. Vuestra labor no puede quedar en vale, lo leo y ahí se queda. Es decir, con los planes bélicos que se estaban haciendo, la Monarquía queda salpicada; vamos, es lo lógico. Habría que ver responsabilidades de la institución, creo; porque, claro, los monárquicos no iban a trabajar para ocupar ellos el trono, trabajarían para el rey, digo yo. Prepararon minuciosamente la Guerra para imponer otra vez al rey a la fuerza. Pero es que en una guerra se mata gente, compatriotas, ergo para poner al rey a costa de cargarse a los españoles, para luego gobernar “para todos”,… Se les olvida el añadido: para todos los que vayan quedando cuando nos carguemos a media humanidad selectivamente”.Yo no me creo que es que luego se les fue la mano, una guerra es una guerra y es para matar; en este caso a buena parte de tu mismo pueblo. Es terrible. Además que las conclusiones de otros historiadores son que era una guerra de exterminio y que eso no se improvisó, que estaba así planificada… Así que si se junta todo, madre mía…
Hasta ahora se ha dicho que el alzamiento se produce una vez que Mola llega a un acuerdo con los carlistas. Eso es verdad pero no es toda la verdad. Mola necesitaba, claro, el acuerdo con los carlistas que eran la fuerza de choque que él tenía en el norte, sobre todo en Navarra, pero necesitaba armas y esas armas se las dan los monárquicos; claro, todo esto se ha oscurecido porque los contratos nunca se conocieron. Eso es lo que determina la suficiencia esa, es la condición suficiente: con las armas y el apoyo italiano, vamos a la guerra.
Guerra sí o sí.
Sí o sí.
Y, luego, el brazo ejecutor es Franco.
No, el brazo ejecutor es Mola; en esos momentos Franco está en el quinto pino.
Pero, claro, la responsabilidad es de la Monarquía.
“La Transición fue un cambio político fundamental; no se planteaba otro tema a la sombra de las bayonetas porque el Ejército era franquista”
De la Monarquía… bueno, ojo, hay cosas que no sabemos. Ahora, claro, a la vista de esto uno se pregunta cosas. Por ejemplo: ¿la negociación de los contratos cuánto tiempo dura? Porque son contratos muy largos y, sobre todo, la determinación de los elementos de armas que entran en los contratos. Hay tres posibilidades: primero, que la negociación sea muy larga; segundo, que no exista, puede ser pero no parece muy verosímil; o que sea muy corta. ¿Qué descubre una historiadora inglesa que no sabe de esto absolutamente nada? Pues al hacer una historia del banco Kleinwort, donde Juan March tenía una importante participación, descubre que ese banco da un préstamo no se sabe a quién de medio millón de libras (su equivalente actual son varios centenares de millones de euros) el 5 o el 6 de marzo, que es cuando empieza a forjarse la sublevación. Sabemos que los aviones, el material de guerra italiano, se pagó con fondos de Juan March, lo sabemos. No está en los contratos, claro, que prevén el pago al contado, pero sabemos que se pagan con fondos de Juan March. Hombre, ¿soy yo tan estúpido al pensar que el préstamo de Juan March de medio millón de libras de marzo del 36 tenía que ver con la adquisición de material italiano? Bueno, a lo mejor no es así, pero…
Pues, vaya, el caso es que queda claro que no se trataba de una sublevación de unos militares que se cabrean y ya…
La sublevación estaba preparada, por supuesto, por los militares, porque los que se sublevan son militares, pero es una sublevación con un trasfondo político importante y el elemento civil más significativo de esa sublevación son los monárquicos, que ya sabemos que son una minoría en el Parlamento; todo lo que se dice de los falangistas y demás está muy bien, pero no es determinante.
Lo que pasa es que las cosas no salen como están previstas.
Claro. En primer lugar, el golpe de Estado se hace bajo la égida del general Sanjurjo, al que ahora se le minusvalora como si no tuviera importancia. No, no; era un general monárquico. La idea de Mola en abril (porque luego todo va cambiando) era llegar a una dictadura militar. Lo que querían los monárquicos es la restauración de la Monarquía, y una parte de los jefes que están en la conspiración están por la restauración y, probablemente, aunque no tengo la seguridad, Mussolini piensa también en una restauración monárquica en España y con un líder fascista. ¿Y cuál es ese líder fascista en España? Calvo Sotelo. Claro, ¿qué pasa?, que Sanjurjo muere en accidente, la sublevación queda sin cabeza, se improvisa una junta de defensa nacional pero los monárquicos ven a Franco -general monárquico, gentil hombre de cámara de Su Majestad- como el hombre que puede recuperar la Monarquía.
