Ponemos en vuestras manos, por primera
vez, unas mínimas reflexiones y opiniones sobre el proceso de Elecciones en
Andalucía y lo que se dice, o mejor aún lo que no se dice, en torno a la
Recuperación de la Memoria Historica. Os aseguramos que en las próximas
(municipales) lo trabajaremos con más tranquilidad. Este MANIFIESTO
se adjunta en formato PDF con las propuestas, y los espacios en blanco, en
los programas electorales de algunos de los partidos que se presentan para
gobernar Andalucía.
SI LO CONSIDERAS DE INTERES SE AGRADECE LA DIFUSIÓN.
Cecilio Gordillo, Coordinador
ELECCIONES ANDALUCÍA 2015_LA MEMORIA HISTÓRICA EN LOS PROGRAMAS ELECTORALES
SI LO CONSIDERAS DE INTERES SE AGRADECE LA DIFUSIÓN.
Cecilio Gordillo, Coordinador
ELECCIONES ANDALUCÍA 2015_LA MEMORIA HISTÓRICA EN LOS PROGRAMAS ELECTORALES
La Recuperación de la Memoria Histórica (RMH) como fenómeno
social ha superado los 15 años de intensa actividad en favor de Verdad, Justicia
y Reparación que condensan sus aspiraciones. En este tiempo se han
realizado numerosas actividades que ha comportado la superación de las heridas
de una guerra incivil y el dominio por cuarenta años de un régimen militar
dictatorial fundado sobre la represión brutal hacia el conjunto de la
sociedad.
Durante este tiempo las reacciones sociales hacia este
fenómeno han sido de total comprensión y respeto, aunque en el terreno de
“la política” se han expresado ciertas desavenencias que encierran incomprensión
y poca generosidad: los perdedores de la guerra lo son por siempre y, en
consecuencia había que negarles los derechos y la dignidad. Esta actitud
guerracivilista de la alta política contrasta con la generosidad demostrada por
el pueblo en los cientos de actos celebrados para reconocer su dignidad y los
valores que conectan con quienes aspiraron a una realidad más igualitaria y
humana, tan alejada por entonces de la que se vivió en esos años.
Después de 15 años, observamos ciertos deseos de decretar
el fin de la RMH aunque no se hayan satisfechos sus aspiraciones. Que sólo
tres programas electorales incluyan referencias a la RMH indica que esta
realidad se quiere presentar finiquitada cuando no es así. No lo es por la
propia vigencia de las aspiraciones que constituyen la columna central del
movimiento memorialista, y tampoco porque desde instancias judiciales
supraestatales observan nuestra realidad con preocupación señalando deficiencias
que deben ser subsanadas. Así lo estima, de forma tajante, Naciones Unidas, a través del Grupo de Trabajo sobre
Desapariciones Forzadas o Involuntarias y el Relator Especial para la Promoción
de la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de no Repetición al
denunciar en sendos informes el incumplimiento de las obligaciones
del gobierno en materia de desapariciones forzosas y el estado de indefensión
de las víctimas. Sendos informes aportan una serie de recomendaciones que
deberían constituir una hoja de ruta de obligado cumplimiento.
Es cierto que en Andalucía la
Administración ha establecido en esta última década programas anuales de
subvenciones dirigidos a entidades memorialistas, ayuntamientos y
universidades, enfocados a tareas de investigación y reconocimiento hacia las
víctimas del franquismo, y ha dispuesto algunas medidas de reparación a
personas que sufrieron prisión o vejaciones. También se aprobó un Decreto por
el que se crea y regula la figura de Lugar de la Memoria Histórica de
Andalucía y de manera más tímida, se han acometido unas pocas exhumaciones
de fosas comunes. Pero suponiendo, sin duda, un avance sustancial, todavía se
perciben como insuficientes, agravado por la escasa información, cuando no
falta de transparencia.
En la última legislatura se
elaboró un proyecto de Ley, denominado de Memoria Democrática de Andalucía, que
no llegó a alcanzar la tramitación parlamentaria. A partir de este
Anteproyecto, y salvando los puntos que deberían revisarse desde la
participación activa de cuantas instancias están concernidas, y siendo
conscientes de los límites competenciales de la Junta de Andalucía, su
aprobación supondría un paso adelante y por tanto habría que retomarlo y
someterlo a un proceso de participación en busca de los máximos consensos.