Y lo hizo, aunque un poco después de lo previsto. Pues cada vez está más claro quiénes la liaron, y para qué.
Ellos piensan que Franco va a restaurar la Monarquía, claro. Pero luego, él se autonomiza. Hay otra constatación empírica: y es que a finales del 37, Sangroniz (que está ligado a Franco) se despide del embajador británico; está en San Juan de Luz, se jubila y tienen una conversación y ahí, según el despacho del embajador británico, éste pregunta ¿a dónde va España? Y Sangroniz le dice que la verdad es que no lo sabe y que para él ha sido una desilusión porque la verdad es que con todo lo que los monárquicos hemos hecho, toda la sangre, todo el dinero, toda la inversión personal que hemos hecho, al final esto va a terminar en una dictadura falangista. Claro, yo no creo que dure mucho. Pero ahí se ve la amargura de Sangroniz porque Franco adjudica una nueva función a la Falange, la pone a su servicio, no de golpe porque es un hombre que es cauteloso, pero lo hace. A pesar de que la idea era la Monarquía.
Y, 40 años después, la Monarquía llega por fin, con todo lo que había pasado. ¿Es razonable que esto continúe? ¿Qué crees que ocurrirá?
Bueno, eso ya no es historia. No lo sé. Si el pueblo español se declara en masa y abiertamente contra la monarquía, veo improbable que pueda subsistir.
Pues en esas estamos. De momento sigue el culebrón monárquico y la gente echa la culpa al muerto solo, y ya está; como si Franco saliera de otro invento…
Franco fue un general monárquico y, a pesar de que se autonomizó y se hizo dictador, él siempre pensó (y desde el año 46-47 lo sabemos por la Ley de los Principios Fundamentales) que su sucesión sería un régimen monárquico. ¿Quién lo ocuparía? Bueno, eso le costó 20 años de reflexión. Al final fue Juan Carlos de Borbón, instaurado por Franco, no restaurado. La monarquía que quería Franco era continuista con el franquismo; ahora, nadie controla después de muerto.
Bueno, yo diría que casi sí, porque dejó a los suyos bien instalados y el entramado es impresionante. Tiras de cualquier hilo y te preguntas si algo ha cambiado realmente, empresas, accionariados, en fin…
Estaba claro que una monarquía basada en el franquismo no podía ser; y esto lo vio Juan Carlos y lo vieron otros. Tengo una sospecha: y es que a Juan Carlos le hicieron pasar tales humillaciones que muchas simpatías por el general Franco no debe de tener; siempre ha sido respetuoso con su memoria pero se ha cargado el Régimen, él y los demás y el pueblo. La Transición fue una tarea bastante compleja pero que al final termina en la eliminación institucional, constitucional y política del anterior régimen. Es evidente que no hay una revolución social, una restructuración de las relaciones de propiedad, pero es un cambio político fundamental; no se planteaba otro tema a la sombra de las bayonetas porque el Ejército era franquista. Pero esa instauración franquista no duda. Juan Carlos añade a la legitimidad franquista la legitimidad democrática.
Una mezcla extraña.
Y luego, la legitimidad de ejercicio. Yo pienso que si Juan Carlos se pone al frente del 23-F, el golpe tiene éxito. Porque muchos altos cargos del Ejército no serían ya franquistas, pero eran monárquicos y se hubieran puesto detrás del Régimen. Y eso hubiera sido el final de la monarquía, como pasó en Grecia. Es decir, que es algo complejo.
Ganaba de las dos formas, creo yo. Y con la jugada, se garantizó los próximos años tranquilito.
Esa legitimidad de ejercicio se ha ido erosionando porque los escándalos han sido de tal magnitud, o percibidos así, que no le ha dejado más remedio que abdicar.
EL MUNDO y SUS CAMBIOS
¿Cómo se ve el mundo desde Bruselas, donde vives? Eso es el centro de Europa… Desde tu perspectiva y cómo historiador, con tu experiencia, ¿qué puedes decirnos?
“No todo era entusiasmo al compás del cornetín y de ¡viva la patria! cerca de Franco. Había una atmósfera de terror”
Estamos atravesando un periodo de cambios estructurales, esto lo ve cualquiera, y el problema es que los coetáneos que viven este tipo de cambios no los aprecian siempre de la misma manera, ni con la misma intensidad. Muchos de los diagnósticos que se hacen con el paso del tiempo quedan en agua de borrajas. Como eso del fin de la historia o el choque de civilizaciones. Queda muy bonito para un titular periodístico, pero… pero es un poco impredecible. Ahora que sí hay cuestiones predecibles. Algunos de los factores estructurales que están presentes, y van a tener efectos a largo plazo son: primero el envejecimiento de la población europea, que va a tener consecuencias inmensas en el plano de la inmigración porque se necesita mano de obra; segundo: el cambio climático; tercero, la ascensión de nuevos centros de poder económico (es evidente que China ha llegado para quedarse, no vamos a volver al 47); en cuarto lugar, la globalización inducida por la revolución tecnológica y cibernética. Estamos viendo ya algunas consecuencias de todo esto como, por ejemplo, la inmigración que plantea un problema porque hay movimientos populistas de extrema derecha que creen que es posible cerrar la puerta a la historia y volver atrás. Y también le pasa a la extrema izquierda. Las fronteras, el Estado nacional, el nos vamos fuera de la Unión Europea. El caso de Le Pen.
Bueno, es que se habla muy a la ligera de esto de salirse de todo, porque ha costado muchos sacrificios estar…
Claro. Pero hay cosas por las que creo que vale la pena batirse. Yo soy europeísta, no soy nacionalista, creo que es retrógrado, regresivo, volver al XIX, ya sea nacionalismo catalán o español. Entiendo, claro, que cada país tiene que negociar el continuado trasvase de soberanía.
Ucrania.
Tema complicado. ¿Se puede permitir que Rusia dibuje las fronteras de Europa? Las fronteras de la Unión Europea son intocables e intangibles. ¿Qué se puede hacer? ¿Armar a los ucranios? Pues tengo mis dudas, porque en un Estado corrompido hasta la médula, que no ha logrado echar raíces, donde han convido siempre dos almas, surgido de la noche a la mañana tras la desintegración de la URSS… En fin, hay temas que hay que saber manejar y evitar su desbordamiento.
MIEDO A LA HISTORIA
Y del gobierno de España, ¿qué me dices?
Este es un gobierno que tiene miedo al pasado, a la historia. Lo que ha pasado en el Ministerio de Asuntos Exteriores es un caso único en la historia de la Unión Europea: hemos vuelto, en materia de acceso a archivos, a la situación en que se encontraba cuando murió Franco, en el 1975, cuando todos los archivos de Exteriores estaban cerrados hasta 1931. Es decir, que mientras Franco vivió no se pudo entrar para ver algo que fuera de la República en adelante. Marcelino Oreja los abrió en el 76 hasta 1945. Pues ahora, el ministro de Exteriores ha vuelto a cerrar los archivos desde 1931.
Recuerda un poco al bienio negro, están cargándose todo el edificio.
No conozco ningún país de la Unión Europea que haya hecho eso, al contrario. ¿Tú crees que eso es concebible en un país civilizado? Se ha discutido el tema en una comisión del Parlamento, pero el hecho es que los archivos siguen cerrados. Es una cosa completamente inconcebible. Y nadie se preocupa…
Claro. Se abren hasta los de la CIA, pero aquí nada, a tapar, a tapar… Por algo será, el que tapa, algo oculta… Bueno, pues nosotros a lo nuestro, a desvelar. Sé que vas a seguir escribiendo de Franco y de esa etapa tremenda, y que habrá sorpresas, revelaciones importantes en tu próximo trabajo.
Va a ser importante, lo estoy terminando ya y lo único que puedo decir es que yo mismo, al escribir sobre el tema, me he quedado helado. Sorprendido, no lo sabía. Pero son los papeles y se abren brechas con la investigación, aunque algunos me maldigan, pero es lo que dicen los papeles; lo que voy a revelar no es algo en lo que había pensado.
¿Hasta cuándo tendremos que esperar?
Hasta el mes de septiembre.
Pues expectantes quedamos. Muchas gracias por tus trabajos y por tu tiempo y amabilidad con esta clase magistral de historia y también por tus opiniones de actualidad.
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