En este sentido, es esencial
concebir todo planteamiento sobre la memoria y las víctimas como patrimonio
colectivo de toda la ciudadanía andaluza y evitar cualquier tipo de
instrumentalización político-partidista desde las instituciones. Sería
deseable un impulso a la causa de la memoria por parte de la máxima instancia
de gobierno. Y así hasta el momento ninguna presidencia de la Junta de
Andalucía se ha reunido con las víctimas del franquismo, con sus
familiares, con las asociaciones memorialistas, o ha visitado una
exhumación de una fosa común o ha hecho acto de presencia en el campo nazi de
exterminio de Mauthausen donde fueron convertidos en cenizas más de 1000
andaluces, o ha acudido a un acto de homenaje promovido por alguna entidad
memorialista.
Estos gestos siempre se delegan
en otras autoridades subalternas como si fueran asuntos de menor grado. Del
mismo modo, los asuntos de la memoria deben ocupar una posición transversal en
toda la Administración –con especial presencia en Cultura, Justicia, Obras
Públicas, Presidencia, Sanidad, Educación, etc.– y no quedar constreñidos en un
departamento estanco.
Entre otras muchas cuestiones
que precisan, por higiene democrática, de una pronta actuación, destacamos
algunas:
* Exhumaciones. No se puede prorrogar un día más este asunto que tanto
sufrimiento provoca entre los familiares de las víctimas que yacen en alguna de
las más de seiscientas fosas comunes que inundan nuestra Comunidad. El próximo
gobierno andaluz debe arbitrar medidas con carácter de urgencia que
posibiliten de manera ágil que los familiares puedan dar digna sepultura a sus
seres queridos. No es cuestión de política partidista, es cuestión de los
más básicos derechos civiles.
* Registros Civiles.
Es de suma importancia que las personas desaparecidas (fusiladas / asesinadas)
figuren asentadas en el Registro Civil y para ello sería necesario que la
Junta y los Ayuntamientos comenzaran de “oficio” a inscribirlos. La
privatización de este servicio público haría más urgente y necesaria esta
intervención.
* Simbología franquista. Es inconcebible que todavía hoy, pervivan en multitud de
espacios y edificios públicos de Andalucía, insignias, escudos, placas y otros
objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del
franquismo. La exhibición de esta simbología, además de suponer una
humillación para las víctimas y gentes con sentido democrático, cumple una
función legitimadora del franquismo pues solo con su presencia lo normaliza
contribuyendo a la extensión de nuevos significados que desvirtúan su
naturaleza represiva.
* Divulgación pedagógica.
A pesar de los avances en materia de
investigación y divulgación, el desconocimiento de la magnitud y los alcances
de la represión franquista en Andalucía por parte de la población es
mayoritario. Es necesaria la incorporación de esta parte de nuestra historia
tratada con rigor en los currículos escolares y la divulgación pedagógica en
los medios públicos de comunicación, en horario adecuado, especialmente radio y
televisión. Esto incluiría el necesario
reciclaje del profesorado a través
de los CEP.
* Lugares de la Memoria. Del mismo modo, hay que
rescatar y poner en valor por su función didáctica los lugares más emblemáticos
de la memoria reciente, aquellos que la ciudadanía le ha otorgado una especial
significación con la instauración de ritos del recuerdo: fosas comunes, campos
de concentración, prisiones, etc., y crear en algunos de ellos –como es
habitual en muchos países europeos– memoriales o centros de interpretación,
como el olvidado proyecto de Memorial sobre la utilización de los presos del
franquismo como mano de obra esclava en el antiguo campo de concentración de
Los Merinales (Dos Hermanas). En algunos casos, por su significación, sería
aconsejable su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).
* Por la justicia y contra la impunidad. Aunque no esté
entre sus competencias, el próximo gobierno andaluz debería estar al frente en
la reivindicación de la justicia y contra la impunidad en cualquier proceso
abierto y de la anulación de las sentencias franquistas a todas luces
ilegítimas pero con vigencia legal.
Las víctimas del franquismo y
toda la lucha contra la dictadura en pro de las libertades democráticas
constituyen un patrimonio ciudadano todavía por valorar. La memoria de estas
víctimas ha ocupado siempre una posición subalterna que ha ido emergiendo de la
nada para ganar paulatinamente espacios en la esfera pública. En buena medida
estas conquistas se deben a la iniciativa ciudadana y es crucial, para una
mayor proyección de los valores democráticos que entrañan, la implicación
decidida del próximo Gobierno y Parlamento andaluz.
Grupo de Trabajo "Recuperando la Memoria de la
historia social de Ansalucía" (RMHSA de CGT.A)
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